"No le hagas daño, porfavor"

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Conway se volvió a alejar de la puerta para dejarlos solos, no quería molestarles, necesitaban tiempo juntos y más por Dan, ya que este era bastante frágil en esos momentos.

En la habitación ellos estaban tumbados en la misma camilla, frente a frente ( no estaban haciendo nada ni habían hecho nada, solo estaban tumbados mirándose y hablando), cuando la enfermera entró de pronto:
-Subinspector, puede ir recogiendo sus cosas...-esta iba distraída leyendo unos papeles por lo que no vio a los dos sujetos recostados en la misma camilla.- discúlpenme no sabía que estaban...- la enfermera se quedó avergonzada por la situación.

Dan y Volkov se acomodaron en esta sentándose:
-No te preocupes, enseguida recojo mis cosas- respondió Dan con una sonrisa.
-De acuerdo, cuando termine diríjase a firmar los papeles del alta- dijo la enfermera mientras salía de la puerta con demasiada prisa.

Los dos sujetos al ver a la enfermera correr por el pasillo se miraron a los ojos y no pudieron evitar reirse por la situación.
-Bueno creo que los EMS van a tener un cotilleo nuevo por bastante tiempo- dijo Volkov mientras se seguía riendo.

Dan se levantó de la camilla y empezó a vestirse, se puso primero los pantalones y cuando se dirigió a poner la camiseta soltó un pequeño quejido por los puntos que tenía en el hombro:
-Ah...- este se puso la mano en la herida del hombro.
Volkov se percató de esto ya que estaba mirando como se vestía.
-Ey deja que te ayude- dijo el comisario mientras se levantaba de la camilla.
Este se acercó al chico de la máscara quedando a pocos centímetros de este:
-Tranquilo, no hace falta que me ayudes- dijo Dan mientras sonreía.
Volkov agarró la camiseta de este e introdujo el cuello de está por la cabeza de Dan.
Dan no paraba de mirarle a los ojos y sonreír.
-Levanta el brazo- le ordenó al chico enmascarado, y así lo hizo.

Cuando terminó de ponerle la camiseta se quedaron mirándose unos segundos a los ojos y sonriéndose.
Los dos se morían de ganas por besarse, pero Dan tuvo que controlarse "recuerda Horacio, no la cagues" se decía a sí mismo.
Este miró hacia abajo y se separó unos centímetros del comisario.
-Bueno, pues voy a firmar el alta, ¿me acompañas?- dijo Dan para bajar esa tensión sexual que tenían los dos.
-Si claro- respondió el comisario.

Cuando salieron de la habitación encontraron a Conway sentado en una silla del pasillo:
-Super no sabía que habías venido- dijo Dan sorprendido.
-Que, ¿Ya habéis terminado de follar?- dijo Conway burlándose.
Dan miró a Volkov de nuevo, como lo hacía cada vez que Conway soltaba alguna burrada como esa, con esa mirada picarona.
-¡¿Como?!- soltó Volkov.
-Vámonos de aquí joder, estoy hasta los cojones de este hospital- se quejó el viejo levantándose de la silla.

-¿Le traigo el andador abuelo?- dijo Dan burlándose.
-Mira capullo, no te doy de porrazos porque me quiero ir de esta mierda de hospital- amenazó Conway al chico de la máscara.
Volkov se comenzó a reír.
-10-4- Afirmó Dan.
-¿Y tú de qué te ríes? ¿Ah?
-No de nada, Conway- respondió el ruso.
-Todavía no hemos salido del hospital, aún estoy a tiempo de darte de hostias, a sí que no me tientes- volvió a amenazar Conway.
-10-4- respondió Volkov manteniendo las risas cómo podía.

Llegaron a la recepción, donde a dan le dieron un boli y un papel para firmar:
-No mires mi firma- dijo Dan mientras sonreía a Volkov.
-¿te da miedo que la vaya a copiar o que?-Se burló este.
-No, que luego me la falsificas-- siguió el juego Dan mientras tapaba con la mano la hoja.
(Esto lo hacía porque su firma era un simple "Horacio" con una raya en medio)

-Bueno pues subinspector ya estaría solo tienes que darme el DNI y ya te puedes ir- pidió la recepcionista.
- ¿podemos ir a otra sala?- preguntó Dan.
-Por supuesto, acompañeme-- dijo amablemente la chica.

Esta se llevó a dan a otra sala y Volkov salió del hospital para ir con Conway que estaba en la puerta, este estaba fumándose un cigarro como de costumbre:
-Dan está dándole el DNI a la EMS- explicó Volkov mientras se apoyaba en la misma pared en la que se encontraba el viejo.- esto le va ha matar- dijo Volkov mientras miraba el cigarro de este.
-A ver si es verdad- respondió Conway  mientras miraba a la nada, después este le ofreció una calada a Volkov, este agarró el cigarro y le dió unas cuantas caladas.
-Las cosas con Sloan no han funcionado mucho- dijo Volkov mientras se fumaba el cigarro de Conway.
-Que me vas a contar- respondió este mientras se reía.
-Enserio, ¿Un puma?- preguntó Volkov mientras le devolvía el cigarro a Jack.
Este le dió una calada y se encogió de hombros.
Los dos se empezaron a reír.
Hubo unos minutos de silencio, la ciudad estaba bastante tranquila esa noche, se escuchaba algún que otro coche.

Conway tomó otra calada y le dijo a Volkov:
-No le hagas daño, porfavor
-¿A quien te refieres?- preguntó este mientras extendía la mano para agarrar el cigarro de nuevo.
-A Dan...
Hubo otro silencio pero este fue más intenso.
Volkov carraspeó un poco la garganta, este no tenía ni idea de que Conway les había visto juntos, abrazados.
Este tomó una calada más de aquel cigarro interminable.
-Mi intención no es hacerle daño- dijo el ruso mientras miraba hacia abajo.

Conway mantuvo un silencio largo, como de unos quince segundos.
Volkov le pasó su cigarro de nuevo:
-Dan es muy frágil en estos momentos, no sé cómo se tomaría si le dieran otro golpe mas...-dijo el viejo rompiendo ese silencio.

En ese momento, apareció Dan:
-Ya está, me han dicho que me tome unos antiinflamatorios y que repose unos días.
-¿Quieres ir a casa?- preguntó Volkov.
-Necesito descansar, ha sido un día demasiado largo.- respondió el chico de la máscara.
-Y que lo digas- siguió Conway.- Bueno, nos vemos, tengo que irme- dijo Conway dejándolos solos.
-Adios super- se despidió Dan con una sonrisa mientras le veía meterse en un patrulla y largarse.

-Si quieres te puedes quedar en mi casa- dijo Volkov amablemente.
-No te preocupes, gracias por la invitación pero tengo que cuidar de Pablito y perla, han estado todo el día solos, además no quiero molestarte más.
-bueno, pues te llevo a casa entonces.

Los dos sujetos se subieron a un patrulla.

Pasaron unos cuantos minutos estaban casi llegando al destino y el silencio abundaba:
-¿Perla?- dijo Volkov extrañado.
-Si, Perla- respondió Dan sonriendo- me he comprado un caniche.
-Ah...

Pasaron unos minutos más de silencio cuando por fin llegaron.

Subieron el ascensor, y se dirigió cada uno a su apartamento:
-muchas gracias por todo comisario bombón- dijo sonriendo el chico enmascarado.
-no hay de que, Dan, que pases buena noche- respondió el comisario amablemente.
-igualmente.

✨Los ojos de la muerte-Volkacio✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora