Capítulo 75

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Cap.75: Acompañamiento... 18 Jul. Del 2015... 12:23hrs

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Otro día más para la vida de nuestro ocre, este estaba junto al castaño en la misma cafetería de siempre, como era la costumbre, andaba con Isabella, esta resolvía ecuaciones de primer grado para no aburrirse estando fuera de casa. Edwin se tomaba su tetero de la tarde, en lo que Stephan y Kaliostre hablaban, el tema era el de siempre, la medio hermana del castaño, como este sabía dónde se escondía y parte de sus planes, era mejor hablar con él sobre eso.

--Stephan, solo digo ciertas cosas porque hablar de más cambiaria drásticamente las cosas--le recordó, colocándole algo nuevo por resolver a su hija--. Y no bromeo con lo de drástico.

--lo sé--el ocre suspiró, guardando el biberón en su bolso, acariciándole los cabellos al menor que se quedaba sentado sobre sus piernas, palmando la mesa de vez en cuando sin hacer tanto ruido--solamente digo, sabes que ocurrirá pronto pero que no sabes que hacer para evitarlo, ¿algo así era?

El castaño negó, el ocre resopló, intentando sacarle algo de información al contrario, este pasó dos de sus dedos sobre sus labios como si cerrara un cierre, con eso bastaba para decir que no iba a decir nada sobre eso. Stephan suspiró, acomodando al menor entre sus brazos, este rio un poco, preparándose para quedarse dormido sobre el regazo de su progenitor, Kaliostre miró de reojo a alguien que se acercaba, un hombre robusto, con una barba mal afeitada, aunque le sentaba bien a perspectiva del ocre.

Aquel hombre empezó a coquetearle a su amigo, este procuraba no responder a varias preguntas, al final le rechazó de forma "sutil" -cosa que no tiene en lo absoluto-, el hombre iba a coquetearle al ocre, pero este apoyó su mano sobre la mesa dejando ver el anillo de compromiso, riendo un poco por escucharle refunfuñar a regañadientes a ese hombre mientras se iba.

--imbécil--murmuró el castaño con molestia.

--mommy mira--la peli-mestiza le mostró la hoja, donde estaba el resultado de la ecuación.

--¿pluringüe?--preguntó Stephan dando una sonrisa, Kaliostre asintió--se mete en varios problemas solo por ser directa, me agrada.

El castaño negó con su cabeza, pagando parte de su cuenta, el resto lo pago el ocre, quien acomodó a su hijo entre sus brazos para poder salir de allí, ese día era uno de esos en los que ambos se reunían para poder pasar un rato en la compañía del otro, el cuidar niños los mantenía ocupados a ambos, sobre todo al de orbes marrones que tenía a una con el síndrome de Asperger, la llevaba controlada a pesar de todo lo que exigía esa pequeña.

Llegaron hasta un parque, sentándose bajo la sombra de uno de los árboles, en el pasto verde que el lugar poseía, Isabella sacaba cuentas en su cabeza, cosa por la que estaba sentada al lado de Kaliostre, con quien iba hablando Stephan mientras dejaba que Edwin caminase a su alrededor como un planeta que gira alrededor del hermoso astro solar. El tema de conversación de ambos mayores no era nada relevante, unas preguntas aleatorias de cualquier tema en particular.

Solamente disfrutaban de estar allí, con los dos infantes a su lado, uno que cayó sobre el ocre y la otra que se quedaba pensando mientras miraba el cielo azulado que ese día les brindaba a todos en aquella región, con el paso de las horas tuvieron que ir caminando por el lugar, y comprarle algo a los dos menores para que estuvieran tranquilos durante el resto del día y no fastidiasen demasiado.

Una pequeña despedida se dieron al estar a las afueras del parque, yéndose cada quien por su camino, Edwin dormía contra el pecho de Stephan, este procuraba cargar de forma correcta a su hijo para que no se cayera, caminando tranquilamente. Caminaba algo lento, no llevaba prisa para llegar a su casa, eran pocas las veces que salía aparte que debía de ir al trabajo esa noche, por lo que los niños estarían al cargo del azabache, soltó un pequeño suspiro, ya sabía cómo se sentía el castaño cuando no dormía por más de 24 horas. Algo que solía molestar en todos los sentidos a ese misterioso chico.

Tras haber llegado a su hogar, saludó a su pareja y a la pequeña, esta última dibujaba en la mesa para café, siendo vigilada por el mayor. El ocre fue a dejar al menor en su cuarto, al dejarle en la cuna, acarició un poco las cabelleras rubias oscuras que poseía ese crio, era curioso, este era el que "más" se parecía -al menos un poco- a su esposo, por los celos los dos son iguales, eso lo llevaba claro desde que Edwin aprendió a aferrarse a su persona cómo garrapata y a decir mío junto a la palabra budo, cuyo significado de esta última palabra le hizo molestar al inicio.

Se sobresaltó al sentir que le abrazaban por la espalda, dándole un golpe amigable a su pareja tras darse vuelta y abrazarle por el cuello.

--deberíamos salir--sugirió el ocre con la cabeza señaló al crio--sabes que a él no le caes del todo bien.

El azabache rio un poco en bajo tras escucharle, eso era algo cierto, llevó sus manos a los glúteos de su pareja, alzándole por estos mismo, llegando a robarle un dulce jadeo de sus finos labios, el ocre rodeó con sus piernas la cadera del mayor, aferrándose a este para no caerse, ahogando sus risas mientras el de orbes azulados le sacaba de la habitación cargando. Amane llegó a verles en tal posición, más no dijo nada, solo se fijó en el tipo de mirada que tenía su progenitor en esos momentos.

--ya bájame, no estoy pequeño--habló el ocre removiéndose, luego miró a la pequeña--ah no, si te fijas en mi rostro te quitaré la laptop una semana--le amenazó, la rubia de inmediato negó.

--Amane, ¿qué te parece si le bañamos para bajarle la "calentura" de la cabeza?--le propuso el azabache, la pequeña asintió--ahora menos voy a soltarte cariño.

Los forcejeos del de orbes grisáceos eran en vano cuando el azabache le cargaba como si de un costal de papas se tratara, soltando un suspiro resignándose a lo que pasaría a continuación, la rubia le miraba fijamente mientras caminaba unos pasos atrás de su padre, llevando sus manos tras su espalda, el de largas cabelleras arqueó una de sus cejas, era casi su viva imagen al cien por ciento femenina, solo que era muy joven.

Otra vez la rutina, cada que Sajiro le bañaba, terminaba casi exponiéndose frente a la pequeña, a veces pensaba que lo hacía a propósito, con el tiempo eliminó esa idea al ver que la pequeña casi igual de inocente como siempre. Amane se encargaba de lavarle el cabello, una vez que padre e hija se unían para bañarle ya no podía hacer nada, la pequeña estaba parada sobre una banqueta para quedar a la altura del ocre, quien yacía sentado en la tina -la cual estaba medio llenas-, sus piernas estaban algo separadas, dejando que una de las manos del azabache se aventurase por esa zona prohibida. Como el mayor de los tres se encargaba de enjabonarle, la pequeña no sospechaba de nada malo que Sajiro hacía con su dedo en la entrada del ocre, este, al estar con la rubia presente, ni se inmutaba a ese tacto, claro, hasta que un par de dedos se introdujeron a su interior de golpe.

Reprimió un jadeo con éxito, llegando a temblar un poco sus piernas, Amane preguntó si estaba bien, obviamente tuvo que decir que si, solo había tenido un escalofrío de la nada, la pequeña asintió, empezando a quitar el shampoo de las cabelleras de su progenitor, este se esforzaba bastante, por favor, el azabache aprovechaba para tallar su cuerpo con el jabón y dar pequeños roces accidentales con su piel aparte de que movía ese par de dedos dentro de su cuerpo de una forma que le provocaba excitación, lo odiaba.

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Este salió un poco más largo de lo planeado, pero sin duda que estoy metiendo varias escenitas sexuales jsjs, no me arrepiento, espero que os haya gustado, no se les olvide darle a la estrellita y apoyarme en mi perfil. Nos vemos... se les quiere mucho... chao~

Atte.: TheCreeper

Awake/DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora