Capítulo 76

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Cap.76: Muñeco De Nieve... 10 Dic. Del 2015... 15:30hrs

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Diciembre, fecha de las festividades de fin de año, las que se disfrutaban y gozaban en familia. Cierta rubia caminaba entre la cera y la nieve caída en esa fecha, jalando de la mano a su progenitor con una sonrisa, era una lástima que sus padres trabajasen incluso en esas fechas donde había bastante grosor navideño, aunque ese era el último día de trabajo para el azabache en ese año, el cenizo se aferraba cada vez más a su madre para no caerse, sin embargo, si caía, la nieve amortiguaría el golpe.

Llegaron hasta el parque, el cual estaba cubierto de nieve, Amane de inmediato se tiró al helado suelo, moviendo sus brazos y piernas a hacer un ángel de nieve, Stephan se sentó en una banca que estaba cerca de la ubicación de su hija, dejando que Edwin se sentara sobre la nieve y jugase un poco con esta, le encantaba ver a sus hijos jugar entre esos copos cristalizados.

Al poco tiempo, llegó el azabache, a vista del ocre se veía apuesto a pesar de estar usando abrigo, si era honesto, todo lo que se ponía su esposo le hacía ver de puta madre, Amane se le acercó entusiasta a abrazar a Sajiro entre risas, el cenizo escaló la pierna del ocre para subirse a este y sentarse para abrazarle con autoridad, como si Stephan fuese algo que él tuviese permitido tocar.

--huerquillo no inicies--mencionó el azabache sentándose al lado del ocre.

--¡no!--exclamó el más pequeño cubriendo con sus manitas la boca de su progenitor--papá no puede besar a mamá.

A Sajiro se le marcó una vena en el rostro, Stephan estalló en risas, Amane reía bajamente y Edwin dejó de cubrir la boca del ocre para volver a aferrarse a este como lapa. Estuvieron así otro rato, luego optaron por regresar a casa, en el pequeño patio de su dulce hogar, a los dos críos se le ocurrió hacer un muñeco de nieve, idea principalmente perteneciente a la rubia.

Los dos mayores ayudaron a los pequeños a hacer su muñeco de nieve, riendo de vez en cuando con la guerra de bolas de nieve iniciada por el azabache, tras terminar aquel muñeco de nieve se sentaron en la entrada de la casa, el cenizo y la rubia estaban tirándose nieve encima como un juego, el ocre sacó su celular, tirándole una foto a ambos infantes quienes dieron su mejor sonrisa para la foto.

Guardando aquel recuerdo en la galería de su celular, para luego volver a esconder su teléfono, el azabache ingresó a la casa, para salir al rato con un par de tazas con chocolate caliente, llamando a la rubia en cuanto le dio una taza al ocre, esta se acercó con el crio, quien se puso sobre su progenitor para que le diera del chocolate caliente.

--te vas a quemar si te lo doy así--mencionó el ocre alzando la taza para que el cenizo no la agarrase.

--¿ah? chocholate--el menor se puso de puntitas, intentando agarrar aquella taza.

--una vez que quiere algo no se detiene--comentó el azabache intentando darle un beso en la mejilla al ocre, pero las manitas de Edwin se interpusieron--sabes que es mío como prioridad, luego es tuyo.

--¡no!

Vaya familia tan animada eran, el ocre negó un par de veces con su cabeza para levantarse de su puesto, y darle la taza de chocolate al menor, ingresando a la casa, mirando a través de la ventana a los niños jugar entre la nieve, luego los metería a dentro para que no pescasen un resfriado a esas alturas bajo cero, revisó su celular, donde llevaba una llamada perdida de un número desconocido, decidió no averiguar de quién era, aunque al final su curiosidad pudo más que él, marcando aquel número no registrado.

La llamada nunca fue respondida, a lo que estaba a punto de colgar, hasta que finalmente contestaron, sorprendiéndose un poco tras escuchar la voz de la castaña al otro lado de la línea.

--¿cómo carajos has conseguido mi número?--preguntó aun atónito, frunciendo el ceño al escuchar la risa contraria--responder, zorra.

--tengo mis habilidades y contactos, conseguir tu numero celular no fue un reto--confesó arrogante--me gustaría estar en el lugar de Sajiro y poder apreciarte cada que quiera, es una decepción que alguien como él tenga ese derecho.

--¿a qué te refieres con "cómo él"?--preguntó confundido.

--ya lo verás--cortó la llamada en ese momento.

El ocre quedó confundido en lo absoluto, la odiaba vaya puta era con la que se enfrentaba a distancia, no se llegaba a imaginar que hubiera pasado si se quedaba con ella desde su infancia, era de lo peor eso lo llevaba seguro desde hace tiempo, esa obsesión de ella hacia su persona le repugnaba.

Sacudió su cabeza a borrarse aquel pensamiento, soltando un suspiro, saliendo de su burbuja al sentir algo aferrarse a su pierna, agachando la mirada para apreciar a su hijo más joven, sonriendo un poco para colocarse de cuclillas y acariciar la cabeza del cenizo. Era mejor olvidarse de ese tema con el que solía tener duda, cargó al crio, justo cuando ingresó el azabache junto a la rubia, riendo un poco al ver a ambos cubiertos de nieve, el menor de los cuatros también rio de forma escandalosa al verles.

--vais a cambiaron y me abrazáis--comentó el ocre huyendo de la rubia, subiendo las escaleras con el crio en brazos--no me toquen o a Edwin, nos podéis pegar un resfriado.

El azabache se sacudía en el pasillo principal, lugar donde podía ver al ocre sentarse en las escaleras con el cenizo en brazos, este reía al ver a la rubia sacudirse como perro, una sonrisa se formó sobre sus labios, era hermoso ver a tu familia convivir en paz, pero llegaba a olfatear cierta tensión en su pareja, luego averiguaría que era.

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Tareas, es lo único que voy a deciros, he llegado a la temporada de clases y tengo tarea a montón, si queréis tomadlo como una excusa para retrasar las actualizaciones, háganlo, estáis en su derecho, el extra que viene, contendrá Lemon, base de las +400 leídas que gracias a todos ustedes hemos podido llegar. Dedicado a: @LaChica_Rara1. Nos vemos... se les quiere... chao...

Atte.: TheCreeper

Awake/DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora