Enamorando al magnate

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Al fin llegó el gran día en donde tendríamos a Victoria por dos días.

Habíamos conseguido un permiso para que durmiera una noche en nuestra casa.

A pesar de que no teníamos cama para ella aún, Andrew optó por dormir hoy en el sofá de la sala.

-No estés nerviosa- tomó mi mano mientras esperábamos por Victoria en el orfanato

-¿Cómo no estarlo? Casi podríamos decir que es nuestra hija- lo mire y él solo asintió feliz

Se que es una etapa en nuestra vida distinta, pero sobrepasaremos cada obstáculo como una familia que seremos pronto.

En minutos vimos como su cabellera se movía entre la gente para venir hasta mí corriendo.

-Pequeña- la abrace mientras la alzaba

-Aquí les prepare un poco de su ropa y cosas que le gustan- dijo una de la cuidadoras

-Gracias- sonreí mientras Andrew tomaba su pequeña mochila.

-¿Cómo estás?- la mire y ella solo me abrazo

Se que tenemos muchas cosas que hacer este fin de semana, pero lo más que quería es que ella confié en nosotros.

-Victoria ven- Andrew ofreció sus manos y ella se estiro para que él la tomara

Me parecía muy tierno verlo con una niña o sea el papel de padre se le veía muy bien.

Andrew la sentó en su asiento de seguridad y le colocó su cinturón de seguridad.

-Vamos- me miró con una sonrisa mientras me abría la puerta de pasajero.

-Mejor voy con ella atrás por si se le ofrece algo- él lo dudo un poco

-Si seria mejor- tomo mi cintura para llevarme al otro lado y abrirme la puerta.

-Gracias- le sonreí mientras subía al auto

Cerró la puerta con cuidado y mi mirada fue a Victoria.

Ella con una sonrisa estiró su mano la cual tomé rápidamente.

-Vamos de paseo ¿quieres? - ella asintió rápidamente

Con su mano ella apretaba mi dedo índice sin soltarlo.

-Vamos a un parque- asentí sin quitar mi mirada a Victoria.

Con mi celular comencé a tomar pequeñas fotos de nuestras manos y sus sonrisas ocasionales.

-Eres muy hermosa- coloqué un mecho de su cabello detrás de su oreja

-No me la asustes amor- mire sorprendida a Andrew

-Vale- dije al notar que él no me miraba

Las dos manteníamos nuestras manos unidas mientras mirábamos el camino.

Habíamos llegado a un parque un poco alejado de la ciudad, pero era hermoso.

Victoria al ver el parque comenzó a aplaudir emocionada.

-Suave que te lastimaras- sonreí mientras la intentaba sacar de su asiento.

Cuando la saqué ella se tiró abrazándome y salimos juntos.

-Está muy emocionada- dije mirando a Andrew

-Ya veo- tomo mi cadera

Caminamos hasta el área de boletos.

-¿Cómo los ayudó?- sonrió una chica

-Dos boletos de adulto y uno de niño- nos señaló Andrew

-Familia tengo una oferta en donde por 75 dólares pueden subirse a todas las máquinas- comentó