CAPITULO 4: LA FAMILIA

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La camioneta de Robert llega a la casa de Richard, ahora están solo ellos dos en la camioneta. Durante el viaje escucharon la conversación que tuvieron John y Richard, al terminar, la única reacción de Robert fue:

-Que hijo de puta. -Robert se quedó viendo a la nada unos segundos, como pensando que decir, entonces habló. -Es bueno que lo tengas grabado pero ¿No te da miedo lo que ese sujeto pueda hacerle a ti, a Amanda, o a los niños?

Robert veía fijamente a Richard con una expresión de asombro a la vez que de susto.

-Si, algo, pero esto es la prueba definitiva que necesito para demostrarles a todos lo que el gobierno de Cianta hace con sus ciudadanos, el problema será el cuando y donde mostrarlo. -A diferencia de Robert, Richard estaba más serio que asustado, estaba realmente concentrado en la oportunidad que tenía en sus manos.

-Esta bien que pienses eso pero, recuerda, tu familia es primero, es por ellos por los que estas metido en estas cosas ¿no? Así que no los expongas a peligros innecesarios, por favor. -Robert realmente se veía afectado por la idea de que hubieran amenazado de tal forma a la familia de su mejor amigo.

-Descuida, te aseguro que tengo la situación bajo control.

Robert apuntó con el dedo a Richard. -más te vale, te dejare pensar en eso. -Robert suspira. -Nos vemos... ¿cuando reunimos a los otros?

-Mañana.

-¿Seguro? -Robert se mostró sorprendido por la dedicación de su amigo.

-Si, debemos demostrarles que no tenemos miedo.

-Pues si tu lo dices... pero cuídate, viejo.

-Descuida, no dejare que ese tal John le haga algo a mi familia.

Robert sonríe. -Yo me refería a tu esposa jajaja.

Robert hizo esta pequeña broma para relajar el ambiente.

-Jajaja descuida, no creo que huela tanto.

-De todas formas tengo unas mentas si ocupas.

-jaja, no, así parecerá que bebí más, nos vemos, Robert.

-Nos vemos, Richard.

Los dos se dan un abrazo fraternal, luego, Richard se baja del asiento del copiloto de la camioneta de Robert y cierra la puerta de ésta, luego se da la vuelta y comienza a caminar hacia su casa. Robert borra su sonrisa y ve con cierta preocupación a su amigo dirigiéndose a su hogar, se le queda viendo por unos segundos y entonces enciende su camioneta, luego, hace una vuelta en u y se va del lugar.

La casa de Richard parece más lujosa de lo que realmente es por dentro. Es una casa de dos pisos hecha de madera con un techo alto y puntiagudo, ventanas cuadradas, un pequeño patio con cerca, una entrada para el correo y una pequeña entrada decorada con piedras pequeñas que llevan a un tapete que dice "bienvenido". La casa es parte de una herencia de la madre de Amanda, esposa de Richard, junto con la mayoría de muebles que decoran el interior, sin duda la familia de Amanda era adinerada, a diferencia de la familia de Richard que era un tanto más humilde. Sin embargo, fuera del exterior la casa tenia ciertos defectos, el primero es el vecindario, no hay, la casa más cercana esta a, como mínimo, un kilometro de distancia, aparte a esto hay que sumarle que la casa está entrando a Dark City, lo cual es un problema para Richard pues sus protestas son en Light City.

Richard abre la puerta y lo primero que ve es a Amanda esperándolo con una cara de enojo inconfundible. Amanda tiene aproximadamente 40 años, viste un suéter con cuello de tortuga color morado y pantalones beige, su pelo es lacio color castaño claro. Por lo general es una mujer sonriente, pero últimamente ha estado muy preocupada, sabe que lo que hace Richard traerá consecuencias para su familia tarde o temprano, no sabe lo que su esposo está a punto de decirle, por eso aun tiene la esperanza de que no sea tarde. Antes de que platicaran, Amanda solo estaba molesta porque Richard había llegado tarde y porque olía un poco a alcohol, pero eso no iba a importar muy pronto.

-Hola amor. -Richard la saluda con una sonrisa, intentando camuflar su preocupación, entonces se acerca a darle un beso a Amanda.

-Hola amor, ¿por qué a esta hora? está a punto de llover... ¡¿y por qué hueles a alcohol?!

