Los Guardianes de Cianta

Capítulo 51: El Último Caso

Ha pasado poco tiempo desde el extraño desenlace que tuvo el robo del Diamond's House. Hamilton había asignado un equipo de extracción justo antes de perder comunicación con Knight debido al puño PEM. El equipo llevó a Knight y al criminal con el extraño traje de regreso a la Base Hope. Ahí, mientras se le extraía el traje dorado al joven sujeto perpetrador del crimen, Knight caminaba por uno de los pasillos iluminados de la base. Del otro lado del pasillo, Pace, con su ropa de entrenamiento, se acercó nervioso a Ray.

-Antes de que escuches algo, te juro que yo no dije nada. –Comentó el muchacho con los ojos bien abiertos y su mano colocada frente a Ray, como si quisiera detenerlo; haciendo un ademan común hecho para tranquilizar a una persona.

Ray, evidentemente, no entendía a qué se refería Pace. -¿De qué...? –Antes de que terminará de formular la pregunta, se percató de que Pace había volteado sus ojos, como si estuviera viendo algo detrás de Ray; éste último se giró, notando a Hamilton, quien estaba detrás de él, con los brazos cruzados y una evidente cara de molestia.

Entonces Ray lo entendió. Hamilton había descubierto la conversación que él y Pace habían tenido en la mañana con respecto a la propuesta que tenía preparada para Alicia. La molestia que le causó el ser delatado hizo que se volteara hacía Pace; aun si tenía el casco puesto, se podía notar su enfado, acompañado de una cara de espanto por parte del joven muchacho.

-No te enojes con Pace. –Dijo Hamilton antes de que Ray dijera o hiciera nada. -Es que existe algo revolucionario llamado "cámaras de seguridad". Hoy en día incluso graban audios ¿sabías? –Comentó con sarcasmo mientras se acercaba al caballero de Dark City. -Las que están en la base Hope, por ejemplo, escucharían el aleteo de una mariposa si no estuviéramos bajo tierra.

-Así que nos están espiando. –Reflexionó Ray con un tono serio. Pace veía la escena a la expectativa de que cualquier cosa sucediera.

-Ray, cuando se está a cargo de la seguridad nacional tiendes a ser un poco... paranoico. Más si se está en un lugar donde se encuentra la tecnología más avanzada del país, y tal vez del planeta.

-¿Se supone que esto que me estás contando tiene que convencerme de seguir trabajando aquí?

-"Seguir trabajando"... -Repitió Hamilton con una sonrisa y un tono de burla, menando incrédulamente la cabeza. -¿Cuántos años tienes, Ray?

-Veintisiete.

-¿Y ya te quieres jubilar? –Sonrió.

-No, Hamilton. Pero no quiero esperar hasta ser un anciano para tener una vida tranquila. –Pese a la evidente molestia, Ray trataba de mantener un tono de voz tranquilo. -Ya no me interesa atrapar a Víctor Blake.

-Ray, estamos más cerca que nunca de derrotar al Triunvirato. No puedes...

-¿Lo estamos? –Interrumpió Knight. -Cada día descubrimos una nueva organización criminal asociada a los Blake: Narcotráfico, terrorismo, venta de armas, de personas, de... menores. ¡Nombra lo que quieras, en la cima de la pirámide va a haber un Blake! –Ray hizo una pausa, tratando de controlarse. –Además ¿no escuchaste lo que te dije? Ya no quiero atrapar a Víctor Blake. ¡¿Sabes de lo que se requirió para que pudiera decir eso?!: De Alicia. Alicia tuvo que suceder para darme cuenta de que se puede aspirar a otra cosa que no fuera el... vengarse. –Afirmó con un ademan de desdén, seguido de un suspiro. -He visto mucha violencia en poco tiempo, Hamilton. Quiero ver el otro lado de la vida ¿sabes? Ese en el que me despierto en la mañana, tomo un café al lado del amor de mi vida, nos vamos a trabajar y al regresar vemos una película, salimos a dar un paseo, acariciamos a un gato ¡lo que sea! El chiste es hacerlo juntos... en paz. –Knight desvió la mirada por un instante, imaginando el panorama que narraba. Luego volvió a ver a Hamilton y siguió hablando en un tono más ligero. -Quiero eso; no perseguir a más delincuentes.