-Su total es de $240.68 dólares- mire a mi cliente
-Pagare con tarjeta- sonrió mientras se colocaba sus zapatos
El cliente pasó por la máquina su tarjeta para luego poner su número secreto
-Gracias por su visita- le entregue su compra
Había regresado a mi trabajo en una tienda de zapatos.
Mi jefe era el mejor en dejarme volver a trabajar sin lugar a duda.
-Maia necesito que lleves estos zapatos al almacén- asentí para tomarlo en mis manos
Ellos pesaban por ser de caballeros.
Desde que trabajo aquí siempre le vendo más a los hombres, as son más fáciles de envolverlos.
Además, que sus zapatos son los más caros.
Cuando regresé al frente de la tienda había una pequeña tensión.
Mire a mi jefe y este estaba muy serio.
Todo la tienda estaba llena de seguridad mientras le pedían a los clientes que salieran.
-¿Que sucede?- lo mire curiosa
-Un magnate- me dijo sin más
Como una persona va a hacer esto cuando solo va a comprar unos zapatos. Los demás clientes no merecen esto.
-Caballero no tiene porque salir- mire a un posible cliente
Tenía mis números que hacer en venta y este magnate de pacotilla no me arruinaría mi día de trabajo.
-Necesitamos que el caballero salga, el magnate está por entrar- mire mal al chico de seguridad
-¿Cuál es su reino o estatus político?- crucé mis brazos
-Maia por Dios- una de mis compañeras me intentó tomar por mi brazo
-Maia mis cojones todo el mundo tiene derecho de estar en la tienda, que él sea rico no le da ciertos beneficios- me crucé de brazos
-Maia por favor no compliques las cosas- esta vez fue mi jefe quien me miró preocupado
Sabía muy bien de qué magnate estamos hablando
En la ciudad solo había uno.
Andrew Wilson.
El gran programador de juegos y el multimillonario que comenzó con un juego insignificante de forma gratuita y que hoy tiene un gran imperio.
Su porte es uno de pura elegancia.
Su aura es completamente oscura, dicen que nunca llegas a conocerlo en su totalidad.
La tienda en segundo se había vaciado cuando su pisada se hizo sentir.
Entre la muchedumbre de mujeres que se morían por él se podía ver su melena negra.
Su tez blanca irradiaba pureza, mentira lo que mostraba es la falta de tomar sol.
Sus labios rosados, en definitiva, se cuidan mejor que yo.
Su cuerpo bien tonificado, tiene dinero para hacerse cualquier arreglo.
Su altura era perfecta para bajar algunos zapatos en mi almacén sin tener que utilizar escaleras.
Su aroma era perfume del caro, claro él no gastaría en los perfumes baratos que venden en un puesto de 3 por 10 dólares.
Cuando entro en mi tienda sus guaruras con pistolas de mentiras se pararon en la puerta.

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Enamorando al magnate
RomanceTodo inicia con el pie izquierdo, el muestra sus grandezas mientras ella solo intenta hacer los números en su trabajo. El es un magnate reconocido por muchos países. Dirige una de las marcas más reconocidas a nivel mundial. Soltero por decisión pro...