-Perdón, nos tomamos unas cervezas, pero solo fue una para mí, lo juro, mmm... ¿me viste en la tele? -Richard dice esto para intentar que su esposa no le dé un sermón.

-No ¿pero sabes quien si te vio? Bruce ¿y sabes lo que me dijo? Que los compañeros de su escuela se burlan de él por ser tu hijo, y que tuvo que pelearse con ellos para que lo dejaran en paz.

-No me culpes a mí, esos malcriados llevan tiempo molestando a Bruce y el director nunca hizo nada, no le quedaron opciones, tuvo que defenderse por cuenta propia, eso no es tan malo como parece ¿sabes?

-Di lo que quieras, pero no me gusta que nuestros hijos aprendan esa conducta, es más, creo que Bruce y Ray están peleando en el patio ¿Por qué no vas a hablar con ellos?

-Está bien, hablare con ellos. -Richard se dirigía hacia la puerta que estaba en la cocina para buscar a sus hijos, pero entonces se detuvo en seco, luego dio un suspiro profundo y se volteo hacia Amanda con una expresión de traer malas noticias. -Pero antes tengo que hablar contigo de algo...

"¡Ahh! ¡Suéltame!"

Tal y como Amanda dijo, Bruce y Ray están peleando en el patio, mientras que Kelly lo ve todo desde los escalones que conectan la cocina con el patio. Los niños son traviesos, pero aún así son los mejores hijos que unos padres podrían pedir, o al menos eso les dicen. Bruce, el mayor, tiene doce años, el heredó los ojos claros y pelo lacio y de color negro de su madre y la actitud de su padre, prefiere vestirse lo más formalmente posible. Es bastante listo y sociable, Ray, en cambio, es mucho más serio, con diez años, es callado, pero también es bastante listo, también tiene pelo negro, pero, a diferencia de su hermano, no es lacio, sino más bien, amarañado como el de su padre. Aparte, es más sencillo, no le gusta ser tan formal, de hecho se va más por el negro, aunque realmente no le importa mucho, mientras tenga algo con que vestirse él está cómodo. Kelly, con seis años, es la más distinta de los tres, su pelo es castaño y rizado, con ojos claros, es muy alegre y muy apegada a su madre, también es tranquila, por lo que no le interesa tanto las peleas como a Bruce y Ray.

-Si quieres que te suelte, solo tienes que decir que soy mejor que tú. -Dice Bruce con una sonrisa en su cara.

-¡Cállate! -Exclama Ray

-Decir eso no hará que te suelte.

-Ya suéltalo, Bruce. -Grita Kelly

-Ya sabes que decir...

-Ahh, está bien, eres mejor que yo.

-Ya lo sabía. -Dice Bruce confiado.

Bruce suelta a Ray de la llave en la que lo tenía atrapado, aunque parte de Ray hubiera preferido que le doblaran el brazo a tener que pasar por esa humillación... otra vez.

-Jajaja, eres muy débil Ray, tienes que entrenar, eso te dará chicas.

-No me interesan las chicas.

-No aún. -Bruce le guiñe el ojo.

"¡¡¿¿Qué??!!"

Se escucha un grito de la nada, los tres niños se quedan viendo en dirección a la casa, saben que sus padres están peleando, pero el grito enérgico de su madre significa que es algo bastante serio. Los tres van adentro de la casa.

-Pero aquí tengo la grabación. -Dice Richard excusándose.

-¡PERO ESO NO ME IMPORTA! ¿Cómo puedes exponer tanto a tu familia?

-Lo tengo controlado amor, no les tengo miedo.

-Aun así, es demasiado riesgo, si tú estas dispuesto a asumirlo está bien, pero no pongas a tus hijos en esto por favor.

-¿Qué hiciste papá? -Dice Bruce sorprendido del enojo de su madre.

Amanda le cuenta a su hijo de manera rápida, y enfurecida, lo que Richard tiene planeado.

-Como te atreves ¿no te importamos o qué? -Rápidamente Bruce se pone del lado de su madre.

-Claro que sí, es solo que...

-Es que nada, esta vez te pasaste de la raya. Lo interrumpe Amanda.

Amanda se va junto con sus hijos a la parte de arriba de la casa, donde están las habitaciones. Ray y Kelly no dijeron nada, pero aún así estaban sorprendidos. Dejaron a Richard solo en la sala, pensando sobre lo que debería hacer...

Los Guardianes de CiantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora