Capítulo 32: Alicia Méndez

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La rocola comienza a sonar: "The Spy" de "The Doors". Alicia recuerda una montaña repleta de nieve, lo único que interrumpe el fondo blanco es el café claro de una cabaña en medio del risco, enderezada gracias a los soportes de madera.

"Para empezar diré que siempre me gustaron las emociones fuertes." Narra Alicia.

Una figura femenina con ropa de esquí de color blanco desciende por la colina de la nieve hasta aterrizar en la cabaña, donde se detiene, dejando el equipo de esquí en el suelo para luego subir con rapidez las escaleras y llegar a la entrada.

Una vez dentro, la mujer ve a varios hombres de traje alrededor del perímetro de la cabaña, con uno en medio, sentado mientras bebe de un vaso de wiskey, como si estuviera esperando a la chica.

-¡Alicia! cariño ¿te divertiste haya afuera?

La mujer se quita la capucha, el cubrebocas y las gafas, revelando así su identidad; entonces sonríe al hombre. -No más de lo que espero divertirme aquí dentro. -Contestó mientras se quitaba los guantes.

-¿Y a qué se debe eso? -Sonríe el hombre mientras se levanta del asiento y comienza a caminar hacia Alicia.

-Bueno... -Alicia se empezó a desabrochar la chamarra mientras se acercaba al hombre de traje. -... Pues hay algo que he querido hacer desde que te conocí en aquel bar.

-¿A sí? -Pregunta el hombre mientras abraza la cintura de Alicia con su mano libre. -Creo que me doy una idea de qué hablas.

-Te sorprenderías. -Comenta Alicia al rodear el pecho del sujeto con su mano izquierda.

-¿Por qué lo dices?

Alicia sólo se encoge de hombros inocentemente mientras desliza un cuchillo desde su manga hasta la mano derecha. Entonces, Alicia encaja rápidamente el cuchillo en el cuello del hombre, los demás no alcanzan a reaccionar a tiempo para salvarle la vida al pobre sujeto, así que sólo desenfundan sus armas. Sin embargo, Alicia hace lo mismo, pues traía una pistola guardada en la parte de dentro de su chamarra; ella utilizó al hombre cómo escudo humano mientras le disparaba a los sujetos de izquierda a derecha; al acabar dejó caer el hombre.

Después de un segundo, Alicia oye que abren la puerta de la cabaña, por lo que apunta hacia ella, pero cuando ve que entra un hombre vestido igual que ella, baja el arma.

-¿Y bien? ¿Te divertiste? -Pregunta el hombre al quitarse todo lo que cubría su cabeza. Se trataba de un sujeto de mediana edad, de tez blanca y pelo un poco largo y rubio, medianamente recogido hacia atrás.

-Es trabajo, pero disfrutable.

-Bueno, las cosas se disfrutan más en compañía. -Sonríe el hombre, al igual que Alicia. -Por cierto...

El sujeto desenfunda su arma y apunta; al principio Alicia se sorprende, pero cuando el hombre dispara, se da cuenta que no le apuntaba a ella, sino a un sujeto que se había tirado al suelo para hacerla pensar que había muerto.

-...Cuídate de los que se hacen los muertos.

-Lo tomaré en cuenta. -Sonríe Alicia.

-Vámonos de aquí.

-Podríamos... pero lo cierto es que la cama de este infeliz es bastante cómoda. Será una pena cuando la tengamos que quemar con el resto de la cabaña.

-Entonces hay que aprovecharla una última vez...

Los dos se acercan y se abrazan mientras se dan un beso apasionado.

"Él se llamaba Garrick, pero su nombre profesional era Ice, mientras que el mío era Snow, ambos formábamos Blizzard; estábamos comprometidos con el equipo... Bastante." Narró Alicia al recordar el anillo con forma de copo de nieve que él le había dado como petición de compromiso. "Éramos el dúo de espías/mercenarios a sueldo más celebre en el submundo."

Los Guardianes de CiantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora