confusión

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Los problemas de Horacio habían desaparecido de repente, al fin creyó que la chapa de héroe no mentía.

Volkov seguía recuperándose en el Hospital, este seguía débil, que una bala te atraviese el pulmón no es algo cotidiano, Horacio se moría de ganas de que le dieran el alta, así pasaría más tiempo al lado de su amor no correspondido.

                              [...]

Lunes 12:00 pm

Horacio había vuelto a ser Horacio, decoloró su cresta a un tono verde azulado y vistió como de costumbre, con esos colores tan chillones que solía utilizar y que le daba esa chispita al crestas.

Este se encontraba en su lujoso piso, estaba limpiando la casa y preparando la habitación donde Volkov dormiría.
De repente sonó el estruendoso sonido del timbre, al escucharlo Horacio se dirigió al telefonillo del portal:
-Horacio al aparato, ¿quien es?
-Tu puta madre abreme- respondió Conway al otro lado del telefonillo.
-¡Horacio abre coño!- le siguió Gustabo.
Horacio presionó el botón de abrir la puerta del portal, seguidamente bajó el pomo de la puerta principal de la casa y dejó la puerta entornada.

Gustabo y Conway salieron del ascensor y pasaron a la casa, Horacio seguía colocando la habitación donde el comisario bombón pasaría los días hasta que su recuperación fuese completa.

-¿Horacio?!- gritó Gustabo al ver que su amigo no se encontraba en el recibidor.

Mientras tanto Conway fué a dejar las cervezas en la nevera y se sirvió una copa de coñac caro.Seguidamente se dirigió al salón y se sentó en el sofá del salón. -Joder- murmuró el abuelo.

-¡Voyy un segundo!- dijo Horacio desde la otra habitación.
Este se dirigió al salón.

- hemos traído cerveza y ron, ¿quieres?- le preguntó Gustabo a su amigo mientras agarraba una birra de la nevera.
-No creo que me siente bien, desde que Volkov me sirvió esa copa aquella noche no puedo ni beberme una cerveza.
-Bueno pues siéntate y coge agua aunque sea- Gustabo se sentó en el sofá al lado de Conway y luego le siguió Horacio con un vasito de zumo.

-Horacio, has salvado a Volkov, buen trabajo nena.- dijo Conway mientras tomaba un sorbo de su bebida.
-gracias super, nunca pensé que me diría eso- Dijo Horacio emocionadísimo.
-¿Cuál es tu plan?- preguntó Gustabo mientras abría la birra con los dientes.
-Me lo voy a traer a casa.
Gustabo se atragantó al oír esas palabras de su amigo,
-¡¿Como?! Osea ¿te le vas a traer aquí?
-Si si.
-Y como harás creer a Volkov que eres Dan y no Horacio.
-Siempre llevaré máscara.
-La madre que te repartió.
-Estas seguro- dijo Conway dándole otro trago a su coñac.
-Si si- respondió Horacio más seguro que nunca.
-¿Y como le piensas enamorar? ¿Secuestrandole en tu casa, con una máscara?
-En fin, creo que voy a ir a visitar a Volkov, ¿Alguien se viene?
-Yo no tengo nada que hacer- dijo Gustabo.
-Venga abuelo, acompáñenos.- fijo Gustabo intentando unir a Conway en el plan.
-humm, tengo que pasarle las oposiciones a los nuevos alumnos, espérame allí, luego voy.
-10-4.
-10-4.

2:30 pm

Horacio pasó por un restaurante  japonés, sabía que a Volkov le encantaba toda la cultura japonesa, y la comida no iba a ser menos.
Montó en el coche con gustabo y se pusieron en marcha al hospital.

                              [...]
-Buenas tardes comisario
-Buenas Dan- respondió dulcemente Volkov.
-¿Que tal se encuentra?
-Ya estoy mejor gracias.
-Espero que no haya comido esa porquería que dan por comida en el hospital, le traigo algo mejor.

Horacio sacó una mesita plegable de cama donde colocó una flor en un florero y la comida de este.

El comisario le miraba sorprendido y avergonzado, tenía una sonrisa nerviosa.
-Dan.... No te hubieras molestado.
-No te dejé morir por un tiro y tampoco te dejaré morir por comida de mierda.
-Insisto, no sé cómo agradecerte esto, Dan...
-No hace falta, solo con verle sonreír ya me conformo.

Horacio pensó que volkov le respondería con su mítico "¿disculpe?", Pero no lo hizo, preferió quedarse callado.
Volkov y Horacio comenzaron a comer silenciosamente.
-Necesito ir a por agua - dijo el comisario mientras hacía el esfuerzo de levantarse.
-No no no, quédese quieto, ya voy yo- le respondió Horacio levantándose de su silla y volviéndole a acomodar en la cama.
-Dan... Ni si quiera te conozco lo suficiente para que hagas todo esto por mi...
Horacio se quedó callado unos instantes pensando en algo que decir.
-¿Acaso no puedo traerle comida a un amigo?
Volkov no dijo nada.
Se miraron intensamente a los ojos, pero Volkov al darse cuenta de lo que estaba haciendo apartó la mirada y se rascó la nuca con nerviosismo.

(Perspectiva de Horacio)
Mis latidos eran tan intensos al ver esos ojos tan grandes y brillantes que se me perdió la percepción del tiempo, como si todo se hubiese parado y nos encontrasemos nosotros dos solos ante el mundo.
Al ver que volkov apartó sus ojos incómodamente, volví a llegar al mundo real, apagué mis pensamientos y me concentré en traerle la botella de agua al comisario.

(Perspectiva de Volkov)
Empecé a perderme en los ojos de aquel misterioso hombre con esos ojos tan grandes y familiares, creo que los había visto antes, pero no lograba descifrar de quién eran.
¿Por qué me pasaba esto? ¿Me gustarían los hombres?, Sentí que todas las emociones se me colocaron en el estómago y me hacían una presión que hacía años que no sentía, lo que suelen llamar mariposas en el estómagó.
Giré mi cabeza, no era posible ¿Yo enamorado? Sería cualquier tontería.

(Perspectiva Horacio)
Me temblaban las piernas por cada paso que daba, ese hombre tan apuesto me hacía volverme loco, cada vez que me encontraba a su lado sentía que se me iba a salir el corazón.
Me encontré a Gustabo en la sala de espera, el decidió dejarnos solos.

-¿Que tal con Volkov?
-Bien, vengo a por agua
- creo que voy a pasar a saludarle
- 10-4

Me dirigí a la máquina expendedora de bebidas, inserté la moneda de 1€ y saqué dos botellas de ella.

(Perspectiva de Volkov)
El subinspector Fred pasó a la habitación
-Hola comisario, ¿Como se encuentra?
-Buenas subinspector, no sabía que estaba usted aquí, ¿sabe lo que le pasa a Dan?, se comporta de manera extraña.
-Bueno ya sabe cómo es Dan, es muy sensible.
-Entiendo.
-Bueno yo ya me iba, solo quería decirle que cuide de Dan, intente no hacerle daño.

Gustabo salió por la puerta después de decir esas palabras, ¿A qué se referiría con intente no hacerle daño?

Esas palabras me comieron la cabeza un buen rato.

Justo entró Dan por la puerta, la verdad es que tener su presencia cerca hacía que me sintiera extraño.

Dan vino a verme todos los día que estuve en el hospital, incluso algunos días se quedó dormido en el sillón de la habitación del hospital, me parecía un gesto bonito por su parte ya que la única familia que tengo es el CNP y llevaba sin pisarlo 1 semana.

✨Los ojos de la muerte-Volkacio✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora