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-¿Qué vas hacer? - mire a Alejandra

-Realmente no se- fui sincera

Hoy el día en la tienda estaba siendo muy lento y eso no me agradaba mucho

-Piensa que es lo mejor para ti, porque te estas matando con dos trabajos a medio tiempo- sonrió

-Sabes que me cuesta mucho moverme a un lugar nuevo- sonreí nerviosa

-¿Estaba buscando algo en especifico caballero?- me acerque a un posible cliente

...

-No puede ser- note la presencia del chico del banco

Sonrió para comenzar a sacar a la gente de la tienda.

Todos los que estábamos en turnos nos quedamos en silencio.

A lo lejos podía escuchar su pisada.

Su mirada oscura estaba fija en la tienda.

Cuando entro toda la tienda se llenó de su aroma.

-Sígueme- me señaló

-Atiéndelo- empuje a Alejandra mientras me iba a la parte de atrás del almacén

¿Qué le pasa? - susurré sintiéndome nerviosa

-No le bastó con andar investigándome - camine de un lado a otro

-Amiga- escuche a Alejandra

-¿Que? - fui a su encuentro

-Te quiere a ti-

-Por dios- mire el techo

Respire unos segundo para salir.

Ahí estaba él sentado con su aura de grandeza

-¿Qué deseas? - me acerque un poco a él

-Que trabajes para mi- fue directo

-¿Compraras algo? - lo mire seria

-Así no se le trata a un cliente- sonrió prepotente

-Señor ¿qué calzado desea mirar? - señale toda la pared de los zapatos de hombre

-Quiero los más caro- levante mi ceja

-No tengo tiempo que perder- lo mire mal

-Yo tengo dinero que gastar- alzó su tarjeta de crédito negra sin límite

Por lo que sabía esa era una de las tarjetas más prestigiosa en cualquier banco.

Nunca había visto una, no negaré que me impresionaba, pero no se lo dejaría saber.

-Simplemente deseo que no me sigas molestando- sentía la mirada de mi jefe en mi espalda

-Renuncia- cruzó sus brazos

-No pienso hacerlo- renegué

-Te estas perdiendo de lo mejor de tu vida- se puso de pie

Salió de la tienda sin comprar nada solo dejando su aroma impregnado en todo el lugar.

-¿Qué pasó? - mire a mi jefe

-Quiere que renuncie aquí y trabajé con él - subí mis hombros restando importancia

-¿Motivo o razón? -

-Realmente no se- fui sincera

Mi jefe es como un padre para mi desde que lo conocí, es quien único me puede dar consejos.

-Ven hablemos- me llevó al interior del almacén en donde había una mesa en donde muchas veces almorzamos

-Cuéntame cómo ocurrió todo- lo mire sonriendo

Enamorando al magnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora