"¿sabes a lo que me refería el otro día en comisaría?"

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Horacio estaba allí tendido, sentía que Gustabo le había roto algo con sus palabras.
Las lágrimas le fluían solas, estás recorrían todos su rostro y goteaban en el suelo.
Horacio sabía que Gustabo no era así, nunca le haría daño o más bien creía que nunca se lo haría.

Era tanto el dolor que sentía que casi no podía respirar.

-¡Dan!- sonó una voz de fondo.
-¡Dan!- dijo Volkov mientras se agachaba para ver qué le ocurría a Horacio.

Este estaba con los ojos fijos en el suelo y de estos le brotaban solas las lágrimas.

-Ey.... Venga vámonos- susurró Volkov mientras ayudaba a su amigo a levantarse.

                              [...]

Gustabo y Horacio llevaban semanas sin hablar, otra cosa no, pero orgulloso es el rasgo más característico de Gustabo y a este le costaría tiempo pedirle perdón a Horacio.

Volkov ya estaba casi recuperado, este podría volver pronto al cuerpo.
Y esos días que dijo que se quedaría en casa de Horacio se convirtieron en dos meses.
El comisario se sentía mejor que nunca, por fin tenía a alguien, por fin no estaba solo.
Este todavía no quería aceptar que le gustaba Dan.
Aunque en su cabeza solo se le venía la imagen de Dan empujándole a la pared y diciéndole que le volvía loco.

Horacio estaba mal, casi no comía, vestía con colores apagados y faltó unos cuantos días al trabajo.
No podía ni ver a Gustabo.
Lo único que se preguntaba era, "¿Y si tiene razón?".
Disminuyó también la interacción entre Volkov y este.

El comisario odiaba verle así, Dan/Horacio era la persona más alegre que este conocía.
Quería verle feliz y aunque Volkov no sabía expresar a veces sentimientos este lo intentó.

Volkov llamó a la puerta de la habitación donde se encontraba Dan/Horacio.
La abrió despacio asomando la cabeza.
-Hola Dan
-Buenas comisario- respondió intentando fingir una felicidad que no tenía.
-He hecho unos raviolis para comer- dijo este intentando animarle.
-No tengo...
-No me pienso mover de aquí hasta que comas algo- interrumpió Volkov.

Horacio se sentó en el borde de la cama, estiró un poco los brazos y el cuello y se puso en pié.
Este estaba sin camiseta.

Se sentaron en la mesa, el chico de la máscara tenía unas ojeras que se le podían ver a través de esta.

-Aquí tienes, cómetelo todo- dijo Volkov poniéndole un plato de estos encima de la mesa.
-Si mamá- respondió Horacio con un tono burlesco.

Después el comisario se sentó también,
-Dan.... Perdona por la pregunta pero... ¿Cuánto tiempo llevas con Fred?.
-¿Con Fred?-Horacio quería contarle todo, quería decirle que llevaba desde pequeño con el, quería decirle que era Horacio, quería contarle todo pero no podía.- Con Fred llevo bastante tiempo.

- ¿Alguna vez se había puesto así?
-No.- contestó este bajando la cabeza.
-Dan, ¿Le apetece venir a tomar algo esta noche por ahí?
-Volkov....
-No aceptaré nada que no sea un "si".

Dan sonrió mirándole a los ojos,
-si no tengo otra opción...

                                [...]

Estos dos se arreglaron, y decidieron ir a tomar una copa a algún lugar tranquilo.

Dan seguía triste aunque lo intentaba disimular, podía ocultar fácil sus sentimientos.
-Dentro de unos días podrás volver al cuerpo.
-Usted también tendrá que ir tarde o temprano.- respondió Volkov dándole un trago a la copa.

Dan miró a otro lado intentando evadir la respuesta.

-Dan, a qué se refería el otro día en comisaría.
-No me acuerdo, ¿Que dije?- Dan se acordaba perfectamente pero intentó hacerse el interesante de nuevo.
-En fin olvidelo- respondió Volkov intentando evitar un momento incómodo.
-¿Vamos a la playa?
-¿De noche?
-Venga, anímese- dijo Dan emocionado.
-Emm, bueno.- resopló Volkov.

En la playa las olas estaban calmadas, había muy poca luz, solo un faro a lo lejos y la luz de la luna que se reflejaba en el horizonte del mar.

El comisario y Dan estaban sentados en la arena cerca de la orilla con unas cervezas.
-volkov usted me confunde.-
El comisario le miró mientras bebía de su cerveza.- Algunos días pareces el hombre más serio del mundo con un corazón de hielo y luego me prepara unos raviolis al pesto.

El alcohol y la noche empezaba a afectarles y el comisario no pudo controlar su risa.
Dan le miraba confundido mientras mostraba una pequeña sonrisa.
-me habla de confusiones el tío de la máscara con tintes del pelo en su baño.

Dan tampoco pudo evitar la risa y empezó el también a reír con él.

- Volkov sé su secreto...- La expresión de Dan se tornó totalmente sería.

Volkov paró su risa de repente asustado,
-¿Mi secreto?
-He visto sus revistas otakus.- Dan comenzó a reír de nuevo intentando picar al comisario.
-Joder Dan, que susto.
-¿Acaso esconde algo más grave sempai?

Volkov le pegó un puñetazo amistoso en el brazo.

-No me vuelvas a llamar así.

El chico de la máscara se levantó y se quitó la camiseta tirándola a la arena.
Volkov le miraba desconcertado.
-Vamos para el agua- intentó animar Dan al comisario, mientras se acercaba más a la orilla.
-Negativo.
-Vengaa, no sea usted un amargado.
-10-5- volvió a denegar Volkov.
-Cada vez se parece usted más al abuelo.- dijo Dan refiriéndose a Conway.

Dan se introdujo totalmente en el mar.
-¿Está máscara que lleva siempre la tiene pegada a la cara o qué?
-Tengo mis propios secretos- respondió Dan burlonamente.

Este se acercó a Volkov y le arrastró del brazo hasta la orilla.
-¡Dan para!, Aunque no esté de servicio soy tu superior ¿recuerdas?.
-Yo no acato órdenes de nadie Volkov.

El comisario acabó empapado y Dan comenzó a reír de nuevo.
-¿Ahora qué onichann?-Volvió a burlarse este del comisario.

Volkov le comenzó a salpicar con el agua.
Iniciaron una guerra en la que se salpicaban mutuamente y Ninguno paraba de reír.
Hasta que se cansaron de mover los brazos y correr,
-¡Para Volkov!, bandera blanca.- dijo Dan agotado.
-¿Ahora quieres que pare "mascaritas"?- se burló el comisario.

Los dos estaban fatigados y decidieron adentrarse más al mar.

La luz de la luna se reflejaba en sus caras haciendo un efecto precioso con el agua.

Los sujetos se quedaron mirándose unos segundos, se notaba la tensión sexual que había entre los dos desde kilómetros.
Sus respiraciones aún fatigadas se coordinaban creando un mismo ritmo.

Volkov se perdía entre los ojos de aquel misterioso hombre y Dan en los de aquel ruso tan serio.

El chico de la máscara pasó de ver sus ojos a sus labios y de sus labios a sus ojos, así sucesivamente.
Dan se acercó más.

Volkov estaba tenso pero adoraba esas miraditas que se intercambiaban.

se acercó aún más,
- ¿Comisario sabes a lo que me refería el otro día en comisaría?
Dan levantó su máscara a la altura de la nariz , seguidamente puso las manos en las mejillas de Volkov y juntó sus labios a los de este.

Volkov le siguió el beso que tanto ansiaba de aquel hombre.

Sus labios se separaban únicamente para tomar aire.
Las manos del comisario subieron por la cara de Dan.
Sus lenguas se rozaban constantemente y sus respiraciones se volvían agitadas de nuevo.
Las manos de Dan se turnaban entre las mejillas del comisario y su espalda.

De repente Dan se separó mirando hacia abajo,
-Perdón perdón perdón Volkov, yo no quer...

El ruso le dedicó una sonrisa y puso la mano detrás de su cuello empujándole  hacia sus labios de nuevo.

Ahora el beso era más intenso que nunca, sus cuerpos empezaron a sudar.
Dan pasó de besar los labios del comisario a su cuello.
Estos empezaron a excitarse cada vez más y más.



✨Los ojos de la muerte-Volkacio✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora