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—Gracias Ash —le dijo Rachel cerrando la puerta de su auto y despidiéndose de el chico.

—Adiós Rachel —se despidieron desde lejos y Rachel camino hasta la casa—. Calum dijo que no estaría aquí por la tarde así que solo vendrán sus guardias.

—Gracias, estoy segura de que podré sobrevivir sin Calum Hood por un día —rio—. En serio gracias Ash te veré mañana.

—Adiós Madeline, puedes hablarme por teléfono cuando quieras...

—Yo te llamaré si necesito algo, no por nada eres mi chófer ahora —soltó una carcajada.

—Como sea te veré después...

Le sonreí y con un gesto de mano me despedí de él, entró a el auto para después ponerlo en marcha y desaparecer en la calle, camine hasta el pórtico y antes de entrar vi a todas direcciones.

Me estaba convirtiendo en una paranoica de tiempo completo, pero no estaré tranquila si no hago esto antes de entrar a casa...entré y caminé hasta la cocina para saludar a mi madre y después subí a mi habitación, dejé mis cosas en el suelo y me tiré en la cama, cuando lo hice mi celular comenzó a sonar, de mala gana me levanté y fui en busca del aparato eléctrico y contesté, era Katherine.

—Hola.

—Hola Mad, ¿dónde estás?

—Estoy en casa, ¿por qué?

—Tenemos entrenamiento hoy, ¿lo olvidaste?

—¿Entrenamiento?

—Si, hoy tenemos entrenamiento, estamos esperándote.

—Bien, en seguida voy.

Colgué y dejé el celular sobre la mesa, me quité la blusa y la falda y caminé hasta mi pequeño armario para sacar mi ropa para los entrenamientos.

—Podría estar aquí todo el día...

Grité y me di la vuelta para ver quién demonios era, Luke estaba recargado de espaldas en el balcón viéndome directamente y con una sonrisa ladeada en los labios.

—¿Qué mierda estás haciendo aquí?

—Venía para hablar contigo, ya que en la biblioteca no te dije lo que realmente quería hacer.

—No sé si sepas pero existen las puertas, estás invadiendo mi espacio personal.

—Si, no me interesa tu espacio personal Mason.

Me puse la licra y me acerqué un poco para tomarlo de la mano y hacer que entrará a mi habitación quedamos uno frente al otro, Luke era increíblemente alto por lo que tenía que levantar mi vista para verlo.

—Si puedo creerlo, habla rápido que tengo que irme Hemmings.

—Todo está solucionado.

—¿A qué te refieres que todo está solucionado?

—Le he pagado al demente ese, te dejará en paz.

Solté un suspiro de alivio, ahora ya no tendría que preocuparme de más cosas.

—Pero de todos modos me gustaría que aún fueras cuidadosa.

—Lo seré, ahora que has dicho lo que quieras decir es mejor que te vayas Luke.

—¿Me odiarás para siempre?

—Yo no te odio Luke, simplemente no quiero verte.

—De acuerdo, entonces tengo que irme y no verte nunca más...fue un gusto haberte conocido y también haber follado contigo Madeline Mason.

—Imbécil —le lancé mi zapato y soltó un risita.

—¿Pero que te pasa? —dijo riendo.

—¡Me pasas tu maldito imbécil! ¿Es que a caso no sabes que es una estúpida indirecta?

—¿Indirecta de que? Acabas de decirme que no quieres verme y eso era lo que pensaba hacer.

Chao chao dignidad y orgullo.

—¡Estaba tratando de decirte que te quedarás, maldito idiota! Mi estúpido corazón te quiere y no quiere que te vayas, y lo odio porque no quiere dejarte ir después de herirlo.

Las palabras salieron sin que yo lo quisiera, la cara de Luke reflejaba el asombro que tenía tras haber escuchado las estupideces salir de mi boca sin antes haber sido visualizadas. Claramente es lo que sentía pero no lo que quería decir, debí de haber dejado que se fuera. Me di la vuelta para alejarme de él y terminar de vestirme, quizás si lo ignoraba se largaría y olvidaría lo que le había dicho un par de minutos antes.

«Él no se irá, no después de haberle dicho eso, es Luke Hemmings de quién hablamos.»

No se había movido ni un poco, pasé a su lado para tomar mi móvil y meterlo a la bolsa y las llaves del auto para irme a el entrenamiento, pero antes de hacerlo tomó mi mano e hizo que lo viera a los ojos.

Pensé que me diría algo pero solo se quedó en silencio viéndome, como si estuviera buscando algún rastro de mentira en lo que había dicho... intenté zafarme de su agarré pero no lo logré y justo en el momento en el que estaba por decirle que me dejará porque tenía que irme.

Me besó.

Fue un movimiento rápido, que no me dió tiempo de procesarlo, me había soltado y ahora sus manos estaban en mis mejillas atrayéndome a él, está vez era diferente, era como el beso que confirmó mis sentimientos hacia el hace una semana, con ese sentimiento en medio de todo.

No era como los besos anteriores ni mucho menos el de hace una hora, este era más tranquilo y sentimental...mi corazón estaba más que emocionado ya que sintió aquello que siempre había anhelado. Lentamente separó sus labios de los míos y me vió a los ojos, sus bellos ojos azules brillaban.

—Yo no quería herirte, es lo menos que quiero hacer...mis sentimientos hacia ti son genuinos y espero y los tuyos también lo sean.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora