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Estábamos detrás de unos cuantos chicos que también estaban por ingresar a el club, los guardias les habían dicho que les enseñaran sus identificaciones y sus pases, después de eso ellos accedieron.

Quedamos justo enfrente de ellos, Luke tomó mi mano y me acerco a él pensé que los guardias nos pedirían lo mismo pero no lo hicieron, en el momento en que vieron a el rubio los dos hombres se hicieron a un lado para darnos acceso. Lo vi con confusión y él lo notó, pero solo sonrió.

—Las preguntas son para después Mason.

—¿Debería preocuparme o asustarme?

—No, deberías relajarte y disfrutar.

Caminamos por un pasillo oscuro y largo, aún no soltaba mi mano y la verdad es que yo no tenía ningún inconveniente con ello, a medida que avanzabamos la música se escuchaba mejor y luces se podían ver, casi al final del pasillo las luces eran de color rojo y luego las luces neones de diferentes colores la opacarón.

Había demasiada gente en el lugar, la música se escuchaba aún más fuerte, el lugar era bastante lujoso para ser sincera, habían dos plantas, la barra era extensa y tenía a varios meseros atendiendo a la multitud que había aquí.

—¿Aquí vienes todas las noches? —pregunté enarcando las cejas.

—Te dije que las preguntas eran para después, pero sí, aquí es a dónde vengo.

—¿Un club nocturno a treinta kilómetros de dónde vives?

—Sí, la vida es muy corta para tener una vida aburrida.

—Tú ni siquiera eres mayor de edad, ¿cómo te dejan entrar?

—De hecho sí los soy, además soy hermano del dueño.

—¿Tú hermano es dueño de este lugar?

—Literalmente lo es.

Avanzamos lo más lejos de la multitud hasta llegar a unas escaleras que estaba protegida por unos guardias, la escalera llevaba hasta el segundo piso donde supongo que es la zona VIP, cuando vieron a el rubio de igual forma que en la entrada le dieron paso pero cuando yo iba a pasar me lo negaron.

—Ella viene conmigo, déjenla.

Ambos asintieron y me dejaron pasar subí unos escalones hasta llegar con él y tomo mi mano nuevamente.

—No sueltes mi mano, si lo haces el acceso se te será negado a menos de que tengas un pase.

Solté un bufido y escuché una risa de su parte, ¿le divertía está situación? Claro que le divertía, es de Luke Hemmings de quién hablamos.

Subimos por completo las escaleras y a medida que subíamos la música de la planta baja dejaba de escucharse, el segundo piso, era un poco más tranquilo, también contaba con un bar y pude darme cuenta de que los licores que habían eran de alta gama, tenía cristales alrededor y supuse que ellos eran los que evitaban el acceso a la música, arriba también había música pero era mucho más tranquila.

No había casi nadie arriba, bueno en realidad los únicos éramos Luke, el mesero y yo.

—¿Por qué no hay nadie aquí?

—Muchos prefieren ir a bailar abajo, o beber una simple cerveza y coquetear con las meseras.

—¿Haces lo mismo cuando vienes solo? —me senté en sofá que daba vista a la planta baja y observaba a todos.

—No, son muy pocas las veces en la que me quedó abajo —se sentó en el sofá que estaba a lado mío y se acomodo en el—. Supe que tuviste una cita con Calum, ¿Qué tan aburrida fue? —me vio, tenía esa sonrisa burlona.

—No fue aburrida, fue muy buena.

—Muy buena —frunció un poco los labios—. Suena muy aburrido para mí.

—No me interesa lo que pienses, mí me gustó —puse los ojos en blanco.

Escuché su risa gélida y se levantó del sofá y caminó hasta el bar que había y  apoyo sus brazos en la barra mientras hablaba con el mesero. Llevaba unos pantalones negros, zapatos del mismo color, una camisa blanca y la cazadora roja, se veía guapísimo.

Sin darme cuenta, mordí mis labios y lo había hecho con fuerza ya que hizo que sangrará un poco, tomé una servilleta y me limpié el labio y después la tire en el cesto de basura y fue en ese momento en que Luke apareció con dos vasos en la mano.

—¿Qué es? —le pregunté después de haber tomado el vaso de cristal.

—Una margarita, no sabía que pedirte así que te traje esa.

—Gracias —la deje en la pequeña mesa que teníamos frente a nosotros.

—De nada.

Él dió un sorbo a el vaso que llevaba en manos para después dejarla también en la mesa, se relamió los labios y volvió a verme a los ojos, de cierta forma me ponía nerviosa, su mirada era bastante pesada y hacia que el nerviosismo se apoderará de mi cuerpo por completo.

Acercó su mano hasta mi cuello y la dejo ahí por unos segundos, mi respiración se había acelerado y mi piel se había estremecido, su mano hizo un poco de presión en mi cuello, cerré los ojos y de forma involuntaria un suspiro salió de mis labios. Había dejado de presionar, mis ojos seguían cerrados y mis labios estaban entreabiertos y sentía mi garganta seca por lo que tragué un poco.

Sabía que mi cuerpo estaba deletándome descaradamente frente a él, sentí el contacto de uno de sus dedos en mis labios y también su respiración caliente demasiado cerca de mí. No quería abrir mis ojos, aunque moría de ganas por verlo a los ojos, pero no quería hacerlo, sus labios rozarón con los míos, nuestros alimentos se mezclaban y pude percibir el ligero olor de alcohol por su parte.

Quería besarlo, sentía la necesidad de hacerlo en ese momento, mi cuerpo ardía por dentro y las ganas de lanzarme a él y besarlo eran gigantes.

—¿Quieres que te bese, Madeline? —susurró sobre mis labios.

—Sí, quiero que me beses —dije casi sin aliento y pude percibir cómo el sonreía.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora