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La música era un poco más pesada, Calum estaba con Ashton a un par de metros de mí ya que Katherine y Rachel me habían insistido demasiado en ir con ellas a bailar. La verdad es que nunca he sido muy buena en el baile pero solo acepté para que dejaran de insistir.

—Iré al baño en seguida vuelvo —les dije muy alto a las chicas para que me escucharan a lo que ellas solo asintieron y me sonrieron.

—¡Vale guapa aquí te esperaremos! —respondió Katherine.

Con un poco de dificultad salí de dónde estaba y vi a Calum por lo lejos, él también me vio y me sonrió, me dirigí a la salida, abrí la puerta del gimnasio y comencé a caminar en los solitarios y oscuros pasillos del instituto, todos estaban tan concentrados en el baile que no se molestaban en salir.

El sonido de mis zapatos era lo único que más se escuchaba y después de haber caminado lejos del gimnasio la música ya no se escuchaba tan fuerte, en parte si tenía ganas de ir al baño, pero el sonido de la música estaba comenzando aturdirme mucho.

Entre a los baños de chicas y entre hasta el último cubículo e hice mis necesidades después de bajar la palanca del inodoro, abrí la puerta roja que tenía frente a mí para ir a lavarme las manos con mucha paciencia, no tenía prisa en regresar, en verdad que no la tenía.

Tomé una toalla de papel, me sequé las manos y luego tiré la toalla en el sesto de basura, empujé nuevamente la puerta para salir del baño de chicas, suspiré y fui hacia la izquierda alejándome más del gimnasio.

Una vez que estaba verdaderamente lejos del gimnasio me senté en una pequeña barda, metí mi mano entre mis pechos y saqué un cigarrillo y mi encendedor, lo encendí y aspiré un poco del cigarrillo, lo mantuve unos segundos en mis pulmones y cuando estaba apunto de expulsarlo, estaba por ahogarme del susto que me había llevado.

—¡Maldición! —dije entre dientes, él sonrió— ¿Que demonios haces aquí, Luke?

—Tu que haces aquí Mason.

—Eso no te interesa.

—Entonces tampoco te debe de interesar saber que hago aquí —pusé los ojos en blanco, volví a llevarme el cigarro a la boca y volví a darle una calada, cuando lo retire de mis labios este se me fue arrebatado de las manos por él.

Mi entrecejo se frunció ante su acción y me gire un poco para verlo, con toda serenidad se llevó el cigarro a la boca e hizo lo mismo y después de unos segundos el humo se encontraba en el aire, pero a comparación de mi, él decidió lucirse y mostrarme que podía hacer salir el humo por su nariz. Me devolvió el cigarrillo y me guiño el ojo.

—En serio Luke, ¿que haces aquí?

—Vine a felicitarte por el juego de ayer, no lo hice en el momento porque estabas muy solicitada en ese instante, Madeline Mason —se relamió los labios y vi como sus ojos brillaban.

Estaba peligrosamente cerca de mí, podía sentir su aliento caliente chocar con mi hombro, y mi piel se erizaba al sentirlo, tragué duro y mantuve mi vista firme, se veía impecable, guapísimo bajo la escasa luz de la luna, su cabello estaba desordenado llevaba una cazadora de cuero negra y abajo llevaba una camiseta blanca, se veía demasiado atractivo.

—¿Por qué siempre que te veo tienes que tener puesta una cazadora? —enarqué una ceja.

—¿Por qué siempre me ves? —preguntó divertido—. Espera no respondas ya tengo la respuesta...—sonrió.

—Imbécil.

—¿Y esperas que diciéndome imbécil te responda?

—Oh, una enorme disculpa señor Hemmings —burlé.

—Las cazadoras son algo que no puede faltar en mi día a día, es algo digamos "característico" —hizo comillas en lo último.

—Bueno, pues te quedan muy bien —y antes de poder pensar lo que diría ya había salido de mi boca y él lo había escuchado, deseé desaparecer en ese momento tenía su mirada fija y sus ojos brillaban y sonreía burlón, algo muy típico de él.

—¿Así que piensas que me quedan bien? —preguntó algo vacilante.

—Supongo que es lo que piensan todos.

Me levanté de la barda y comencé a caminar sobre el césped del instituto alejándome de él para parar un poco el nerviosismo y vergüenza que sentía en ese momento, volví a llevarme el cigarrillo a la boca luego lo tire al suelo, después de haberlo dejado se había consumido bastante, con mi zapato lo aplaste y volví nuevamente a Luke.

Él seguía sentado y su rostro decía que aún estaba divertido por mi comentario de hace unos segundos.

Me recargué sobre la pilastra a unos metros de Luke, viendo hacia la biblioteca, tenía sus brazos recargados en su pierna en su vista concentrada en el suelo. Cerré los ojos por un momento y cuando los abrí de nuevo para decirle que me iría, la respiración se me cortó y mi pulso se puso como loco y mi corazón latía a mil por hora.

Él estaba frente y muy pero muy cerca de mi, lo único que nos separaba eran unos pocos centímetros, en un solo movimiento sus labios podían hacer un roce con los míos y esa idea me hizo estremecer.

Su aliento chocaba con el mío, y pude sentir su aroma era tan satisfactorio que me hizo suspirar, sus ojos estaban sobre los míos, el azul de sus ojos me veían con intensidad, tragué duro y también lo ví a los ojos.

Hast du mich verzaubert, Hexe?

Y sentí el mínimo contacto de sus labios contra los míos.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora