Capítulo 33: Jonathan Cheetman

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Ahora la rockola comenzó a reproducir "No reason for livin'" de Janis Joplin.

-Bueno. -Comienza a hablar Jonathan. -Yo tuve una carrera como justiciero bastante extensa, por lo que tendrán que perdonarme, porque voy a omitir muchos datos. -Jonathan centra su atención en un punto cualquiera de la mesa, pensando en el pasado. -Supongo que mi origen se remonta a cuando perdí a mi padre por culpa de un asalto que salió mal. Ya saben cómo es esto, mal lugar en mal momento. Aunque lo que realmente me jodió esa vez fue el hecho de que el sujeto escapara. Y aunque el hijo de puta fue tan descarado para no portar nada que cubriera su rostro, los oficiales no hicieron nada contra él por "falta de pruebas", lo cual es una clave para decir "No me interesa tu puta vida".

Jonathan bebe de su trago.

-Fue después de eso, y notar lo inútil que es la policía de Bandora, qué decidí unirme al cuerpo de oficiales. Me juré a mí mismo que haría mi parte para evitar que alguien más tenga que pasar por ese sentimiento de impotencia que genera una policía inepta. Me fue bien, era un buen oficial... Pero el problema de la ineptitud policial es que muchas veces viene acompañada de corrupción.

-¿Qué fue lo que te sucedió? -Pregunta Jasón.

-Me negué a "ayudar a un hermano de uniforme" como ellos se llamaban. Un colega no sólo fue tan imbécil como para aceptar un soborno. Sino que fue lo suficientemente estúpido como para que lo descubriera. Él y sus amigos intentaron convencerme de que lo dejara pasar, pero no lo hice. No sólo lo despidieron, sino que lo metieron a prisión. Pese a todo lo que sucedió después de hacer eso, sigo sin sentir lastima por él. De hecho, de haber sabido lo que ese infeliz causaría, lo hubiera matado ahí mismo.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? –Preguntó Pace.

Jonathan, con una expresión de enojo, suspiró. -Él y sus amigos eran de la peor clase de idiotas: Idiotas con armas. -Dijo antes de beber.

Jonathan recordó una noche, en la cual acababa de llover. Se encontraba en su vecindario, con su uniforme de policía, en medio de una multitud, la cual veía a su casa. Casa que se encontraba destruida, como si un tornado hubiera pasado sobre ella. Las ventanas estaban rotas. La puerta de la entrada se encontraba derrumbada, por lo que se podía observar la sala desde afuera, la cual era visible que estaba hecha un desastre. Lo peor de la escena eran las luces de la patrulla y la ambulancia que se encontraban a los lados de la casa.

Otro oficial, quien estaba encendiendo un cigarrillo, se acercó a Jonathan. -Fue un robo, no pudimos llegar a tiempo.

-¿Me quieres hacer creer que un ladrón hizo esto? -Preguntó Jonathan con rabia.

El oficial se encogió de brazos mientras inhalaba el humo, entonces se acercó a Jonathan y comenzó a hablarle en voz baja, haciendo que el humo que salía de su boca le cayera justo en la cara. -Que lastima, no protegiste a tu hermano de uniforme... Ni al hermano de verdad. -Sonrió mientras veía a los sujetos de la ambulancia subiendo el cuerpo cubierto de alguien.

El policía estaba a punto de marcharse cuando Jonathan, sin voltear a verlo, sujetó firmemente la mano donde el oficial sostenía su cigarro. Entonces Jonathan se lo quito de la mano y fumó de él, haciendo una expresión de ira con los ojos cerrados mientras exhalaba el humo. El policía no entendía lo que Jonathan estaba haciendo. Entonces Jonathan clavó el cigarro en el ojo del hombre, sorprendiendo a todos los que estaban en la multitud. Después de unos segundos, torció el cuello de su compañero. Una vez que todos se fueron corriendo, Jonathan dejó caer el cuerpo del oficial, tras esto, arranco su propia placa de su uniforme.

"Fue en ese momento en el que me di cuenta de que la placa de policía vale tanto como los hombres que las portan. Para mí, la placa del Departamento de Policía de Bandora no valía nada." Jonathan arrojó la placa en su patio, haciendo que se enterrara en el lodo que se formó por la lluvia. "Estaba sucia, desgastada y corrupta... Pero yo iba a cambiar eso. Por mi hermano, y por toda la gente que se ha visto en situaciones como la mía." La mirada de coraje de Jonathan en aquella noche reflejaba un gran odio, pero a la vez, una determinación brutal.

Los Guardianes de CiantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora