Otro rumbo de vida.

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Aquel día me resultó traumático, aún tengo pesadillas que me lo recuerdan una y otra vez.

Todo lo que me quedaba resultó esfumarse en cuestión de segundos.

Recordaba todos los momentos buenos que había tenido con ellos, aún no podía creer que ya no estaban conmigo.

Estaba paralizado, delante del cuerpo sin vida de Álex mientras sujetaba al pequeño gatito sobre mis brazos y me aferraba a él, al único recuerdo que tenía de ellos.

En unos minutos llegó la policía que empezó a rastrear la zona.

Tenía miedo, no sabía a donde ir, no tenía casa, tampoco familia... Estaba yo solo con Mika.

-Joder, hay un chaval aquí.-Escuché la voz de unos policías.

Yo estaba sentado, aterrorizado, intentando no recordar los disparos que retumbaban una y otra vez en mi mente.

-Levanta las manos chico, ¿Estás armado?-Preguntaron mientras se acercaban despacio apuntándome con armas.

Yo no respondí nada, solo acariciaba a mí gata con la mirada perdida.

-Superintendente-dijo uno de los policías por radio, -hay aquí un chaval, tendrá unos 16 u 17 años... Hay dos cuerpos, está en frente de uno de ellos y tiene señales de alguna secuela...

-Voy para allá-Respondió éste.

Ellos se acercaron un poco más a mí.

-¿Estás armado?-preguntó de nuevo.

Yo no respondí.

-Tranquilo chico, no queremos hacerte daño... Estamos aquí para ayudarte.-Dijo éste.

Se acercó un poco más, precavido, para inspeccionar que no estuviera armado.

-Está limpio.-Avisó por radio. El policía se acercó un poco más y se agachó.-Está todo bien, no va ha ocurrirte nada malo estamos aquí para ayudarte...- Dijo el hombre.

Intentaba aguantar mis lágrimas, aunque me sentía vacío por dentro, con una herida que sería imposible cerrar...

Pasaron unos minutos, entonces llegó un hombre bastante imponente de traje bien planchado y corbata apretada al cuello en un patrulla. En este iban más policías.

-Super, ese es el chico, no ha dicho ni una palabra desde que hemos llegado.

Este escuchaba mientras caminaba hacia mi.

Se acercó y agachandose comenzó a inspeccionarme de arriba abajo con su mirada.-¿Cuál es tu nombre?-Preguntó en un tono serio pero no muy brusco, con un toque de amabilidad y compasión.

Yo no respondí, seguí con los ojos clavados en la nada, tampoco sentía fuerzas para pronunciar ni una palabra.

Aquel hombre esperó a que respondiera algo, pero al escuchar nada más que silencio lanzó otra pregunta.-¿Conoces a estas personas?-Dijo mientras miraba el cuerpo de Álex que se encontraba frente a mí.

Me gustaría haber dicho que no, haber negado que ese era el cuerpo de mi mejor amigo, que el seguía vivo, pero tampoco me salieron palabras.

Las luces del patrulla me cegaban y que tantas personas estuvieran mirándome comenzaba a crearme ansiedad.

-Por aquí no hay nadie, super, todo limpio.-Se escuchó por radio.

El hombre tomó la radio enganchada a su bolsillo,-Aquí hay un muchacho, está asustado.-Dijo este mientras se alejaba.

-Vamos hacia allá.

-No, id hacia comisaría nos vemos allí, me llevo al muchacho, hay que interrogarlo.

✨Los ojos de la muerte-Volkacio✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora