🌻Capítulo 21🌻

1K 174 20
                                    

Entonces vertió un chorro de cera sobre mi pecho. La cama se movió y noté cómo JongIn se ponía a horcajadas sobre mí, para frotarme el torso con ambas manos, deslizando las palmas por mis brazos.

—Control —aseveró—. ¿A quién perteneces Contéstame.

—A ti —susurré.

—Eso es —convino—. Y para cuando acabe la noche, estarás suplicando por mi polla. —Me frotó los pezones, me los pellizcó y tiró de ellos—. Si eres bueno, quizá te deje tenerla.

La cama se volvió a mover y JongIn se marchó. La expectación me había dejado muy débil. Seguía desnudo, a su merced y, de repente, estaba completamente solo.

Nuestro hotel era un resort de cinco estrellas. Yo llevaba toda la semana preguntándome cómo nos organizaríamos. ¿Dormiría por fin en la misma cama que JongIn? ¿Me haría dormir en el suelo? ¿Habría pedido dos habitaciones separadas?

Me quedé junto a él mientras se registraba, sintiéndome plenamente consciente de su cuerpo junto al mío. Casi podía sentir la electricidad que irradiaba de él. Me pregunté cómo conseguía la recepcionista no abanicarse. Aunque también era cierto que a ella no le habían estado masajeando el cuerpo con cera corporal.

—Aquí tiene, señor Kim —dijo—. La suite presidencial ya está preparada para usted.

La chica me miró.

«Sí —quería decirle—. Estoy con él. Chúpate esa».

—¿Cuántas llaves van a necesitar? —preguntó.

—Dos, por favor.

Ella se las dio y él se las metió en el bolsillo.

—Enseguida les subirán el equipaje.

—He reservado una suite para que puedas tener tu propia habitación con aseo. Así no tendrás que estar paseándote por toda la suite, ni dormir en una habitación distinta a la mía. —Me dio una llave—. Toma, podrías necesitarla.

La suite era espaciosa y aireada. JongIn me indicó cuál era mi habitación y me dijo que disponíamos de una hora antes de reunirnos con los demás para cenar. Poco después de que entráramos nos trajeron las maletas y yo me puse un atuendo que LuHan le había debido de prestar para mí. Era elegante, sexy y sofisticado a la vez.

Cuando estuve listo, me reuní con JongIn en el salón de la suite.

—Muy bonito —dijo, mirándome de arriba abajo—. Pero vuelve a tu habitación y quítate las medias y la ropa interior.

¿Qué?

—Quiero que vayas completamente desnudo debajo de la ropa —añadió—. Quiero que salgas sabiendo que puedo follarte cuando quiera.

Mi cerebro se esforzó para comprenderlo. Se esforzó y fracasó. Volví a la habitación e hice lo que me pidió. Luego me puse otra vez los zapatos.

Cuando regresé, JongIn me estaba esperando.

—Bájate los pantalones.

Hice lo que me pedía y me sonrojé. Los acomodé nuevamente.

Él me tendió el brazo.

—Ahora ya estamos listos.

Nos encontramos con los demás en un restaurante del centro. Los fans del equipo y los fotógrafos estaban pegados a los cristales y bloqueaban la entrada del local. Tardé un rato en comprender que estaban esperando a ChanYeol.

—Mira cuánta gente hay aquí —murmuró JongIn, cuando un transeúnte chocó contra nosotros—. Y ni siquiera nos ven. Podría hacer lo que quisiera y nadie se daría cuenta.

Mis rodillas amenazaron con doblarse.

—¡JongIn! —gritó LuHan desde el interior del restaurante, abriéndose paso entre la multitud—. ¡Kyung! Aquí.

Por suerte, el personal del establecimiento estaba haciendo un trabajo excelente y consiguieron mantener fuera a la muchedumbre. Pero incluso así, nuestra mesa era el centro de muchas miradas; cuando nos sentábamos con los Park y los Oh, casi todos los ojos del local se posaron en nosotros.

—¿Vieron el tiempo que hace? —preguntó LuHan, mientras JongIn me retiraba la silla—. Debemos de haberlo traído de Seúl con nosotros.

Yo me reí y me senté.

—¿Cómo te encuentras, Kyung? —preguntó DaSom—. ¿Cómo te estás recuperando del accidente?

—Estupendamente, doctora Park —contesté—. Gracias.

—Eh, Soo —intervino BaekHyun—, ¿qué tal ha ido el vuelo?

Me sonrojé. Estoy seguro de que él lo notó.

—Bien, BaekHyun. Ha ido bien.

—¿Bien? —me susurró JongIn al oído—. ¿He estado vertiendo cera caliente sobre tu cuerpo desnudo y solo ha estado bien? Me siento bastante insultado.

Interpreté que bromeaba.

El camarero se acercó y nos sirvió una copa de vino mientras mirábamos la carta. Me sentía un poco inseguro. Aquel no era el tipo de restaurante que yo solía frecuentar.

—La crema de setas con corazón de palmito es excelente —dijo JongIn—. Igual que la ensalada César de la casa.

—Entonces tomaré crema de setas y la ensalada. —Cerré la carta—. Dime, ChanYeol, ¿estás preparado para el partido?

Él apartó los ojos de BaekHyun.

—¡Por supuesto!

Se rio y empezó a hablar de fútbol americano. Tuve algunos problemas para seguir lo que estaba diciendo y me esforcé por fingir educado interés, pero me di cuenta de que BaekHyun escuchaba embobado cada una de sus palabras. Hubo un momento en que ChanYeol alargó el brazo y le cogió la mano. Yo estaba muy contento por mi amigo: se merecía un buen chico y, por lo que sabía, ChanYeol lo trataba como a un rey.

LuHan me guiñó un ojo y me hizo una pregunta que me alejó de la conversación sobre fútbol. SeHun y él fueron muy amables conmigo y, para que me relajara, me preguntaron por mi familia y mis estudios. Y resultó que SeHun había estudiado Medicina en la misma universidad donde yo hice la carrera.

Hablamos un rato sobre nuestra etapa universitaria y descubrimos que habíamos frecuentado los mismos locales. JongIn había estudiado en Yonsei, pero eso no le impidió unirse a la conversación y compartir sus recuerdos favoritos de esa etapa. Todos nos reímos mucho cuando nos explicó la primera vez que puso los pies en una lavandería.

Hubo una breve interrupción de la conversación cuando nos trajeron los entrantes. Yo me puse la servilleta sobre el regazo y me percaté, por primera vez, de lo cerca que estaba de JongIn. Casi podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo.

Solo me había tomado una cucharada de crema cuando su mano empezó a dibujar círculos en mi rodilla.

«Control».

Pedí al cielo toda la ayuda posible.

SUMISIÓN  (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora