» 58

1.1K 95 8
                                    

—Mason, por más que me guste estar aquí contigo debo preguntarlo, ¿crees que tus padres estén bien? —lo vi sobre mi hombro—. Me refiero a que no están preocupados por ti, nos fuimos así sin más y estoy seguro de que no les debe de gustar la idea de volver a pasar lo mismo.

Sabía a lo que se refería, hace un mes quizás dos me fui del instituto sin decirle a nadie a donde me dirigía y la razón estaba ahora conmigo siendo mi cómplice.

—Sólo dame un par de minutos más Luke y después prometo que no iremos.

Lo vi sobre mi hombro, asintió lentamente y su vista se desvió de la mía para poder observar la impresionante vista que teníamos desde aquí, lo había traído a las montañas y estábamos pasando un rato agradable.

—Toma el tiempo que quieras Mason—suspiró—. Teniendo a alguien en mi casa que obviamente no quiero ver estaría igual que tú.

—Gracias por comprenderme.

Luke se paro a mi lado para abrazarme un poco, recargué mi cabeza sobre su hombro y pase mi brazo por su espalda para acercarme un poco más a él. Realmente me sentía bien a su lado, sabía que con él podía ser yo misma y que lo probable es que no me juzgaría por nada.

Alcé un poco mi vista para verlo, él lo notó y bajó su mirada para encontrar la mía y esbozar una pequeña sonrisa y besar mi frente y ver al frente nuevamente. El invierno estaba a nada y el clima lo sabía perfectamente, hacia frío, bastante frío y no había traído el abrigo conmigo y cómo si el rubio pudiera leer mi mente me alejo un poco para después abrir un poco la cazadora indicando que lo abrazara por debajo de ella para así poder conseguir un poco de calor.

Nos mantuvimos así por unos minutos más hasta que caí en cuenta de que Luke tenía razón ya había hecho que mis padres pasaran por eso antes no les haría lo mismo de nuevo, así que subimos al auto con la intención de ir a casa de un vez.

El camino resultó ser corto pero bastante tranquilizados no me aparecía hablar y Luke acepto aquello y respeto mi silencio.

Estacionó el auto justo enfrente de mi casa, las luces estaban encendidas a pesar de que ya era demasiado tarde, solté un suspiro y me volteé para verlo y me dio una media sonrisa.

—Gracias por acompañarme, Luke.

—No tienes que agradecerme Mason.

—Espero que después de todo esto pueda tener un poco de paz en mi vida —suspiré.

—Lo habrá y tú única preocupación serán tus notas y el equipo de voleibol.

—Te veré después, a menos de que quieras subir por décima vez el balcón —ambos reímos, extendí mi brazo y coloqué mi mano en su mejilla y me acerqué para darle un beso corto a los labios—. Te quiero, Luke.

—Yo también te quiero Madeline.

Le di una última sonrisa y salí del auto para cruzar la calle y después llegar hasta la puerta donde toque un par de veces y volteé para ver su auto y entonces se puso en marcha y escuché como la puerta se abría y a la primera persona que me encontré fue Rachel.

—¡Madeline! ¿Dónde estabas? —me abrazó— ¡Maldición Madeline, mamá estaba apunto de llamar a la policía y reportarte como desaparecida!

—Ya estoy aquí, ya no hay necesidad de hacer eso, solo quería estar un rato fuera de casa. Luke estuvo conmigo, no había razón para preocuparse.

—¡Te fuiste por horas sin decir nada Madeline esa es una razón para preocuparse!

Entramos a casa y ella cerró la puerta detrás de mí, al llegar a la sala mi mamá fue la primera en ver hacia la dirección y levantarse para abrazarme.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora