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Lo más difícil de este primer día con la pequeña fue dormirla.

-¿Qué tal?- me acosté al lado de Andrew sin pensarlo

-Un poco difícil, pero ya está durmiendo plácidamente- encendí un monitor que tenía al lado de la mesa de noche en donde podía escucharla por si lloraba a mitad de la noche.

-Debemos hablar- dijo él

Me senté un poco para entonces entablar nuestra conversación.

Sentía demasiado miedo sobre este tema del que tenemos que hablar.

-Ahora somos padres de una pequeña- asentí sin mirarlo por miedo

-Por tal motivo debemos tener una comunicación más directa por nuestra hija- asentí

-Mírame cuando hablemos- me movió un poco

-¿Qué paso aquí?- nos señaló

-Nada- dije nerviosa

-Maia eres mi esposa- negué

-Entiéndeme tengo muchas cosas que me pasan, jamás tuve padres para saber cómo darle mi amor a Victoria, no se lo que es sentir amor hacía otra persona y tampoco se como debo mostrarlo hacía esa persona que quiero, tengo muchos miedos- confesé cansada

-¿Sientes algo por mi?- él tenía una sonrisa en su rostro

Mire a otro lado sonrojada

-No quise... no dije eso- dije nerviosa

-Mírame a la cara- tomó mi barbilla

-Me gustas- sentí mi corazón latir rápidamente

-Me gustas mucho, quiero que nuestra relación crezca mucho más, ahora más con nuestra hija- me tape mi rostro

-No digas mentiras- negué

No quería creerle.

Sabía que me lastimaría como siempre.

-Maia estoy siendo sincero contigo- tomo mi mano

-Nadie me a querido nunca en mi vida, no se que es eso- dije con lagrimas en mis ojos

-Yo te puedo dar ese cariño que siempre has querido- negué

-No se amar a nadie- me jalo hasta abrazarme

-No busquemos nuestra felicidad, lo primero es la de nuestra hija- dije intentando no hablar del tema

-¿Y nuestra felicidad? ¿seremos un matrimonio infeliz?- se cruzó de brazos enojado

-Que no se como dar amor Andrew- me quejé

-Podemos aprender juntos, pero no me niegues el poderte amar- tomó mis mejillas

-No soy buena en eso- el seco mis lagrimas

-Déjame enseñarte- acercó sus labios a los míos

-Quiero que te sientas amada por mi y nuestra hija- asentí para luego sentir sus labios sobre los míos

El beso era tierno y sincero.

-Somos ya un matrimonio, pero debemos disfrutarnos estos momentos como dos personas que se gustan- asentí

-Lamento el haber estado lejos sin contactarme- dije nerviosa

Él negó rápidamente.

-Era necesario para reconocer lo que sentía por ti- lo mire dudosa

-Me gustaste desde el día que te vi en tu otro trabajo- lo miré sorprendida

-¿Así que me contrataste porque te gustaba?- él negó rápidamente

Enamorando al magnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora