Alex

2K 177 186
                                    

-Estuvimos uno o dos años en el orfanato esperando a que una nueva familia viniera a recogernos, a mí me gustaba estar allí, aunque no fuera muy sociable, pero la biblioteca y los libros siempre fueron mis mejores amigos. Cuando cumplí los seis años ya había leído mas del 390 libros y era el mejor estudiante de la primaria.-Volkov comenzó a mirar por la ventana del hospital, deslizó la cortina y siguió relatando su historia a aquel chico medio  moribundo.

 Una hermosa luz anaranjada producida por la salida del sol entraba por esta.

-los profesores solían felicitarme de continuo, decían que llegaría lejos y esas típicas cosas que  te decían para que acabaras estudiando algo de provecho, y bueno ser comisario de los Santos tampoco está tan mal ¿no?.- dijo este con una pequeña sonrisa triste en la cara.

este giró la cabeza para mirar a Horacio, esa pequeña sonrisa se disipó, ya no le podía mirar a la cara sin sentirse culpable. Mantuvo un pequeño silencio que hizo que su piel se erizara, como un calambre que recorría desde la punta de los dedos de sus pies hasta el ultimo pelo de su cabeza. Suspiró y siguió relatando.

-Pasaba los días enteros allí metido y a veces las monitoras tenían que sacarme a la fuerza.
Al fin y al cabo lo hacían por qué les daba pena que un niño tan pequeño estuviera solo todo el día. No estaban acostumbradas a ese tipo de casos, me trataban de forma diferente, como si fuera ¿especial?, o algo así.- tomo un pequeño silencio mientras miraba al suelo.-Pero la verdad me gustaba aquel sitio y no necesitaba el amor porque nunca lo había tenido...

-Un día llegó un niño nuevo al orfanato, el era igual de rarito que yo.
Este un día entró a la biblioteca con un montón de libros en la mano, los colocó encima de la mesa  y comenzó a leerlos página a página...
........................................................................

El pequeño Volkov ni se inmutó de su llegada, siguió con su libro de planetas, constelaciones y el espacio.

El niño era como de la edad de el pequeño Volkov, unos seis años o así, tenía unos inmensos ojos azules  llenos de dulzura y curiosidad que no paraban de mirar a Vicktor.

-Ps...-musitó- Ps...- Este intentaba llamar su atención.

Volkov estaba demasiado centrado en las palabras de aquel libro que ni siquiera le presto demasiada atención a aquel niño.

-PSS....- puso mas énfasis sin quitar ojo a la malhumorada bibliotecaria que miraba al niño con cara agria.

-Oyee...- susurro aquel pequeño angelito de cabellos tan rubios que parecían grises y de esos ojos tan grandes y pícarones.

El niño esperó unos segundos en busca de una respuesta pero Vicktor no quitaba ojo de su aburrido libro.

Este sacó de pronto un cuaderno de su mochila, tomó un lápiz de color rosa y escribió en este, seguidamente lanzo la bola rebotando con el libro de Volkov.

Vicktor giró los ojos poniéndolos en blanco y bajó un poco el libro de estos.- ¿Qué quieres?- susurró malhumorado.

El niño con una amplia sonrisa señalo la bola de papel que había caído en la mesa,-léela... - susurró. Sus ojos se achinaron y las comisuras de sus labios se deslizaron formando una brillante sonrisa imperfecta.

Volkov suspiró enfadado, tomó la bola y la abrió con cuidado. 

"Hola :D ", pudo leer en esta, escrita con una perfecta caligrafía cursiva.

El pequeño comisario levantó la mirada  del papel y pudo ver al niño haciendo un gesto de saludo con la mano, a lo que este también le saludó moviendo la mano de izquierda a derecha.

✨Los ojos de la muerte-Volkacio✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora