-No pensé verte aquí- su voz me asustó
-Ricardo me paso tu recado- dije sin más mientras mis dedos continuaban dibujando
-¿Es todo lo que hiciste hoy?- lo mire que señalo mi iPad
Asentí mirándolo.
-Tengo que asegurar el futuro de mi hija- confesé mientras el sonreía
-¿Por qué no encendiste el celular?- volví mi mirada al iPad
-No quería discutir más contigo- a pesar de que me enojaba lo que me dijo debemos mantener una comunicación
-Maia- se paró frente a mi
Lo mire en silencio.
-Lamento mucho lo que te dije, realmente no es mi intención insultarte, pero me da miedo toda esta nueva etapa que estamos viviendo- se sentó a mi lado
-Espero que nunca en tu vida vuelvas a insinuar o decir que soy una puta- lo señale
-Lo siento hermosa, jamás te faltare el respeto- asentí
-Ahora cocinare nuestra cena- se puso de pie para ir hasta la cocina
Apagué mi iPad y me fijé en cada cosa que él hacía.
-¿Ricardo te comento lo de la trabajadora social?- me miró un segundo
-Si, por eso es por lo que estoy aquí- comenté
-Bueno pues debemos vernos seguro de querer a Victoria ya que ella determina si estamos aptos o no- asentí de nuevo
-No estés tan nervioso las cosas saldrán bien- intente ser optimista
Él asintió para continuar cocinando.
-Avísame cuando la comida esté lista iré a nuestra habitación- lo vi asentir para irme de la sala
Fui directo a su habitación en donde estaríamos compartiendo cama.
Puse a cargar mi instrumento de trabajo y me recosté unos segundos en la cama.
Realmente me sentía agotada.
Poco a poco mis ojos fueron pesando cada segundo más, hasta que terminé sin tener noción del tiempo.
***
La luz del sol entraba en toda la habitación.
-Dios- me quejé intentado moverme
Al abrir mis ojos me encontré con el pecho de Andrew desnudo.
-En que momento terminamos así- susurré nerviosa
Sus manos apretaban mis caderas obligándonos a estar unidos.
No era algo malo, pero no quería acostumbrarme.
-Andrew- lo moví
-Mmm- fue lo único que dijo
-La trabajadora Social puede llegar en cualquier momento- volví a moverme
-Cinco minutos más amor- murmuró
-Se nos hace tarde- me gire logrando que ahora estemos en la posición de cucharita
-Cinco minutos Maia- beso mi cabello
-Esta bien- sonreí, aunque él no me podía ver
Con su mano buscó la mía y la entrelazo.
-¿Por qué no podemos estar siempre así?- lo escuche susurrar
-Porque de un paso que hacemos bien retrocedemos 40 – me quejé
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Enamorando al magnate
RomanceTodo inicia con el pie izquierdo, el muestra sus grandezas mientras ella solo intenta hacer los números en su trabajo. El es un magnate reconocido por muchos países. Dirige una de las marcas más reconocidas a nivel mundial. Soltero por decisión pro...