🌻Capítulo 9.1🌻

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Me dio besos por todo el torso sin dejar de acariciarme con las manos, sin dejar de moverlas un instante, haciéndome arder con sus caricias.

—Todo lo que hago lo hago pensando tanto en tu placer como en el mío. —Me mordisqueó la oreja—. Confía en mí, KyungSoo.

Y yo quería hacerlo. Quería confiar en él. Confiaba en el caballero de la noche anterior.
Pero ¿podía sentir lo mismo por el dominante del potro? Bueno, costaba un poco más confiar en este.
«Son el mismo hombre», me dije.

Estaba tan confuso que no sabía qué pensar. Me esforzaba mucho para comprender lo que estaba ocurriendo, para decidir qué sería lo mejor que podía hacer y quién era JongIn.

—Yo puedo darte placer, KyungSoo —susurró—. Placeres que jamás has imaginado.

Se separó de mí y me miró a los ojos mientras me penetraba. Yo gemí y lo abracé con más fuerza.
Entonces me di cuenta de que era la primera vez que tenía los brazos libres durante el sexo y deslicé una vacilante mano por su espalda.

—Suéltate, KyungSoo. —Se internó más profundamente en mí—. El miedo no tiene lugar en mi cama.

Se retiró y adoptó un ritmo más rápido, al tiempo que me relajaba con su voz. No dejó de tranquilizarme ni un segundo.
Al poco yo ya no podía recordar de qué tenía miedo. No me acordaba de nada. Solo podía pensar en JongIn y en su cama, y sentir cómo me penetraba una y otra vez mientras su voz me susurraba sobre placeres prometidos.

El clímax empezó a contraerme el vientre. Él se separó de mí, me levantó las caderas y se adentró más profundamente. Yo estaba cerca, muy cerca. Le rodeé el cuerpo con las piernas para atraerlo hacia mí. Y justo cuando me embistió por última vez, sentí algo cálido y resbaladizo deslizándose por mi ano y grité mientras el clímax me recorría todo el cuerpo.

Me dijo qué era un tapón. Que me ayudaría a dilatarme y que debía llevarlo durante algunas horas cada día.

Me marché después de la comida del domingo. Lo último que él me dijo fue que debía volver el viernes a las seis.

—Llevo todo el día esperando que vuelvas —confesó BaekHyun con una gran sonrisa en los labios, cuando le abrí la puerta—. Tengo una sorpresa para ti.

Sus sorpresas solían estar relacionadas con algún delineador nuevo. Yo me senté en el sofá y le pedí que me lo contara.

—Primero —me dijo—, quiero que sepas que eres el mejor amigo del mundo por haberle dado mi número a JongIn para que se lo hiciera llegar a ChanYeol. ChanYeol es el mejor. Pensaba que sería un engreído por ser un jugador profesional, pero no lo es; está muy centrado. ¿Y su madre? ¿Te puedes creer lo simpática que es? Y...

—BaekHyun —lo interrumpí—, ¿en qué momento llegamos a mi sorpresa?

Planeaba revivir lo que había sucedido en la fiesta en cuanto estuviera solo.

—Tienes razón —convino él—. Perdona.

—No pasa nada. Pero intenta ir al grano.

Entonces se inclinó hacia mí.

—Cuando volvíamos a casa de la fiesta, le pedí a ChanYeol que me hablara de su infancia. Quería saber cuánto tiempo hacía que conocía a SeHun, cuánto tiempo hacía que SeHun estaba casado con LuHan, si JongIn había salido con muchas mujeres…

—¡Byun BaekHyun!

—Soy tu mejor amigo, Soo. Y es mi deber cuidar de ti. Escucha: SeHun creció en la casa contigua a la de los Park. Los conoce de toda la vida. —Me miró con una traviesa sonrisa en los labios—. JongIn ha salido en serio con tres personas. Primero con SeJun, después vino SeeA y SooJung fue la última. ChanYeol llamó a SooJung «la chica de las perlas», porque siempre llevaba ese collar de perlas. —Miró mi collar—. No quiero ni pensar en cómo te va a llamar a ti. ¿Es que JongIn no te puede dar un anillo, como haría cualquier hombre normal?

Continuó hablando, pero mi cabeza seguía procesando lo que acababa de decir. Tres personas. Tres sumisos. Tres que la familia conociera.

BaekHyun prosiguió:

—JongIn y SooJung rompieron hace cinco meses. ChanYeol me dijo que era una auténtica arpía y que se alegró mucho de que lo dejaran. —Esbozó otra maliciosa sonrisa—. También me dijo que tú no eres el tipo habitual de JongIn, pero que pareces bueno para él.

Ya era la segunda persona cercana a JongIn que, en cuestión de dos días, había dicho que yo era bueno para él. Y no podían equivocarse las dos, ¿no?

De repente, me sentí revitalizado y ya no tenía tanto sueño como hacía un rato.

—¿Te acuerdas de esa película nueva que queríamos ver? La estrenan esta noche —añadió luego BaekHyun—. ¿Te apetece ir?

Hacía demasiado tiempo que los dos no pasábamos un rato juntos y teníamos muchas horas que recuperar.

—¿Hasta qué hora dura? —pregunté.

—Hasta las once.

La película acababa a las once y yo me tenía que levantar a las seis. Eso me seguía dejando siete horas de sueño, cosa que ya era mucho más de lo que había dormido las dos últimas noches.

—Venga, vamos a verla.

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Recuerden que pueden ver los aspectos de los nuevos personajes en 🌻Personajes 2.0🌻.

SUMISIÓN  (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora