Capítulo 46

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Cap.46: Discusión... 24/25 Jun. Del 2009... 14:32hrs

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A esa hora habían llegado a su hogar, Amane había sido cuidada por Stephanie, quien al ver a la pareja se retiró a su trabajo, el ocre cargó a su hija, actuando como si nada hubiese pasado momentos atrás en la salida de la universidad, el azabache estaba molesto, había llegado a ver todo el show montado por ese chico que pelirrosa que desconocía.

Stephan se encargó de dormir a Amane por la posible charla que tendría con Sajiro, dejándola en su cuarto, dirigiendo a donde compartía cama con su pareja. Una vez allí, el azabache se levantó de la cama, acercándose al ocre, juntando sus palmas sin hacer el ruido de palmada, mirando al menor quien desvió la mirada un tanto apenado.

--¿me dirás quién era ese chico?--pregunta el azabache, quebrando el silencio tenso que se había formado.

--un amigo que... creí muerto por más de una década--confiesa en un siseo, bajando la mirada.

--bueno, si tú y él no llevaban nada desde hace años, entonces, ¿por qué carajos le seguiste el puto beso?--su enojo ya era notable conforme la conversación avanzaba.

--yo... no lo sé--miente y decía la verdad al mismo tiempo, su mente era un lio lleno de confusiones--<<hasta donde recuerdo, él y yo llegamos a darnos besos durante un tiempo>>--pensó.

--¿estás seguro de eso?--pregunta Sajiro tomándole fuertemente de la cadera, sacándole un pequeño quejido al ocre--conociendo tu sexopatía, debiste de haber tenido algo con él.

Stephan bajó la mirada, confirmando la teoría del azabache...

[...]

El ocre estaba acostado en la cama matrimonial, cubriéndose de la cadera para abajo con una sábana, sus ojos ardían al igual que su garganta, ¿qué había ocurrido?, ni él supo bien, a pesar de que le terminó gustando, al principio fue forzado, ni siquiera supo si llegaron a despertar a Amane con su discusión que terminó en un sexo candente y lujurioso hasta la hora en que el azabache debía de irse a trabajar.

Técnicamente, el azabache había recapacitado justo cuando le dijo que debía irse al trabajo, a pesar de disfrutarlo, sino fuera un sexópata lo que estuvo haciendo con su pareja durante horas se le diría violación, una por los celos del azabache que por primera vez en un par de años, se desbordó de sus cauces. Su cadera dolía como el infierno, sentía ligero dolor ante las mordidas que llevaban en su pecho, hombros, espalda y cuello, en este último lugar se veía una apenas notable marca de una mano, si, le había llegado a asfixiar durante el sexo, aunque ya era un tanto costumbre aquello.

--¿mamá?--la voz de su hija al otro lado de la puerta le hizo reaccionar--¿mami está bien?

Suspiró, teniendo que levantarse a duras penas de la cama, soltando pequeños quejidos en cada movimiento que hacía mientras se vestía, colocándose solamente un camisón, más una bufanda para cubrir sus marcas del cuello. A paso descalzo se acercó a la puerta, abriendo ésta dejando ver a la pequeña que mordía la oreja de su peluche.

--¿mamá estar bien?--pregunta nuevamente de forma inocente.

--sí, estoy bien--se agachó, comprimiendo los quejidos que querían escaparse de sus labios con respecto al dolor que le entregaba su cadera--¿cuándo despertaste?

--cuando papá se fue a trabajo--confiesa aun con ese tono dulce--papá dijo que regresaría mañana después de la univesidad.

Stephan suspiró al oír eso, de seguro se iba a quedar donde su mejor amigo, se levantó, empezando a caminar hacia la cocina en cuanto la pequeña dijo "comida", una vez allí, se dedicó a preparar algo para alimentar a la rubia, aguantándose ese gran dolor en sus caderas, joder, como dolían en cada paso que daba o movimiento de esta.

Una vez preparado este le sirvió en un plato y se lo dio, la pequeña fue a sentarse en el sillón para ver algo de entretenimiento infantil, el ocre le miraba desde su lugar, no iba a dejarle sola durante ese rato mientras comía, solía ahogarse de vez en cuando. Con mucho esfuerzo se sentó en un extremo del sofá, quedando su hija en el centro de esta, joder, no se arrepentía del todo haber estado follando de esa forma tan ardiente y algo sadomasoquista, su sexopatía causaba esos efectos, por ello la odiaba.

Al día siguiente 08:31hrs

Ese día faltó a la universidad, había amanecido con el dolor más fuerte que el día anterior, aparte, no podría ocultar esas marcas en su cuello que estaban algo moradas, Amane jugaba a un lado suyo con dos de sus peluches, sentada en la cama, en lo que Stephan estaba acostado, arropado hasta el cuello, se sentía mal no solo por el dolor en sus caderas, le había dado fiebre hace unas horas y tuvo que aguantarse, hacer unas cosas para que bajase, en ese momento estaba algo mejor, se había enfermado a base de otro dolor, ¿quién lo diría?

--Amane, anda a ver quién toca el timbre--habló bajamente el ocre, quitándose la sábana.

--voy.

La pequeña abandonó la habitación rápidamente, el ocre seguía mirando hacia el techo, llegó a escuchar risas de otro infante, la puerta del cuarto fue abierta por un chico albino, al cual reconoció de inmediato, soltó un suspiro, sentándose como pudo en la cama para mirar mejor al contrario.

--te ves fatal--habló Damián con una sonrisa, sentándose al borde de la cama.

--ni lo menciones--soltó un quejido cuando Amane se le montó encima para escaparse del hijo del albino.

Este pequeño era igual a Damián respecto al color de cabello, los cabellos alborotados, ojos verdes esmeraldas y de una tez pálida, le conoció cuando el albino salió del hospital, era poco energético debido a que se enfermaba bastante.

Damián se encargó de cuidarle un rato, a veces el ocre le preguntaba por qué usaba vendas, el albino evitaba estas preguntas sacando otro tema de conversación con rapidez, el menor decidió no preguntar más sobre ese tema, para no incomodar al mayor, los dos infantes jugaban un poco en el suelo, entre risas que pasaron a ser pequeñas carcajadas, era un ambiente algo normal, el albino solía aparecerse justo cuando el ocre se enfermaba, era algo nostálgico recordar que se sentía como un niño pequeño cuando este le cuidaba, al final terminaba riéndose e ese hecho.

Era ya una normalidad y no una anomalía...

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Hello, espero que lo hayan disfrutado, perdonen la ligera tardanza que tuve, una ligera falta de inspiración, pero falta de internet o saldo, estamos pobres en el último recurso mencionado. No se les olvide darle a la estrellita y dejar tu comentario, si queréis más contenido tipo Bl, te recomiendo pasarte por mi perfil y seguirme para más historias de este género.

Sin más que decir me despido de ustedes con un gran abrazo y muchos besos navideños... nos vemos... se les quiere mucho... chao~

Atte.: TheCreeper

Awake/DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora