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Rachel había aparecido pero para decirme que se quedaría bailando por un rato y para beber un poco.

Las canciones eran buenas, sea quien sea el encargado de la música tiene buenos gustos para ambientar una buena fiesta. Seguía en el mismo lugar que hace unos minutos, sobre mi hombro vi a la dirección en dónde el rubio seguía mientras reía y luego unas chicas se incorporaron a su círculo.

Aparté mi mirada de él y decidí alejarme de ahí, comencé a caminar entre las personas y vi algunas cosas que prefería no haber visto, había una puerta de cristal que daba paso a un extenso jardín. Salí para tomar un poco de aire, me había servido otro vaso de soda con un poco de vodka, el aire era frío y el jardín grande. Había una piscina y había varias personas dentro.

¿Qué no sienten frío? Habían algunos chicos que bailaban en el jardín al ritmo de la música que se escuchaba por toda la casa, y los que estaba en la piscina jugaban con una pelota de playa grande y reían. Di una vuelta por el jardín y cuando estaba por entrar nuevamente a la casa me detuve de golpe al ver un cuerpo frente a el mío.

Era él.

El rubio me veía divertido, tenía el rostro relajado pero reflejaba diversión, tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón se relamió los labios y sonrió burlón.

—Madeline Mason...—dijo entre dientes—. No esperaba verte por aquí.

—No me interesa —rio bajito.

—¿El mal humor es frecuente en ti o solamente conmigo? —enarcó una ceja.

—Solo contigo.

—¿Debería sentirme especial por ello?

—¿Por qué deberías hacerlo? —alzó los hombros.

—Quizás porque me das un trato diferente —sonrió.

Rodé los ojos, su voz estaba cargada de sarcasmo y eso me llegaba a molestar fácilmente estaba por rodearlo para entrar a la casa cuando sentí su tacto en mi piel haciendo que mi cuerpo se tensará y mis mejillas ardieran.

Con sus dedos había puesto detrás de mi oreja un mechón de cabello que caía a lado de mi rostro y después acarició mi mejilla. Ocasionado escalofríos en mí, alejó sus dedos de mi rostro y sonrió con malicia, estaba por decir algo pero una tercera voz lo interrumpió.

—Hola Madeline —saludó el moreno quien sonreía.

—Hola.

Luke lo vio sobre su hombro y su ceño se frunció.

—Rachel está buscándote —habló Calum.

—¿Dónde está ahora?

—Supongo que fue al baño.

—Gracias, iré a buscarla.

Luke no apartaba la vista del moreno, estaba pasando a su lado para ir en busca de mi hermana cuando el se volteo rápidamente para verme. Aún parecía divertido pero había algo más escondido en su mirada, algo que no podía describir no ahora. Me aparte de su lado para caminar en cualquier otra dirección lejos de Luke.

—Te acompaño, me olvidé de decirle algo a Rachel.

—Si está bien.

Me sonrió y yo le devolví la sonrisa, di un par de pasos y las ganas de querer voltearme para ver por última vez al rubio eran insistentes. Pero me contuve y seguí mi camino a lado de Calum.

—¿Sabes dónde está el baño? —pregunté una vez que ya estábamos lejos de Luke.

—En realidad Rachel no te hablaba, sigue bailando, era una excusa para alejarte de Luke ya que cuando está ebrio se pone un poco pesado.

—¿Cuando está ebrio? —lo ví con una ceja enarcada y el río bajito.

—Bien...aún más que cuando está sobrio, su humor suele ser muy negro y pesado...más de la costumbre.

—Pues gracias de sacarme de ese lío.

—De nada...¿Quieres beber algo?

—Aún tengo bebida en mi vaso, gracias —moví un poco el vaso que sostenía y el choque del hielo con el plástico del vaso se alcanzo a escuchar—. ¿Has venido solo?

—Esta es mi casa —sonrió antes de relamerse los labios.

—Oh...no tenía la menor idea, Rachel no me dijo nada sobre ello.

—Supongo que ella tampoco lo sabe, solamente la invité a una fiesta más no le dije que sería en mi casa.

—Eso tiene mucho sentido, Rachel suele ser muy detallista con las cosas y se me hizo raro que no me dijera de quién era la fiesta....perdona si sueno muy imprudente o algo así pero, ¿dónde están tus padres?

—Han salido, tenían una cena con sus viejos amigos en la cuidad, llegarán hasta mañana.

Asentí y vi mis zapatos que aún estaban relucientes y luego levanté mi vista para encontrarme con la de él y de forma casi inmediata ambos sonreímos avergonzados y sentí mis mejillas arder y con mi cabello traté de esconder mi sonrojo pero supongo que no debe de notarse por las luces neones.

Calum Hood realmente era muy lindo.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora