Awake/Despierta

Capítulo 44

Cap.44: La Universidad No Es Motel... 23 Jun. Del 2009... 12:02hrs...

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Hora del almuerzo, una hora que muchos disfrutarían comiendo y charlando entre compañeros, eso era una excepción en cierta pareja que se dedicaba a caminar por los pasillos de la universidad, apenas había iniciado esa hora esperada por muchos, los pasillos estaban casi vacíos exceptuados los que apenas salían de su aula, la pareja no se tomaba de las manos, no, claro que no, ya se ha mencionado antes que todavía no se adaptaban al ambiente completamente, aunque habían agarrado un poco más de confianza cuando estaban completamente solos en un lugar específico, en algún salón desolado, el cuarto del conserje, detrás de la gran universidad, etc., esos lugares así solían aprovecharlos para darse unos besos y tocarse por encima de la ropa, jamás llegaban a hacerlo, pero ese día podía ser la excepción.

Llegaron a uno de los baños de hombres que poseía la universidad, cerrando la puerta luego de haber entrado, el ocre se sentó sobre la división entre los lavabos, jalando a su novio de la camisa para que se pusiera entre sus piernas, comenzando a darse besos un tanto acalorados, a veces guerras de lenguas, llegando a darle escalofríos al sumiso de la relación en cuanto sintió una manos aventurarse bajo su camisa color marino, empujando a su mayor para separarse de este, dando pequeños jadeos con una sonrisa ladina y coqueta, bajando de su puesto, acercándose a su pareja, empujándole hasta meterle en una de las cabinas, haciendo que se sentase en el inodoro -el cual yacía tapado-.

--¿aquí y ahora?--preguntó burlón el azabache.

--en casa no podremos por la presencia de Amane--responde el ocre colocándose de cuclillas frente al mayor.

Desabrochó el pantalón de este, bajando la cremallera, bajando hasta las rodillas el pantalón y bóxer del activo, agarrando el miembro de este, sonriendo con perversión al igual que el mayor. Pasó su lengua por todo el falo lentamente, succionando un poco en la punta, escuchando el bajo gruñido de su pareja que le incitó a continuar, estimulando con su mano derecha la polla del contrario, mientras que la mano izquierda jugaba un poco con los testículos del azabache, provocando una reacción más rápida a la polla de este. Haciendo el vaivén iba introduciendo cada vez más aquel miembro en su boca, ahuecando las mejillas para llegar a meter la mayor parte de la hombría de su pareja, masturbando con sus manos la parte que sobraba.

Daba buenas ahorcadas, llegando incluso a ahogarse en algunas ocasiones, humedeciendo completamente la polla de su pareja en aquella felación, cuando el azabache le tomó del cabello, le empujó para que metiese todo el miembro en su boca, sintiendo que le llegaba a la garganta, más aquel líquido seminal que llenó su boca, provocando que tosiera, sacó aquel trozo de carne de su boca, tragándose el semen dejado en su boca y garganta, respirando ligeramente agitado, claro, se había ahogado en varias ocasiones.

--hermosa vista que tengo--comenta el azabache con una sonrisa pícara.

--cállate--un pequeño sonrojo apareció sobre sus mejillas.

El ocre se puso de pie, el azabache fue desabrochándole el pantalón, bajándoselo junto a la ropa interior, acariciando sus piernas durante esa acción, el de menor estatura se sentó sobre su novio, agarrando la polla de este alineándola con su entrada, el azabache le tomó de las caderas en lo que empezaba a bajar introduciendo el miembro de su mayor dentro de su cuerpo, iba soltando pequeños jadeos, que fueron callados en un beso iniciado por el activo.

Los pequeños saltos dieron inicio, el ocre trataba de reprimir sus ruidos obscenos para no llamar la atención innecesaria, el azabache acariciaba su cuerpo con descaro y sin pudor alguno, dando en las zonas sensibles del menor, causándole estremecimientos a este. Pequeñas embestidas se unieron a los saltos del ocre, quien mordía su mano para reprimir sus gemidos que en ese punto serian escandalosos y llenos de placer, lujuria o picardía, el azabache dejaba mordidas a su cuello, inclusive llegaba a sacarle sangre al morderle con fuerza, cosa que no le importaba al pasivo quien daba su mejor esfuerzo para no soltar un grito placentero que les haría quedar expuestos.

Un rato más duraron así, hasta que el azabache se corrió en el cálido interior de su pareja, haciendo que este se corriese en los abdómenes de ambos -con el paso de los minutos se habían quitados las camisas-, finalmente el ocre dejó su mano en paz, dedicándole una sonrisa pervertida a su pareja.

--feliz cumpleaños, travieso--habló el azabache con una sonrisa cínica.

--gracias por el regalo--lentamente se fue levantando, agarrando algo de papel higiénico en lo que se limpiaba el semen entre sus piernas.

El mayor acomodó sus prendas, colocándose la camisa nuevamente, salió primero de los baños, notando que el almuerzo casi llegaba a su fin, con el ocre, este terminó de limpiarse, para así vestirse, salió de la cabina, notando que otros chicos iban entrando a lo que sale con prisa por la forma en la que le miraban, pervertidos.

Mientras caminaba de regreso a su salón, una sonrisa amplia y de boca cerrada se formó sobre sus labios, no se arrepentía, después de todo, era su cumpleaños N° 20, el tiempo sí que pasaba rápido, ya llevaban casi tres años desde que salieron de ese hospital, vaya sorpresa, y él que pensaba que no llegaría a salir, como pudo cubrió las marcas en su cuello, se lo dejarían pasar si fuesen chupetones, sin embargo, esas marcas eran mordidas, y claramente le darían un regaño por ello. Una vez en su aula se sentó en el mismo lugar de siempre, al fondo del salón, lo que llegaba a sorprenderle era que dejaban los bolsos en el salón y nadie se los robaba, cuando inició en los estudios de esa carrera llegó a sorprenderle, luego se acostumbró.

--<<joder, Sajiro se pasó con la fuerza al morderme>>--se queja en sus pensamientos, con ese ardor en su cuello, suerte que se había asegurado de haber limpiado la sangre en las zonas mordidas.

Solo deseaba que las clases acabasen lo más pronto posible, aunque, no se quejaba de la buena follada que dio con su pareja en los baños, rareza que nadie había entrado en ese entonces, luego recordó, a la hora del almuerzo solían utilizar los baños cerca del comedor o patio central, suerte haberlo hecho en el que se ubicaba en los pasillos de los salones.

Su mirada fue a parar al pizarrón, ¿exámenes? Lo que le faltaba, ahora debía e estudiar mínimo una semana entera, pero el resto de ese día lo iba a disfrutar, por algo era su cumpleaños, ¿no?, un día donde hacer lo que quisiera era prioridad total, era mejor aprovecharla que dejarla ir por andar estudiando aparte, él siempre salía bien en esas pruebas que cada vez más iban complicándose, y eso que estudiaba eran tres días antes de presentar esos exámenes.

Qué problema con estudiar

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Hola mis preciados lectores, espero que os haya gustado este capítulo que les he traído el día de hoy, pronto llegarán el especial Navidad y Año Nuevo, ojo, creo que estos no llevarán Lemon ;), no estoy segura de eso totalmente, pero, intentaré de darles unos buenos especiales jeje, sin más que decir mis preciados lectores, me despido de ustedes con una gran abrazo... nos vemos... se les quiere... chao~

Atte.: TheCreeper