Capítulo 71

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Cap.71: Resaca... 08 Mar. Del 2014... 10:49hrs

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Nuestro querido protagonista se encontraba acostado en la cama boca arriba, con un brazo cubriendo sus ojos, teniendo un dolor del demonio en la cabeza, no podía quejarse, nadie le mandaba a andar de borracho aunque no negaría que disfrutaba tomar un buen trago de vez en cuando, sintió un peso sobre suyo, alzando con levedad su brazo a ver quién osaba posarse sobre su persona, tras haber confirmado que era el crio regresó su brazo a parar sobre sus ojos.

--budo--escuchó por parte del crio, quien le dio un pequeño golpe en el pecho.

--Edwin por favor--habló el ocre con cansancio--déjame descansar y fastidia a tu padre cuando llegue... no estoy de humor para cuidarte.

El bebé se quedó quieto un rato, para luego acostarse sobre su progenitor e irse durmiendo lentamente, el mayor suspiró, dejándole estar en su regazo, ya lo había dicho, no estaba en buen estado como para estar complaciendo al crio o a la rubia que salió junto al azabache a hacer las compras. Cosa que le tocaba hacer a él pero por andar bebiendo no podría ir y debía encargarse del crio que siempre se negaba a ir con su padre porque no era de su agrado.

Se sobresaltó al escuchar al menor llorar de la nada, sentándose de inmediato en la cama para tenerle en brazos, acariciándole la espalda y diciéndole algunas cosas para calmarle, era rarísimo que reaccionase de esa manera tan repentina y no esperada.

--ya, ya... mamá está contigo--susurra dejando un beso sobre la cabeza del más pequeño.

--somba fea...--fue lo que llegó a escuchar por parte del bebé.

Eso llegó a confundirle, ¿Qué quiso decir con eso? Aparte de que no estaba de humor debía mantener al crio con calma, joder, su cabeza como dolía pero el instinto le ganaba, por lo que puso a Edwin contra su pecho, dándole pequeños mimos para calmarle, logrando su objetivo a lo que suspira cansado.

--parece que no tengo descanso al cuidarte, ¿verdad hijo?--susurró, levantándose de la cama con el bebé en brazos.

Caminó hacia la cocina tras haber escuchado un pequeño gruñido en las entrañas del menor, a lo que ríe bajamente en cuanto el pequeño se cubría el rostro de la vergüenza. Para ser chiquito era muy astuto e inteligente en cuestión de acciones. Stephan lo dejó sobre el mesón de la cocina, empezando a prepararle un tetero, para que se quedase quieto le dio un peluche que Amane le había dado porque ya no lo quería tanto como antes.

Otro suspiro salió de sus labios, dejando el tetero ya tibio en el embace del biberón, entregándole este al crio, quien empezó a tomarlo por su cuenta como si fuera muy macho alfa, a pesar de parecer un terremoto cuando se queda con el azabache, era muy tierno cuando se quedaba con su persona, no era algo nuevo que le haya preferido a él antes que a su padre, al fin y al cabo, la hembra prefería al azabache desde que cumplió los dos años de edad.

Sacudió su cabeza para sacarse de la mente aquel pensamiento de su mente con rapidez. Mirando al crio que ya había terminado su biberón, a lo que lava aquel recipiente, escuchando al menor hablar en su idioma, por lo que una sonrisa se esboza sobre sus labios. Atrapando al menor en cuanto este casi se cae al suelo por caminar al borde del mesón y resbalar una de sus manitas.

--que bebé tan travieso--comenta Sajiro tras llegar con Amane, esta traía unas bolsas al igual que su padre.

--no es mi culpa que se arriesgue tanto--se defendió Stephan cargando a Edwin que reía un poco--em, cariño, hablemos a solas un momento, Amane, cuida de tu hermano.

Le entregó el bebé a la ya mencionada, para luego agarrar la mano de su pareja y llevarle a la cocina, cruzándose de brazos mientras hallaba con que palabras diría lo que sospechaba del crio cuando este lloró de la nada cuando estaba tranquilo. Explicándole a detalle lo que había ocurrido, el azabache quedó pensativo, ambos se sobresaltaron tras escuchar nuevamente el llanto del menor, quien era traído por la infante, el pequeño exigió entre fuertes llantos ser cargado por su progenitor, este lo cargó para intentar calmarle encogiéndose de hombros en cuanto el azabache le miró pidiendo explicación.

La única hembra solamente mencionó que empezó a llorar de la nada, cosa que llegó a preocupar a ambos mayores, quienes se miraron mutuamente, el ocre se quejó un poco al tener otro dolor de cabeza, cerrando sus ojos y llevando su mano derecha a tocar su frente, el azabache suspiró.

--deberías descansar--propuso tomándole esa mano--yo cuidaré a los huerquillos, no te preocupes.

--¡hey!--la menor contrajo los puños por como su padre le había llamado--no me digas de esa forma, papá.

Otra discusión padre e hija había comenzado, el ocre se fue con Edwin en brazos, este se apegaba a su pecho como para esconderse de alguna amenaza, ya le preocupaba el estado de su hijo, luego, cuando se le pasara la resaca, iría con su amigo a ver que le podría decir al respecto. Se acostó de lado, dejando al menor a un lado suyo, este se había quedado dormido luego de llorar con fuerza, de verdad que ese llanto le hizo doler la cabeza y le atormentó bastante, ya no hay vuelta atrás, no se arrepentía de tener ese par de hijos que el azabache y él habían hecho.

Un par de pesos más se unieron a la cama, a lo que abre uno de sus ojos a mirar, la rubia se estaba acomodando para dormir contra el pecho de su padre, en cuanto a este, miraba preocupado al más joven de los cuatro, el ocre le dijo que luego se las arreglarían, para poder hacer que se durmiera, aunque a persistencia de su pareja, tuvo que levantarse e ir al lado de este para cabalgarle en silencio, a pesar de que los dos infantes estuvieran presentes, sin duda alguna el ocre había aprendido a callar sus alborotados gemidos al igual que el azabache, quien miraba a los dos menores procurando que estos estuviesen dormidos.

El ocre mordía su labio, ahogando múltiples gemidos y gritillos placenteros, mientras saltaba sobre la polla de su pareja, este había puesto sus manos bajo su cabeza, diciéndole que solo estaría de espectador, a veces le odiaba por ello. Cubrió su boca para cuando llegaron al éxtasis, temblando un poco al sentir su interior ser llenado con la esencia del mayor, corriéndose sobre el abdomen de ambos.

--ahora tenemos que limpiarte--murmuró el azabache sentándose en la cama, sin salir del cálido interior de su pareja se levantó cargándole.

--eres un salvaje Sajiro~--burló, rodeando la cadera ajena con sus piernas.

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Un Lemon re-corto, pero algo es algo, bueno, os quiero aclarar que habrá otro salto de tiempo luego de unos 4/5 capítulos luego otro después de 6/7 para ir al salto final de esta historia, no se les olvide darle a la estrellita... nos vemos... se les quiere... chao~

Atte.: TheCreeper

Awake/DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora