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—¡Yo sé que a Calum le gustas! —chillaron Rachel y Katherine al mismo tiempo mientras daban brincos.

—Solo me a invitado a un baile, no es como si se me declarará, solo relájense un poco mujeres —puse el libro nuevamente en el estante.

—¡Podría ser! —chilló Rachel.

—¿Que no has visto las películas de romance? La invitación a un baile es algo más que eso —exclamó Katherine dramáticamente.

—¿Que no han pensado ser actrices?

—No —dijeron al unisolo.

—Les iría muy bien si lo hicieran.

—¡No trates de cambiar el tema Madeline Dolores Mason! —gritó Rachel de forma muy aguda e irritante.

—¿Dolores? —mi entrecejo se frunció—. ¿De dónde diablos sacaste eso?

—No lo sé, se me vino a la mente y lo dije, lo había visto en la película de Capitán América: Civil War la escena dónde él y Bucky bajan del jet en Berlín.

—¿Y que tiene que ver la escena con esto?

—No lo sé Madeline, solo recordé que tienes una ligera obsesión por James Barnes y el color de tu cabello parece un poco rojizo en el sol.

—¿James Barnes? —preguntó Katherine.

—Si.

Sebastian Stan es su amor platónico desde que lo vio en la primera película de Capitán América.

Suficiente, podemos dejar de hablar de mi amor imposible por unos segundos y terminar de arreglar los libros como por décima vez desde que me mudé.

—Ni creas que la conversación de Calum a terminado Madeline Dolores Mason.

Las tres nos quedamos viendo por unos segundos y después estallamos en carcajadas, admito que suena gracioso y también acepto mi obsesión por Bucky Barnes.

Pero díganme, ¿quién no se siente atraída por semejante Dios griego?

Ellas iban pasandóme los libros que estaban en el suelo y en mi cama mientras decían de que se disfrazarán en halloween y también en el baile, en verdad no he buscado ningún disfraz he estado más ocupada y preocupada por el partido de mañana que cualquier otra cosa.

Faltaban veinte horas para el partido y tenía los nervios al mil, y no a pasado siquiera un día.

Y preguntas respecto a la rubia tan misteriosa también invadía mi mente, por alguna razón ella había captado mi interés y curiosidad en unos minutos. Sentía que había algo más.

Algo que intentaba esconder, algo que no tenía que saberse por ningún momento, pero Madeline Mason no sería Madeline Mason sin intentar descubrir algo que no es de su incumbencia y también tenía pendiente la persona del auto.

Tarde o temprano descubriré ambas cosas, y arrepentirse ya no servirá de nada.

El sol se había ocultado y la cena ya estaba lista, bajé las escaleras para unirme a la mesa cuándo tres toques se escucharon por toda la casa.

Mamá dijo que ella iría abrir la puerta mientras que nosotros terminabamos de acomodarnos en la mesa, después de unos minutos varias voces se escucharon, el comedor no estaba muy lejos de la puerta principal por lo que se podía escuchar algo claramente.

Y después cuatro figuras aparecieron junto a mi madre y al girar para ver mejor, tenía mi mandíbula en el suelo —literalmente—, mi respiración se había detenido por unos segundos por la impresión y agradezco que no tenía en la boca o de lo contrario en este momento estaría muriendo.

Era Luke Hemmings y su familia.

Todos vestían muy presentables y la mujer llevaba un pastel en manos mientras que su esposo la abrazaba por los hombros y sus dos hijos estaban perfectos.

Luke me vio por unos segundos y la burla estaba más que clara, ¿vivía por aquí? ¿Cómo demonios no me di cuenta? Mi padre se levantó de la mesa y nosotras lo hicimos segundos después para pararnos justamente frente a los Hemmings.

—Matthew ellos son la familia Hemmings, Liz, Andrew y sus hijos Jack y Luke Hemmings, viven en la casa al final de la calle.

Y si antes estaba apunto de quedarme petrificada por saber que Luke Hemmings vivía en la misma calle que yo, ahora sí lo estaba.

"Viven en la casa al final de la calle"

El aire no llegaba a mis pulmones, y miles de teorías se producían en mi cabeza, todo respecto al auto que todas las noches pasaba frente a mi casa a la misma y que misteriosamente pasaba como una tortuga frente a mi casa y eso solo ocurría cuándo yo estaba en el balcón.

—Él es mi esposo Matthew y ellas dos son mis hijas Rachel y Madeline Mason.

—Un gusto conocerlas señoritas —habló la señora—. Les hemos traído un pequeño presente —le entregó el pastel a nuestra madre.

—Muchas gracias, no tenían por que hacerlo.

—De nada, es algo que acostumbramos hacer con las familias nuevas en la calle, aunque está vez tardamos en darles la bienvenida una disculpa por eso, pero nuestros días suelen ser muy ocupados.

—Oh, no te preocupes Liz es un gesto muy agradable de su parte, muchas gracias de nuevo.

—Para nosotros es un placer hacerlo, bueno los dejamos para que puedan cenar a gusto, solo pasábamos a dejar nuestro presente.

—Oh, comprendo. —asintió mi mamá.

—Fue un gusto conocerlos —hablo el señor Hemmings—. Un placer Matthew —le extendió la mano a mi padre y el la estrecho.

—Un gusto Andrew.

Y antes de retirarse, los dos chicos se despidieron muy amablemente de mis padres y de Rachel, Jack fue el primero en despedirse de mí y luego dirigirse con sus padres y luego fue Luke quien hizo algo que me dejó helada.

Se había acercado a mi rostro para besar mi mejilla y después de susurrar un hasta luego agrego algo más.

—Cierra un poco la boca Mason, que estabas apunto de quedarte sin saliva, te veré a las diez, como todos los días.

Perfecto Mentiroso | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora