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Maratón 3/5

Luego de unos minutos salí del probador

-¿Qué se lleva señorita?- dijo una de las empleadas

No me había probado nada

-Estos tres vestidos- dije sin más

-Perfecto, vuelva pronto- me sonrió

-No volveré pronto – susurre mientras me alejaba

Me sentía un poco incómoda al no sentir mis bragas.

-Te tardaste mucho- me miro preocupado

-No es fácil salir sin nada abajo- dije ocasionando que se riera

-Bueno yo tuve que pedir ir al baño para botar el condón y tuve que inventarme algo de emergencia- reí

-Bueno entonces estamos a manos- levanté mis hombros

-Te los regalare- tomó la ropa que tenia en mi brazos, pero negué

-No es necesario-

No queria sentir que me estaba pagando por tener sexo con él.

Pagué mi ropa y salimos.

-Enserio no me daras mis bragas- negó con su cabeza

-No, porque si quiero hacerte mía aquí mismo eso nos evita el proceso, aunque aquí no me gustaría porque todo el mundo puede verte- se quejó

-Continuemos- lo jale para que siga caminando

Fuimos a una tienda de zapatos en donde no me podía sentar en la silla por la falta de mis bragas.

Andrew se compró varios zapatos que según él le hacía falta.

-Tienes demasiados zapatos- me quejé

-Eso no importa- me pego a él mientras salíamos de la tienda.

-¿Lo hacemos ahí?- señaló el elevador

-ESTAS LOCO- levante mi tono mientras me alejaba de él

-Loco por ti y tu cuerpo- me abrazó como pudo

-No lleves las cosas a los límites, eso debe tener camara y no soy exhibicionista- lo mire enojada

-Verdad ese detalle se me olvidaba- dijo apenado

-Mejor regresemos al hotel- hice puchero

Estaba tan incómoda sin mis bragas que ya me quería regresar.

-Esta bien- sonrio

Esperamos por el chofer y para nuestra sorpresa había cambiado de auto

-Les daré privacidad note que tenían cosas que dialogar las dos veces que se subieron- Andrew asintió sonriendo

-Gracias- dijo para que luego una pared negra subiera en el pequeño espacio por el cual podíamos verlo

-Nena- dijo en el tono sexual y negué rápidamente

-Me da pena- dije alejándome de él

Su mano paró entre mis piernas.

-Tanta pena no te da- movió sus dedos logrando que un gemido saliera de mis labios

-Por dios- inconscientemente abrí mis piernas dándole el acceso que quería.

Sus dedos hacían maravillas mientras mi cuerpo se retorcía inconscientemente.

-Andrew- gemi mientras agarraba su saco

-Vamos nena, córrete para mi- es la primera vez que me lo pedía

Enamorando al magnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora