Capítulo 05

12 1 0
                                    

Cap.05: Besos Inocentes... 29 de Ago. De 1995... 13:00 hrs

~<~-<-+<+*<*°<°0<0~>~

Hora del almuerzo, la mayoría de los pacientes pequeños se encontraban en el comedor, el ocre estaba en la cocina, escondido en el ducto de ventilación mientras veía a las cocineras hacer su trabajo, no comería, no esa comida que a su parecer sabía horrible y quienes lo comían no tenían sentido del gusto. Miró por la rejilla lo que hacían, era lo mejor que podía hacer en ese momento, decidió irse de allí por el aburrimiento, llegando a salir en el desolado pasillo, soltó un suspiro, empezando a caminar. A mitad del camino escuchó que alguien le llamaba, llevando su mirada a esa persona, encontrándose con el azabache. Se saludaron alegremente, empezando a caminar juntos.

--oye, Stephan, y-yo.

--si es por lo del otro día, no te preocupes--le interrumpe, sintiendo un ligero ardor sobre sus mejillas, mientras desviaba su mirada.

Eso hizo sonreír a Sajiro aunque no entendía la razón de su felicidad. Abrazó al ocre dándole y beso de media luna sin querer, acción que hizo que Stephan se sonrojara un poco más. Ambos rieron, sentándose en una sala vacía, donde habían dado su primer beso, el ocre estaba sentado contra la pared, el azabache entre sus piernas, dándole besos al menor en toda la cara haciendo reír a este de manera seguida. Disfrutaban de la compañía del otro, dándose besos inocentes que no daban indicio a algo malo, solamente eran unos críos compartiendo momentos juntos.

--¿quieres comer?--interroga Sajiro mirando fijamente al ocre.

--sí, pero no quiero comer esa comida que dan en el comedor--responde Stephan soltando un suspiro.

--yo sé dónde podemos comer algo rico--el azabache rápidamente se levantó del suelo con entusiasmo.

El ocre imitó la acción de su mayor al levantarse. Sajiro tomó de la mano al menor empezando a caminar hacia uno de los almacenes, donde se encontraba un refrigerador. Al de hebras obscuras soltó la mano del de cabellera ocre, abriendo el refrigerador, sacando de este un pedazo de carne humana, para así dárselo al menor.

--come.

Stephan agarró lo que le ofrecía el mayor, con una pequeña sonrisa se sentó en el suelo empezando a comerse ese trozo de carne -siendo más específica, un brazo-, disfrutando el sabor de este, Sajiro igualmente se sentó a comerse su parte con una sonrisa, mirando algunas veces de reojo al ocre que se manchaba un poco la cara con sangre, soltando una risilla siguió comiendo. Era un ambiente agradable, silencioso, pero cómodo para ambos críos.

Tras terminar de alimentarse, tiraron a la basura los huesos, rieron un poco, el ocre iba a salir del lugar pero unos pasos se lo impidieron, ambos se escondieron en la ventilación, quedando algo pegados, se miraron a los ojos un rato, apenados desviaron la mirada rápidamente. Al escuchar los pasos alejarse suspiraron aliviados. Sajiro dejó abajo al ocre, dándole un pequeño beso en los labios, siendo correspondido con algo de torpeza, eran inexpertos en eso, ¿qué más querían?, al separarse un gran sonrojo apareció en las mejillas de ambos. Volviendo a besarse con cariño y ternura, disfrutando su momento a solas. Y no sería el segundo ni el último que tendrían, estaban destinados se le puede decir.

Salieron de los ductos, encaminándose a dar un paseo, tomados de la mano con inocencia y apenados, ese sonrojo estaba de altanero sobre las mejillas de los dos infantes, quienes caminaban juntos por los pasillos mientras la campana del tiempo libre no sonase, estarían en los pasillos dando su paseo. Era tierno verlos juntos, incluso a algunas enfermeras le llegaban a sangrar la nariz con levedad. Cosa que confundía al ocre, el azabache ya sabía porque reaccionaban así. Todo era tranquilo, demasiado se puede decir.

--Sajiro--el menor se atreve a romper el silencio entre ambos, logrando su objetivo de llamar la atención del mayor--¿tú quisieras salir de aquí?

--¡claro! Quisiera ver cómo es el mundo exterior--responde el azabache animado con una gran sonrisa--¿y tú?

--si quiero salir, pero debemos ser pacientes, jeje--dice el ocre con una ligera sonrisa--te quiero.

--yo igual te quiero.

Luego de eso continuaron su caminar, recibiendo varias miradas de los trabajadores del área, no les molestaba a ninguno de los dos ese hecho, después de todo solo eran unos infantes, ya era normal ver a dos niños tomados de las manos. Los besos inocentes que se daban eran cuando estaban a solas o en los ductos, nadie les veía de esa manera. Así era mejor para todos.

Amarse mutuamente desde niños ya es obra del destino.

~<~-<-+<+*<*°<°0<0~>~

Hola mis queridos lectores, espero que les haya gustado el cap. De hoy, me espero que vosotros disfrutéis la historia ya que me esfuerzo bastante, si soy honesta, es muy vaga mi experiencia escribiendo shota x shota, así que leeré un poco más para saber de este tema (xD), prepárense, ya que en cualquier momento, ¡pum! Llega un capítulo extra... sin más que decir me despido de ustedes con un gran abrazo virtual... nos vemos... se les quiere en casa...chao~

Atte.: TheCreeper

Awake/DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora