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Mi corazón se acelero y sentí que en cualquier momento me desmayaría, ¿debería creerle?, ¿estaba hablando conmigo en serio? su mirada sobre la mía y sus manos estaban en mi rostro.

—Te estoy hablando de la forma más sincera que puedo...te quiero Madeline, lo siento con tanta intensidad —tomó mi mano izquierda y la llevó a su pecho y su corazón estaba igual de acelerado que el mío.

—¿Me estás diciendo la verdad?

—Jamás he hablado con tanta sinceridad con alguien...estoy enamorado de ti Madeline Mason y me siento como un estúpido por no saber como decirte mis sentimientos y la verdad es que no soy bueno con estas cosas, es la primera vez que esto me pasa, es algo nuevo...—suspiró—. Sólo sé lo que siento por ti.

Iba a seguir hablando pero lo que había dicho era suficiente,  así que me acerqué y lo volví a besar...lo había dicho, aunque no de la manera que me hubiera gustado, lo único que me importaba es que lo sentía...igual que yo lo sentía.

—Yo también te quiero Luke...y si creo que eres un estúpido por no saber que decir en esta situación —sonrió.

—¿Entonces aceptas mis disculpas?

—Lo hice desde la primera vez, solo que no quería aceptarlo...

—Pero ya lo hiciste...

—Sí, ya lo hice...

Me volvió a besar pero está vez me alejé ya que de verdad debía irme, las chicas estaban esperándome para el entrenamiento y no podía dejarlas plantadas.

—Tengo que irme.

—Pensé que estábamos solucionando las cosas.

—Y lo estamos haciendo solo que tengo que irme, tengo entrenamiento y no puedo faltar, el equipo es importante para mí.

—¿Podremos hablar después de tu entrenamiento?

—Sí, podemos hacerlo pero por ahora tengo que irme.

—Te veré aquí a las diez.

—Esta bien, ahora lárgate.

Se quedó parado viéndome a los ojos.

—No te besaré si es lo que piensas Hemmings, ahora sal o le diré a mi madre que un extraño está en mi habitación.

—No serías capaz...

—¿Quieres probarme? —enarqué una ceja de forma desafiante.

—Sí quiero probarte pero no de la forma en que piensas...a las diez Mason.

Se volvió a mi y me besó cortamenente los labios para salir al balcón y desaparecer segundos después, suspiré y tomé mis cosas para bajar corriendo las escaleras y despedirme de mi madre diciendo que tenía entrenamiento de último momento en el instituto.

Después de unos diez minutos había aparcado el auto en el estacionamiento de la escuela y había entrado corriendo a el gimnasio, las chicas estaba calentando y al verme me sonrieron.

—Perdón por la tardanza, pero algo se me presento en la casa.

—No te preocupes Mad —dijo Jennie—. Ahora estás aquí y tienes que unirte al calentamiento, estámos apunto de iniciar.

Asentí para dejar mi bolso sobre las gradas y luego unirme a el calentamiento con las demás, saludé a las chicas mientras realizaba el calentamiento al igual que ellas, Katherine tan solo me dió una o sonrisa de boca cerrada y seguir con lo suyo.




[...]



—¡Oh, por Dios estoy exhausta! —me tiré en el suelo.

Mi pecho subía y baja con rapidez y mi respiración me resultaba bastante pesada. Katherine se había tirado a mi lado y ella también estaba cansada, todas estábamos cansadas.

—¡Estoy sudando como nunca!

—¡Nos veremos la próxima semana señoritas, recuerden que tenemos un partido la próxima semana y también saldremos de vacaciones por fin!

Eso me alentaba un poco, las fiestas decembrinas estaban a la vuelta de la esquina y yo apenas podía creer que tenía cuatro meses aquí en Redville. Tenía muchas preguntas aún, las cuales les diría a Luke está noche que nos veríamos...es mejor que me diga la verdad en este momento, no pienso seguir con más secretos.

Y sí.

Yo también le contaré los míos, no son numerosos pero uno de ellos si son de los que más me arrepiento.



Había vuelto a mi habitación, eran las nueve con cuarenta de la noche, mis padre se habían ido a dormir y Rachel se ha venido a despedir, estaba en la cama acostada contando mi cabello, pelo por pelo.

Mi cuenta se vio interrumpida cuando unos pequeños toques se escucharon, provenientes de la puerta de cristal del balcón, me levanté de la cama y camine hasta la puerta para abrirle a Luke.

Está vez venía sin sudaderas o cazadoras, llevaba una camisa de rayas negras y blancas, unos pantalones negros y unos Converse del mismo color, después de entrar me dió una sonrisa que apenas pude visualizar, las luces de mi habitación estaba apagadas y la luz de la luna apenas lograba iluminar algo.

—Hola.

—Hola, ahora te has dejado a al vista los tatuajes.

—Posiblemente me los dejé así por un tiempo...es momento de dejarlos relucir.

—Te quedan muy bien.

—¿Sólo bien? —enarcó una ceja divertido.

—Bien, te queda fantástico. Aún no comprendo por qué los cubrías.

—Ser el modelo de hijo ejemplar en este pueblo no es nada fácil, esa fue una de las razones principales por las que decidí ocultarme los tatuajes, casi nadie tiene conocimiento de ello, ni mis padres y mi hermano, son pocas personas que saben de la existencia de los tatuajes y tú eres una de ellas —me besó—. ¿Seguiremos lo que dejamos en la tarde o haremos otra cosa? —dijo en un tono seductor.

—Quiero tú verdad —susurré—. Si queremos que esto funcione, te pido que me cuentes tu verdad y yo te contaré la mía. Es algo mutuo, ambos podemos perder algo...es todo o nada Luke.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora