Ha pasado alrededor de una hora desde que se acabó la presentación. Los Guardianes, Knight, Hamilton, Jonathan y algunos políticos y altos representantes de Cianta se encuentran ahora en el recibidor de la Casa de Luz. Una gran sala inmaculada con una alfombra floreada de color beige que recorre la mitad del pasillo en línea recta. La ambientación es música clásica, más concretamente una interpretación de Chopin de Arthur Rubinstein. Todo el equipo está en una especie de círculo, cerca del centro, por la mesa de bufet. Es más que obvio que los trajes los resaltan de todos los demás invitados.
-Bueno chicos, esta es la recepción de la casa de Luz ¿Qué opinan? –Les pregunta Hamilton a los Guardianes.
-Es muy bonita. Casi no parece que hubiera sucedido un ataque terrorista hace unos meses. –Comentó Reed.
-¿No era aquí donde estaba el museo necrofílico de Malcolm? –Preguntó Jasón.
-Chicos, por favor. En toda esta sala hay gente importante de todas partes del país e incluso del extranjero ¡y ustedes son el centro de atención! –Dijo Hamilton en voz lo suficientemente baja como para que solo los Guardianes lo escucharan.
-¿En serio? ¿Crees que resaltemos mucho? –Preguntó el Guardián 4 viendo su lanzallamas. -Porque a mi parecer esa chica de ahí tiene un vestido bastante despampanante. Estoy seguro de que la mayoría de "caballeros" tienen su vista fija en ella... o en su culo. –Dijo Reed tratando de sonar refinado.
-Sólo compórtense y eviten hacer comentarios como... esos, por favor.
-Aquí viene el presidente. –Avisó Chester.
-¡Señor presidente! Quería felicitarlo por su discurso, fue inspirador. –Dijo Hamilton al verlo.
-Es que estaba emocionado, y quería compartir esa emoción con el resto del país. El proyecto Guardianes es mi idea más ambiciosa como presidente de Cianta, y estoy seguro de que no me defraudarán. –Sonrió Joseph.
-Espero que haya sido una buena idea hacerlo público.
-¡Claro que lo es, Hamilton! Quiero demostrarle al pueblo que, a diferencia de Víctor, pensamos en ellos. Y la mejor forma de hacerlo es siendo honestos con la gente. Quiero que Cianta tenga rostros que admirar y donde se sientan seguros. Sus rostros, Guardianes. Y hablando de eso, quítense los cascos, están con gente de confianza, ¡diviértanse! –Joseph despegó la vista de los Guardianes buscando algún camarero o mucama. -¡Que alguien ayude al joven a quitarse ese aparatoso traje para que pueda tomar un trago! –Pidió el presidente señalando al Guardián 5.
-Agradecemos la invitación, señor presidente... pero creo que es momento de que nos retiremos y volvamos a la base. –Se disculpó Hamilton.
-¿Retirarse? Pero si es por ustedes que esta gente está aquí. ¿Ven a esos individuos de ahí? -Todos voltean hacia donde les indica el presidente. Se trata de unos cuantos políticos que, por tan solo ver los ropajes y facciones en sus caras, es fácil deducir que son de otros países. -Hice esta pequeña reunión después de la presentación para convencer a esos hombres y mujeres de que reincorporen a Cianta al Senado del Mundo Unido; eso beneficiará enormemente al país. El proyecto Guardianes será una herramienta política perfecta para ese fin. Así que quédense y conozcan a los invitados.
-¿Seguro? –Preguntó Reed en voz baja, causando que Jonathan lo vea con enojo.
-Claro, tienen todo el derecho de conocer a los políticos que ustedes protegerán. De hecho, esto me recuerda la razón por la que vine aquí. Señor Kay, si me hiciera el favor de venir conmigo para invitarle un trago... –Le sonrió el presidente a Knight, como si hiciera que el pequeño roce que tuvieron el día de ayer no hubiera pasado.
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Los Guardianes de Cianta
AcciónDespués de décadas en un régimen, el país de Cianta se vio liberada del yugo del ex-presidente Victor Blake, ahora un prófugo de la justicia. Es el deber de 6 personas, todos con problemas personales contra el crimen, encontrar a este hombre y lleva...