Perfecto Mentiroso | L.H

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—¿De que demonios hablas Jessica?

—Madeline tú sabías que Joe me gustaba desde hace mucho antes de que tú lo conocieras, me sentí traicionada por un momento, pero después lo acepté y fue en ese momento que él me dijo que me quería a mí y que tú solo eras un pasatiempo, estaba tan furiosa como él que termine por darle una bofetada, me dijo que te dejaría para estar conmigo. Me siento tan mal ahora por haber aceptado estar con él sabiendo que salían.

Parecía estar demasiado arrepentida de lo que había hecho, aún sentía un poco de desconfianza hacia ella. ¿Qué me daba la seguridad de que estaba diciéndome la verdad?

—¿Cómo sé que no estás mintiéndome?

—¿Crees que hubiera viajado desde Arizona hasta aquí para mentirte?

—No lo sé, quizás y si.

—Estoy diciéndote la verdad Madeline, solo déjame hablar. Creí lo que me había dicho, cada vez que nos veíamos le preguntaba cuando sería el día en el que te dejaría y solo me decía que aún no encontraba el momento para hacerlo pero que pronto seríamos él y yo. No sé cómo es que le creí por tanto tiempo. Pero entonces llegó el día de su aniversario, me había llamado para ir a su casa, ahí platicó conmigo y me dijo que te había llamado según para celebrar su aniversario pero que en realidad era para cortarte. Le creí nuevamente y pues ya sabes lo qué pasó después, debo de aceptar que cuando recordé lo que había pasado esa noche te tuve mucho rencor y estuve apunto de decirle a la policía pero entonces él me dejó, me dijo que ya no sentía nada por mí y que debía olvidarme de él. A los pocos días supe que él estaba saliendo con alguien más.

Su voz se había entrecortado, pasó su mano por su cabello y después me vió a los ojos esperando por mi respuesta.

¿Qué se supone que debía decirle? Y como siempre una parte de mi le creía y la otra se aferraba a no creerle. Pero solo una sería la ganadora.

—Dime que me crees Madeline, no estoy aquí pidiendo tu amistad porque sé que la he perdido, así como tú perdiste la mía, solo quiero saber que me crees yo te he perdonado solo espero que tú también hagas lo mismo.

Solté un suspiro y me mantuve en silencio, nunca pensé que mi amistad con ella terminaría de esta manera pero hay veces que las cosas que imaginabas eternas son las primeras en irse.

—Te creó Jessica. No creo decirte que te he perdonado por que sería una mentira y estoy intentando algo nuevo que se llama dejar de mentir, quizás ambas deberíamos de hacerlo.

Ella me dio una sonrisa melancólica la cual devolví casi de inmediato, Jessica había sido una de mis mejores amistades y me entristecía saber que nuestra amistad había llegado a su fin.

Ella se puso de pie, hice lo mismo y entonces se acercó para darme un abrazo, por un momento dude en responderlo pero al final termine haciéndolo.

—Te deseó mucha suerte Madeline, fue lindo haber coincidido contigo en ese parque cuando éramos niñas.

—Espero que pronto estes mucho mejor, y también me alegra haber coincidido ese día contigo Jessica.

—Supongo que esta es la despedida.

—Eso supongo.

—Adiós Madeline.

—Adiós Jessica.

Le sonreí, tomó su bolso y se dio la vuelta supe que se había marchado cuando escuché la puerta cerrarse y a los pocos minutos escuché unos pasos y después Rachel estaba frente a mi.

—¿Se ha ido?

—Sí.

—¿Se reconciliaron o algo parecido? —negué.

—No Rachel, hemos terminado.

—¿Estás bien?

—Sí...estoy bien, sabes iré a mi habitación muero de sueño.

—De acuerdo, descansa Mads.

Salí de la cocina y subí las escaleras para después entrar a mi habitación, las luces estaban apagadas y la luz de la luna apenas entraba a la habitación, cerré la puerta sin encender la luz caminé hasta mi armario para quitarme la blusa y ponerme una de tirantes.

—¿Qué tal te ha ido?

Sonreí al escuchar su voz, me di la vuelta y lo vi acostado en la cama con el móvil en la mano.

—Me preguntaba cuándo dirías algo —me quité los zapatos, cerré la puerta del armario y caminé hasta sentarme en una punta de la cama—. Tengo que ponerle llave a la puerta del balcón —suspiré—. Normal, supongo que hemos aclarado las cosas y también supongo que ya no la volveré a ver.

—¿Así que han hecho las paces?

—Sí.

—¿Han terminado bien, verdad?

—Eso creo, nos hemos disculpado por así decirlo, pero nuestra amistad a quedado en el pasado.

—Supongo que es lo mejor.

—Sí eso fue lo mejor para ambas.

Me tomó del brazo y me jalo haciendo que me acostara a su lado, no dijo nada después de eso y lo agradecí, de verdad que tenía demasiado sueño que no aguantaría ni un minuto más.

—Buenas noches, Luke.

—Buenas noches, Mason.