Capítulo 62

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Cap.62: Reposo... 21 Ene. Del 2013... 07:30hrs

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Algo que desagradaba era estar en la casa todo el día, no podía quejarse, al menos estaría acompañado de su hijo, quien yacía durmiendo a un lado suyo, tan bonito, lo había dejado con una ropa que insinuaba ser un panda, cosa que le dio ternura, ¿cómo no?, era un crio y la mayoría se veía re-tierno con ese tipo de ropa. Su mirada se hallaba fija en la cuna, no había pasado tanto desde que su pareja fue a dejar a la rubia en la escuela para ir al trabajo.

Era aburrido para su persona estar allí sin hacer nada, solo cuidaba del crio, quien seguía en el quinto sueño, claro, hasta escuchar el llanto de este, acercándose a la cuna a un paso lento, cargando a su hijo que lloraba con ganas, aparte que pegaba su boca a su pecho, por lo que supuso que tenía hambre.

Bajó al primer piso aun cargando al hambriento bebé, preparando la fórmula de este, como había notado no era intolerante a la lactosa, así que estaba bien, ya con la comida del crio lista, la sirvió en un biberón, empezando a dárselo con cuidado de que este no se ahogase con la fórmula, a regresar al proceso de criar a un crio.

Una vez que el bebé dejó de beber del biberón, lo puso sobre su hombro, dándole palmaditas en la espalda, llegando a escuchar pequeño eructos por parte de este, a lo que ríe un poco, sentándose en la cama, aun con el crio en brazos, decidiendo por cantarle una canción para dormirle, cosa que logró sin duda alguna, para cuando dejó de cantar, el pequeño ya estaba dormido entre sus brazos, a lo que fue a dejarle en la cuna.

Otro día más en reposo, revisó en uno de los cajones de su estante, revisando nuevamente la carta que decía claramente las razones del porque su baja en el trabajo, debía de recuperarse de la cesárea y no solo eso, mantenerse en casa durante unos tres meses como minino para así regresar al trabajo, que molestia se daban las personas, en un mes ya estaría recuperado, sin embargo, no desaprovecharía esa oportunidad de tener vacaciones durante un tiempo, después de todo, el hospital se llevaba demasiado tiempo del día y noche, no solía dormir a veces por ello, pero qué más da.

Le causaba gracia el desacuerdo de su pareja, aun, luego de estar trabajando por más de dos años seguía con su queja sobre que "su trabajo ponía en riesgo su vida", convencerle era todo un reto, pero aun así seguía con su trabajo como si no fuera nada. El hecho de estar en reposo le molestaba, puede que lo haya mencionado antes pero estar en casa todo el día no era de su agrado total, al menos disfrutaba de la compañía de su hijo, que por ser un crio no podía estudiar todavía.

Se dirigió a la cocina en cuanto el reloj dio a las 11:20, empezando a preparar la comida con calma absoluta, preparando algo con pocos ingredientes nuevamente, había aprendido a cocinar cosas exquisitas estando fuera del hospital, cosa que llegaba incluso a relajarle, así se mantenía unos minutos ocupado en algo.

Ya para el mediodía la comida estaba lista, antes de comer se daría un baño, por lo que se encaminó al baño, empezando a despojarse de sus prendas, dejándola caer en el suelo, dejando que la bañera se llenase en ese entonces. Llegó a escuchar la puerta principal abrirse, más las voces de su hija y de su esposo, sonrió un poco, en lo que empezaba a bañarse con calma, tallando su cuerpo sin apuro.

Claro, hasta ver que la puerta se abría, sobresaltándose un poco, en cierta parte, le aliviaba ver que fuera su pareja, por la otra cara de la moneda, ya se decía a si mismo que podrían terminar en algo íntimo, pero sabía que el azabache no lo haría, por el simple hecho de que seguía recuperándose de la cesárea.

Aunque había un par de personas que no le pararon a esa regla, y para la semana de haber tenido al hijo ya estaban follando como animales salvajes, ¿cómo lo sabía? Un pajarito le contó que eso había ocurrido, aunque no se ilusionaba con esa frase, solo se quedaba tranquilo, mejor prevenir antes que lamentar.

Se sonrojó al ver como el mayor se despojaba de sus prendas, y desvió de inmediato la mirada, escuchando una risa por parte de su pareja. El azabache de igual forma ingresó a la bañera, mirando al ocre que seguía mirando a otro lado.

--¿te da vergüenza verme así?--le preguntó al oído al acercársele, riendo ante el estremecimiento del ocre--no haré nada que tu no quieras.

El menor le miró con ese sonrojo sobre sus mejillas, llevando su pie al pene de su pareja, acariciando con su pie esa zona, el azabache rio en bajo, jalándole del pie, llegando a hacer que un poco de agua se desbordase de la bañera y mojase el suelo, el ocre le reclamó, en lo que se sentaba sobre el regazo de su esposo.

--mira el desastre que hiciste--mencionó, empezando a tallar con el jabón los hombros, cuello y pecho del mayor--te toca limpiar, cariño. A-ah~.

Sentir el miembro del contrario rozar contra su trasero llegaba a excitarle, pero no debían, al menos no por ahora, aunque las acciones del azabache no ayudaban demasiado. El mayor tomó de las caderas al ocre, acariciando las zonas sensibles de este, llegando a escuchar tales gemidos que tanto extrañaba, luego dejó las caricias, permitiendo al chico de largas cabelleras seguir con su trabajo.

Pasó a tallar los brazos con el jabón, no podía creer que su pareja haya elegido un trabajo que le dejaba sucio por la gasolina, suerte la suya que no se llenaba con facilidad su cuerpo, o sino tendría que ducharse de nuevo y hacer aquello no estaba en su listado. Con calma y simulación, pasó una de sus manos por el torso ajeno, llegando a ver como el azabache arqueaba una ceja ante su acción, soltó una risa traviesa, dándole el jabón a su mayor con una sonrisa.

--si quieres tocarme, deberás enjabonarme cariño--siseó Stephan con una sonrisa juguetona--, ese será el único tacto que tendrás con mi piel hasta cierto tiempo.

El azabache arqueó una ceja, empezando a tallar lentamente la piel de su esposo, acariciando de vez en cuando las zonas sensibles del ocre, llegando a sacarle diminutos gemidos placenteros. Joder, si había veces en las que su pareja buscaba excitarle solamente para dejarle con las ganas de darle una buena follada y dejarle sin caminar. Al menos, su mente llegaba a relajarse a pesar de los movimientos que el ocre hacía, solo debía de despejar su mente y de esa forma evitaba tener una erección.

Acabar ese pequeño baño fue algo placentero para ambos, el ocre salió primero con una toalla alrededor de su cintura, siendo seguido por el mayor. El de orbes grisáceos se vistió con cuidado de no lastimarse la cicatriz que estaba sobre su vientre, sintiendo la mirada de su esposo sobre su ser, a lo que le mira de reojo, lanzándole el beso entre risas.

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Hola, acá os dejo otro capitulazo, espero que os haya gustado, no se les olvide darle a la estrellita y dejar tu opinión en la cajita de acá abajo, procuraré actualizar más seguido, ya que las clases van a iniciar dentro de un par de semanas y pues, para ir cerrando la historia lo más pronto posible... nos vemos... se les quiere mucho... chao~

Atte.: TheCreeper

Awake/DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora