Maratón 1/5
De regreso en el hotel ninguno de los dos decía nada.
-Realmente esa historia es real- lo mire
Él solo negó.
-Me sorprende tu inteligencia- sonrió mientras se quitaba su corbata
-¿Por qué mentirme?- lo mire enojada
-Para que no preguntes más de ella- dijo
-Si ni siquiera pregunté, solo me tienes que decir que no piensas decirme y dejamos todo por la paz. No es que me interesa saber cada puta cosa que mi jefe hizo en su pasado- hable demasiado rápido
-Recuerdame no hacerte enojar- me miró
-¿Por qué?-
-Porque te ves malditamente más hermosa cabreada, solo tengo ganas de arrancar ese vestido y hacerte mía en cada una de las esquina de esta habitación- no negaré que me había sorprendido
-Eres un imbécil-
Me cabree un poco por su idiotez.
Claro que también quería que me hiciera suya en estos momentos.
-Odio que digas cosas y después no lo hagas. Detesto cada vez que me usas- le tire con un cojín que tenía cerca
-Detesto ser tu secretaria, pero tengo que cumplir con demasiados roles también. Odio con toda mi alma no haber decidido morir antes de trabajar contigo- él se acerco rápidamente hacía mi
-Deja de decir esas cosas Maia- tomó mi muñeca
-Porque si para todo el mundo siempre fui un beneficio – me quejé
-¡NO TE CONTRATE PARA NINGÚN BENEFICIO!- su voz me asusto
-No tienes ningún estudio Maia, fuiste contratada por lo que vi en tu trabajo anterior, vi que eres determinada con las cosas que haces y te quería en mi equipo. Todo lo demás que ha pasado entre nosotros no fueron cosas que planee- se quejó
-En algún punto verás un beneficio-
-¿¡Que puto beneficio!?- se quito la camisa cabreado
-Pues no sé Andrew- levanté mi voz también
-Dios te deseo hasta estando cabreada- se acercó a mí como león que mira su presa
-Odio que digas esas cosas y después no llegamos a nada- me quejé de nuevo
Se separó furioso mientras buscaba no se que cosas.
-Dame tu puto celular- señale mi cartera en donde tenía mi celular y el de él
-Ahora no hay quienes nos interrumpa- dijo mientras abría la puerta de la habitación y colocaba la tarjeta de no molestar
Al cerrar la puerta fue como si todo ese deseo sexual que habíamos tenido se manifestara en un mismo momento.
En segundos estuvimos los dos besándonos como locos.
Con sus manos buscaba la forma de quitarme mi vestido.
Yo por mi parte quería quitarle su pantalón.
Él me llevaba por toda la habitación
No se como me había quitado mis tacones, pero ya quedaba mas bajita que él.
-Por dios romperé el vestido si no se abre- se quejo mientras me daba la vuelta
Él besaba mi espalda mientras abría el cierre.
-Al fin- me pego a él cuando sentí como el vestido se aflojaba
Beso mi cuello mientras mis caderas se movían contras las de él.
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Enamorando al magnate
RomanceTodo inicia con el pie izquierdo, el muestra sus grandezas mientras ella solo intenta hacer los números en su trabajo. El es un magnate reconocido por muchos países. Dirige una de las marcas más reconocidas a nivel mundial. Soltero por decisión pro...