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Al ver el mensaje sentí como dejaba de respirar, me levanté de las piernas de Luke para buscar mi blusa, me la pusé y después de eso tome mis cosas para salir lo más rápido de los vestidores.

—¡Madeline! —Luke me llamó nuevamente—. ¡Madeline detente! —escuché sus pasos apresurados detrás de mí y después su mano en mi brazo deteniéndome.

Una vez que me había hecho parar hizo que girará para verlo a los ojos, puso ambas manos en mi rostro para que yo mantuviera mi vista fija en la de él. Parecía estar buscando algo.

—¿Qué te ocurre? Te ves demasiado asustada...

—Luke estoy jodida —su ceño se frunció.

—¿Cómo que estás jodida? ¿Que mierda es lo que te paso? —tomé aire.

—¿Recuerdas el accidente que tuve en Arizona? —asintió—. Según lo que yo sabía ella había perdido la memoria y no recordaba nada de lo que había pasado durante esos últimos meses, me ha enviado un mensaje, Rachel le dio mi número pensando que aún éramos amigas.

—¿Que decía el mensaje?

—Ella lo recuerda Luke, ella ya sabe lo que pasó ese día y estará aquí en dos días...dos malditos días.

Estaba comenzando alterarme, está situación estaba haciendo que mis nervios estuvieran de punta, ¿qué demonios era lo que iba hacer? Luke de mantenía neutro, parecía estar pensando no me quitó las manos de encima solo permaneció sin cambiar de posición.

—¿Alguien sabe dónde vives? —negué—. Entonces, ¿cómo lo sabe ella?, porque dudo que Rachel se la haya dado después de que le dijeras que ya no eran amigas.

Tenía razón, cómo era que Jessica sabía dónde estaba si nadie aparte de Nate sabe dónde vivo y el sabe perfectamente cuál es mi relación con Jessica después del accidente, estaba más que segura que él no pudo haberle dicho nada. Pero luego lo recordé.

Tenía una fotografía en Instagram dónde salía el Bienvenidos a Redville.

—Ella sabe dónde vivo, nadie le dijo ella misma la descubrió, creo que tengo que ser más cuidadosa con las fotos que subo a Instagram.

Pase mis manos en mi cabello, mis padres al igual que Rachel aún piensan que ella y yo aún seguimos siendo las mejores amigas, tenía que ir a casa y convencer a mis padres de irnos lejos durante esta semana no quería que se entrarán de eso, no quisiera pasar parte de mi vida internada en un hospital psiquiátrico por no saber controlar mi ira.

—Luke si ella viene y le cuenta mis padres lo que pasó durante el verano me enviarán a un hospital...

—No dejaré que eso ocurra —caminó hasta mi y beso mis labios cortantemente—, apenas te tengo, no dejaré que nadie te alejé de mí, no mientras tú no quieras eso.

Me rodeó el cuerpo atrayéndome a él y esto resultaba muy reconfortante, estando a su lado me sentía segura.

Abrí la puerta de la casa para entrar primero y después de mi venía Luke, él cerró la puerta, dejé las llaves en la mesa y camine en dirección a la cocina dónde supuse que se encontraba mi madre.

—Madeline cariño, has llegado temprano —dijo saliendo de la habitación para estar frente a nosostros y regalarnos una sonrisa.

—Buenas tardes señora Mason —dijo Luke.

—Mamá estaremos en mi habitación estudiando mañana tenemos un examen, ya sabes para recordar durante estás vacaciones.

—Bien, le llamaré cuando esté la comida —curvé mis labios y con la intención de dar media vuelta para ir a mi habitación me detuve al escucharla de nuevo—. Oh por cierto linda, Jessica a llamado —cuando escuché eso me quedé paralizada—, ha dicho que vendrá de visita ya que te extraña, estará aquí el sábado por la mañanas y se quedará en la casa.

Maldita.

Le di una sonrisa de los más fingida y solo me límite a asentir, di la vuelta y tome de la mano a Luke para salir de esa habitación e ir a mi habitación lo más rápido posible y una vez estando adentro lo solté para dar vueltas en el mismo.

—¡Mierda! Es que esto no podría empeorar más, ella estará aquí en dos días y sé que vendrá con toda la intención de contarle lo ocurrido a mis padres, si tan solo la hubiera lanzado con más fuerza está mierda no estaría ocurriendo —lo había dicho rápidamente que me había quedado sin aire, Luke paso sus manos por mi cabello hasta mi cuello para hacer que levantará la mirada y lo viera.

—Tranquila, lo solucionaremos, no hay nada imposible y estoy seguro de que ella no viene con la intención de contarle a tus padres en el primer momento que tenga, porque de ser así ni siquiera se hubiera tomado la molestia de venir hasta aquí, cuando puede hacerlo desde Arizona con una simple llamada o quizás una denuncia.

Tenía razón, pero aún así la situación estaba haciendo que esté al borde del colapso con miles de posibles escenarios que pudieran haber durante su linda estancia en mi casa.

Respiré hondo y dejé salir todo el aire por la boca, mi antigua psiquiatra había dicho que eso me ayudaría demasiado para tratar de contener la furia y prevenir malos momentos como lo que ocurrió con Jessica hace cinco meses, había tenido un día de mierda y eso solo lo termino de empeorar, iba con la esperanza de pasar un buen momento con mi novio perfecto y obtuve todo lo contrario.

Pasaban los días y aún no comprendía porque Joe no había llamado la policía para que me quisieran mandar a prisión o a un hospital psiquiátrico del cual probablemente nunca hubiera salido, lo sé. Ser pesimista es mi pasión y no hay nada que me haga cambiar eso.

El día paso y el resto del tiempo me la pasé creando más escenarios y todos terminaban mal, Rachel había llegado de su cita con Calum estaba tan emocionada que apenas podía ocultarlo para contarme su cita y la verdad es que no escuché absolutamente nada de lo que había mencionado, soy una pésima hermana de ello tengo absoluto conocimiento pero mi preocupación y paranoia es más fuerte que mi amor por Rachel.

Al día siguiente apenas había podido comer algo en todo el día, Luke me insistió demasiadas veces pero no tuvo éxito, mañana ella estaría en la puerta de mi casa y todo en lo que me esforcé en ocultar será expuesto con facilidad por ella. Creí que con irme lo más lejos posible mis problemas del pasado querían allí pero me equivoqué estos me perseguirán todo el tiempo que tenga de vida.

El tiempo estaba pasando estúpidamente rápido, mi mamá estaba comenzando a sospechar de algo pero traté de actuar con normalidad mientras estaba en casa con mis padres, estaba en mi habitación dándole la centésima vuelta en esos quince minutos, había anochecido no quería siquiera dormir, vi el reloj.

Faltaban dos minutos para las diez de la noche, tome mi abrigo para después salir al balcón y no pude evitar recordar las veces en la que Luke pasaba todas las noches frente a mi casa a las diez en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos.

Pude observar como un auto salía de la casa de Luke, era un auto blanco convertible y este paso exactamente a las diez frente a mi casa, pude observar a Jack montado en el auto conduciendo, en cuestión de segundos este había desaparecido. Me quedé más tiempo afuera, el aire era frío que me causaba pequeños escalofríos.

Mi mayor mentira podría ser destruida en unas horas más.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora