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—¿Por qué dices eso? —pregunté enarcandó una ceja.

—Solo no te acerques a ellos, después me lo agradecerás y con el tiempo sabrás a lo que me refiero.

—Redville Prive no es lo que parece...nada lo es —susurró Karol.

—¿Y podrían decirme por qué?

—Todo a su tiempo linda —agregó Kendall.

Y con eso se levantaron de las sillas y mi ceño se frunció pero después de eso supe la razón de su acción. Luke había llegado nuevamente, está vez me vio y me regaló una sonrisa de boca cerrada haciendo que un hoyuelo se notará en su mejilla.

—¿Tienes planes para hoy? —preguntó viéndome directamente a los ojos.

«¿Pero que le pasa a este tipo?, Primero nos ignora como si no existieramos y nos pregunta si tenemos planes, ¿Pero quién se cree?»

Reclamó mi voz interna, a lo que solo ignore pero en el fondo sabía que tenía razón, ¿que diablos le pasa?

Sin la mínima intención de contestar su pregunta volví a lo mío dejando de verlo y concentrarme en lo que me faltaba por copiar.

Sentía su mirada aún en mí, pero lo ignore lo más que pude, ya que al quitarme el bolígrafo de la mano y ponerla sobre la otro extremo de la mesa captó mi atención —que ya tenía, pero la evitada— y lo vi nuevamente a los ojos.

—¿Podrías devolverme mi bolígrafo? —le dije tajante.

—¿Tienes planes para hoy? —volvió a preguntar de manera relajada.

—Si, si tengo planes, ¿Ahora sí puedes darme mi bolígrafo?

—¿Qué harás?

—Eso no te interesa, devuélveme mi bolígrafo ahora mismo.

—¿Me lo estás ordenando?

—Si, eso hice.

—¿Por qué crees que debería obedecerte? —enarcó una ceja divertido.

—Solo devuélveme el maldito bolígrafo que lo necesito.

Parece haberse sorprendido por lo que le dije que ambas cejas se encarcarón y en su rostro había absoluta diversión. Se relamió los labios y sonrió de lado.

—Creo que no —frunció los labios y puso el bolígrafo frente a él, y lo vio detenidamente—. Creo que me lo quedaré.

Rodé los ojos y bufé, con la intención de evitar cualquier discusión con él, de mi mochila saqué otro bolígrafo y seguí haciendo lo que había dejado por tercera vez, ignorándolo de nuevo.

—Solo te hice una simple pregunta, Madeline.

—Y yo te dije que eso no te interesa.

—¿A qué se debe ese cambio tan repentino? —su voz era firme—. ¿Eres bipolar o algo parecido —barboteó lo último con cierta burla.

—No soy bipolar, solo fui amable contigo porqué necesitaba encontar este salón.

En parte eso era cierto, había sido amable con él porqué necesitaba encontar Historia pero también fui amable con él porqué también él lo fue y pensé que eso era lo justo.

Y también tiene algo que ver lo que esos tres chicos me habían dicho minutos atrás, aunque solo lograron confundirme respecto a todo. ¿Debía hacerles caso o debía ignorarlos?

—¿Así que la amabilidad solo fue para conseguir llegará hasta Historia?

—Si, así fue.

—Vaya...yo que pensaba que en realidad eras amable.

—Como sea, no me interesa.

Seguía haciendo lo mío mientras hablaba con él de la manera más tajante que pudiera tratando de cotar cualquier conversación, pero él hablaba de cosas que no podía negarme a contestar. Volvió a preguntar sobre mis planes y yo los volví a ignorar, no tenía la más mínima idea si seguía copiando o solo hablaba y hablaba.

La campana de salida de la primera clase se escuchó en todos los pasillos, había terminado de copiar lo del pizarrón por lo qué rápidamente guarde mis cosas en mi mochila ya que no quería llegar tarde a mi segunda clase que era Biología y si bien recuerdo Kai menciono que estaba en este mismo edificio en el segundo piso. Rodeé la silla de Luke que aún estaba siendo ocupada por él y camine entre los pequeños pasillo que habían entre las mesas completamente vacías cuándo un peso extra se sintió sobre mis hombros.

Confundida vi mis hombros y vi como el brazo de el rubio estaba sobre mis hombros mientras caminaba a mi lado como si nada.

—¿Qué crees que haces?

—Te acompaño a biología, porqué estoy seguro de qué no quieres volver a perderte y llegar tarde, ¿verdad?

Con mi mano hice hacia atrás su brazo para qué lo bajara de mi hombro.

—No necesito que nadie me acompañe, sé dónde está.

—De todos modos iré.

—¿También compartimos esa clase?

—No, yo tengo que ir a Francés pero no pierdo nada en ir contigo.

—Pues yo no quiero que vengas conmigo...

—Pues lástima porqué lo haré —sonrió de forma sarcástica.

Y con eso puso de nuevo su brazo sobre mi hombro y salimos del aula de Historia para comenzar a caminar sobre el pasillo y subir las escaleras para llegar a biología y en ese momento pude notar como todos nos veían con atención, inclusive esos cuatro chicos que minutos antes estaban con el rubio deleitándo de un pastel en mitad de la clase.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora