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Maratón 3/5

En la oficina todo el mundo nos miró raro inicialmente porque llegamos dos horas tarde lo cual no es común en mi jefe.

Caminamos al elevador y no entendía porque el ambiente estaba de cierta forma un poco tenso.

Cuando llegamos al piso Jeremy estaba sentado en mi puesto.

-Al fin llegan- lo mire confundida

-La señora Elizabeth lleva dos horas esperándolos- mis ojos se abrieron demasiado

-Iré por el desayuno- me gire para regresar al elevador

-Ni lo piensas, arreglaras el pensamiento de mi madre- me tomó de mi mano para ir a su oficina

La había cagado con aquella llamada y lo menos que quería era enfrentarme a mis problemas.

Al entrar mi corazón no paraba de latir demasiado rápido.

-Buenas noches- ella se giró mostrando su magnífica personalidad.

De tal madre tal hijo- pensé

Sonreí nerviosa.

-Madre- mi jefe fue a su lado y la abrazo

-¿Cuando pensabas decirme que tenias pareja? – lo golpeo mientras yo casi me desmayo por su pregunta

-Nunca me haces la pregunta directamente- lo quería matar

-Señora- aclare mi garganta para hablarle con respeto

-No me digas señora, llámame Elizabeth- sonreí nerviosa

-Quiero aclarar una cosa- la mire

-Nada quiere aclarar mi hermosa novia- mire mal a mi jefe cuando se paró a mi lado

Con mi codo le di en su costado.

-Mami ¿quieres ir a desayunar? - ella asintió rápidamente

-Vamos hija- me sorprendí por esa simple palabra

Ella me tomó de mi brazo y salimos juntas.

Jeremy me miraba curioso, pero no sabía ni qué hacer.

La madre de mi jefe me guiaba hacía el elevador.

-Jeremy pendiente por si ocurre algo, ya sabes que cualquier cosa me llamas y por ahora que nadie suba a mi oficina- lo vi asentir para ver como el elevador se cerraba

No sabía qué demonios debía hacer o decir.

Todo el mundo nos miraba raro y no era para menos al enterarse posiblemente de la madre del jefe.

Esperamos por el auto de mi jefe y nos subimos los tres.

-Hija ¿Por qué no vas como copiloto? – sonreí nerviosa

-Para poder hablar con usted aquí- me coloque el cinturón de seguridad

Realmente no quería estar muy cerca de mi jefe.

Todo el camino a un lugar para comer estuvimos hablando de muchos temas.

-Madre que me la mareas- Andrew se rió y era de esas pocas veces en donde él reía

-Ya lo siento- sonrió mirándome

-Es que no es normal conocer una pareja tuya- tomo mi mano y mire a mi jefe el cual simplemente me ignoraba

***

Todo el desayuno fue Elizabeth contándome anécdotas de mi jefe en donde era inevitable no reírse.

Enamorando al magnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora