Capítulo 42: Reunión Interrumpida

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La pequeña tertulia en el recibidor de la Casa de Luz proseguía con normalidad. Los Guardianes estaban arrinconados cerca de la puerta derecha de la sala, pues no tenían intenciones de establecer ninguna conversación con ningún político de la fiesta. Hamilton se preparaba un trago mientras que Jonathan y Sam se encontraban conversando casi en medio de la sala. Por su parte, Hopkins seguía hablando con los senadores acerca de lo prometedor que era el proyecto Guardianes, además de recalcar lo maravilloso que sería que Cianta volviera al SMU.

-Bueno Hopkins, tu proyecto sin duda me ha sorprendido, pero aún tengo una duda. –Dijo un señor alto y moreno de lentes con pelo un poco canoso. -¿Qué criterio utilizaste para escoger a los agentes? ¿Elegiste a los mejores entrenados, los de mayor rango o...?

Joseph intentó buscar una forma de eludir la pregunta, pues no quería explicar que más de la mitad del equipo eran criminales. -Es gente que tiene tantas ganas de acabar con el crimen como yo. –Fue lo único que dijo con una sonrisa.

-Bueno, sin duda me has intrigado bastante, y esta pequeña reunión ha sido muy encantadora. –Comentó una mujer que se encontraba en la conversación, portando un kurta. -Te diré algo, propondré una moción para que reintegren a Cianta al Senado del Mundo Unido.

-Le agradezco mucho, senadora. –Sonrió Hopkins.

-Sin duda contará con mi voto.

-Y con el mío.

Dijeron los otros dos en la conversación.

-Ah, lo que dicen es música para mis oídos. Sin duda este ha sido un día bastante excepcional. Propongo un pequeño brindis por el futuro prometedor que tiene Cianta.

Hopkins y los senadores alzan sus copas, pero cuando están a punto de dar el brindis, el hombre de piel morena ve de reojo algo que termina captando su atención, causando en él una expresión de asombro a la vez que de molestia. Esta reacción se le hizo tan peculiar a Joseph que volteó hacia la dirección que miraba el hombre.

Se trataba de un sujeto que acababa de llegar al recibidor por la puerta principal, y aunque no hizo mucho escandalo al llegar, sin duda captó la atención de todos los presentes en la sala, pues se trataba de Malcolm Blake, ni más ni menos, vistiendo una camisa gris y pantalones café.

Malcolm se quedó quieto en la entrada y volteó a ver a todas direcciones, percatándose de que todos los invitados tenían su vista fija en él. -¿Qué tal? –Comenzó a decir con una sonrisa mientras avanzaba hacia la mesa de bufet. -Buenas noches. Disculpen lo de la alfombra, pero su personal de seguridad no me dejaba pasar y tuve que ser... insistente. Je. –La razón de que Malcolm dijera esto era porque a donde caminara dejaba una huella de su pisada de color rojo intenso, que resaltaba bastante con lo blanco de la habitación. -Así que ¿Cómo se la están pasando? –Preguntó al llegar al bufet, mientras se comía un camarón. -Dígame, gobernador ¿se está divirtiendo? –Le preguntó a un hombre a su derecha, quien solo se le quedó viendo. -¿Y qué hay de usted? –Le preguntó a la princesa, quien parecía enojada y le respondió algo en su lengua natal. -¿¡Qué?! No sé qué me acabas de decir jajaja. –Rio Malcolm.

Al calmar su risa, el menor de los Blake volvió a analizar su entorno, fue así que se percató de la presencia de los Guardianes.

-¡Ah! Ahí están, y sin los cascos. Mejor para mí. –Malcolm hizo un pequeño acto de mímica, como si apuntara a los Guardianes con una cámara. –Clic, ya no se me van a olvidar sus caras. –Dijo sonriendo al apuntarles con el dedo. Su manera de hablar y moverse era bastante expresiva, llegando a causar incomodidad por lo impredecible de lo que podría hacer a continuación.

Los Guardianes de CiantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora