🌻Capítulo 36🌻

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Durante las semanas siguientes, salimos juntos varias veces. La lectura de poesía en la biblioteca, las clases de sushi y una cita doble con BaekHyun y ChanYeol que no fue ni de lejos lo incómoda que yo pensaba que sería.

JongIn y yo estábamos volviendo a unir nuestras vidas lentamente, pero esta vez nuestra relación estaba basada en la sinceridad. Comunicación abierta por ambas partes.

Aunque él seguía sin animarse a hacer nada físico aparte de besarnos. Y no es que besar a JongIn fuera algo que nadie pudiera tomarse a la ligera. Ese hombre podía acelerarme el corazón con solo mirarme. Y cuando sus labios tocaban los míos…

Y entonces pasó por la biblioteca un jueves por la tarde, tres semanas después de nuestra cita en el teatro, para pedirme que cenara con él. En su casa.

—Así podrás ver a Apolo —se apresuró a añadir—. Te añora y cada vez que te huele en mí…

Yo levanté la mano.

—Está bien. Me encantará ir a cenar a tu casa y ver a Apolo. Lo he echado mucho de menos.

JongIn sonrió y me dio las gracias.

La cena no fue tan inquietante como yo esperaba. Cuando llegué, Apolo estaba fuera, esperándome, como si supiera que iba a ir a verlo. Casi me tiró al suelo cuando salí del coche.

—Apolo, por favor —lo reprendió JongIn, saliendo de la casa y limpiándose las manos en un trapo—. Tienes que perdonarlo, Soo. Lleva nervioso todo el día.

—Pues ya somos dos —apunté, subiendo la escalera hasta la puerta—. ¿Qué estás cocinando?

Él se inclinó, me besó y respondió con ojos brillantes:

—Heura° con sirope y almendras.

—Mmmm. Mi favorito.

—Pasa. Ya casi está.

La comida estaba tan sabrosa como la recordaba. La conversación fluyó con naturalidad y Apolo se quedó a mi lado todo el rato, casi siempre tumbado a mis pies.

Cuando los dos acabamos de comer, JongIn se levantó para llevar nuestros platos al fregadero.

—Deja que te ayude —me ofrecí, levantándome.

—Ya puedo yo.

—Pero no me importa.

Él fregó y yo sequé. Me recordó a la semana que pasamos aislados por la nieve: cocinando juntos, riendo. Guardé el último plato y miré la encimera.

Me volví hacia él.

—JongIn…

—Soo… —dijo al mismo tiempo.

Nos reímos.

—Tú primero.

Se acercó a mí y me cogió de la mano.

—Solo quería darte las gracias por haber venido esta noche. Apolo llevaba meses sin estar tan relajado.

Me separé de la encimera.

—Bueno, me alegro por él, pero ese no ha sido el único motivo por el que he venido.

—Ya lo sé.

Me rozó los nudillos con el pulgar.

Yo me acerqué.

—Créeme. Soy una criatura bastante egoísta.

Me acarició la mejilla y dejó resbalar un dedo índice por mi mandíbula.

—No es verdad. Eres bueno, cariñoso, comprensivo, y…

SUMISIÓN  (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora