🌻Capítulo 24.1🌻

1K 168 22
                                    

-¿Te gusta más la biblioteca pública que la del campus? -preguntó SeHun.

-En la pública hay más variedad de gente -expliqué-. Y la verdad es que los estudiantes universitarios pueden ser un poco odiosos. -Sonreí, tratando de suavizar lo que había dejado de ser una simple pregunta para convertirse en una conversación un poco tensa-. ¿Alguna vez te tuve que advertir que bajaras el tono o que dejaras de arrancar páginas de los libros?

SeHun se rio.

-No, eso seguro que lo recordaría.

La conversación se volvió a centrar en el partido y, quizá fueran cosas mías, pero estaba casi convencido de que había oído a JongIn suspirar de alivio cuando cambiamos de tema.

Teníamos un palco reservado en el estadio. Seguía haciendo mucho frío y me alegré de que pudiéramos ver el partido en un sitio cerrado en lugar de estar al aire libre.

Justo antes del primer descanso, Seúl llevaba una ventaja de tres puntos. Entonces JongIn me cogió de la mano y me llevó hacia la salida del palco diciéndole a todo el mundo que volvíamos enseguida. Cogió un petate° de camino a la puerta.

-¿Recuerdas que te dije que tenía un plan? -me susurró al oído-. Pues empieza ahora.

Tenía gracia. Yo estaba convencido de que su plan era lo que había ocurrido la otra noche en la suite, cuando me poseyó por completo, la noche que lo cambió todo. Se me aceleró el corazón. ¿Qué habría planeado hacer en el estadio?

Me dio la bolsa.

-Ve a cambiarte. Hay una entrada en el petate. Reúnete conmigo en los nuevos asientos antes de que empiece la segunda parte.

Me llevé la bolsa al servicio. Dentro había una bermuda. «¿Con este tiempo?» También había dos mantas muy grandes. ¿Por qué nos cambiábamos de sitio? ¿Y por qué quería que nos sentáramos fuera? Por lo menos, el palco tenía calefacción.

Pero entonces pensé en los últimos días. Cualquier cosa. Yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que él me pidiera. Me puse la bermuda, doblé los pantalones y los metí en el petate. Luego dejé las mantas encima.

Miré la entrada: si no me equivocaba, estaba en la grada central.
Y no me equivocaba. Mi nuevo asiento estaba en la primera fila de la grada central. Y estaba abarrotado. Nadie dijo nada cuando me senté. Ni siquiera me miraron. JongIn se reunió conmigo algunos minutos más tarde.

Me pasó un brazo por el hombro y me atrajo hacia él. Empezó a acariciarme el hombro con la mano. Se me aceleró el corazón al percibir su cercanía.
Entonces se inclinó hacia mí y susurró:

-¿Sabías que tres de cada cuatro personas fantasean con practicar sexo en público?

Sentí su lengua dentro de la oreja.

-Y yo me pregunto: ¿por qué fantasear con algo cuando se puede experimentar?

«Madre...»

-Te voy a follar en la Super Bowl, KyungSoo. -Me mordió el lóbulo de la oreja y yo inspiré hondo-. Mientras te estés calladito, nadie se dará cuenta.

«Eres mío».

Me excité solo de pensar en lo que había dicho. Miré a la gente que teníamos alrededor.

Todo el mundo estaba tapado con mantas. Empecé a comprender su plan.

JongIn seguía acariciándome el hombro.

-Quiero que te levantes y te envuelvas en la manta. Déjala abierta por detrás -dijo-. Luego apoya un pie en la barandilla que tienes enfrente.

Me acerqué a la barandilla, sintiendo cómo me temblaban las piernas al pensar en lo que quería hacer JongIn; en lo que me iba a hacer. Alguien interceptó un pase en el campo.

SUMISIÓN  (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora