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Salí de mi apartamento con una maleta con mi ropa.

Ayer había quedado con Andrew en empezar a dejar ropa en su piso.

Me había levantado de buen ánimo si pudiéramos decirlo a pesar de que estaba dos horas antes despierta.

Subí todo en mi auto y me dirigí al apartamento de Andrew.

Sentía como si estuviera escribiendo un nuevo capítulo en mi historia, pero sabía que todo sería por Victoria.

Lo más que quería era lograr tener algo mío en donde ella como mi hija se sienta orgullosa de mí.

Cuando llegué al piso de Andrew para mi sorpresa él estaba despierto solo con su pantalón de vestir mientras tomaba su taza de café.

-Buenos días- me sonrió mirándome

-¿Quieres una taza?- levantó su café y asentí

-Toma- me ofreció la que él tenía

-No hice más café- lo mire confundida, pero tome de su taza

Necesitaba levantarme.

-Te ayudo- tomo mis maletas y las llevó a su habitación

-Creo que mejor me quedo en la habitación de huéspedes- dije sacando mis maletas de su habitación

En su cama había mucha de su ropa fuera de su armario

-La otra habitación es de Victoria así que mientras estés aquí debemos compartir cama- negué

-Esto no es lo que acordamos- dije en mi defensa

-No llegamos a ningún acuerdo Maia- se cruzó de brazos

-Es que dormir contigo, no se- dude

-No sería la primera vez Maia- se acercó a mi

-Mejor guardemos todo que tenemos que ir a la empresa- asintió

Comencé a sacar mi ropa y a guardarla mientras él guardaba su ropa.

Su armario era demasiado grande así que todo entraba bien.

Él me dejo unas gavetas vacías en donde guarde mi ropa interior.

-¿Te quedas desde hoy? – lo mire confundida

-Si te refieres a quedarme aquí, pues no- dije sin pensarlo dos veces

-Me mudare cuando ya tengamos a Victoria- lo mire

-Maia sabes que la trabajadora social encargada del caso nos puede visitar en cualquier momento para ver que vivamos juntos- cerré mis ojos.

-Lo pensaré entonces- termine de guardar todo

-¿Desayunaste?- asentí

-Bueno pues debemos ir a la empresa- buscó una camisa y uno de sus sacos que combinaban con el pantalón

-¿No se colocará corbata?- lo mire

Él solo negó sonriendo

-Me la pongo si me la quitaras esta noche o si me dejas amarrarte con ella a mi cama- lo mire sonrojada

-Que dices- salí casi corriendo de ahí

Lo esperé unos minutos hasta que salió de su departamento.

Nos fuimos juntos en su auto como habíamos quedado.

Todo el camino ninguno de los dos hablamos.

En la empresa tampoco hablamos de ningún tema que no fuera laboral.

Enamorando al magnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora