23 de septiembre del 730 del calendario humano Aeissium
Desde que acabó la guerra hace seis meses siempre he estado aquí al amanecer, puedo ver todo desde esta altura; el muro de metal que protege y separa esta ciudad de la zona muerta. hasta los nuevos edificios que se alzan en construcción, creo que puedo decir con claridad que este viejo lugar siempre ha sido el más alto de todo Atticus, y sobre todo, el más silencioso, el gran y hermoso silencio, sin ninguna voz alrededor, solo el silbido del viento que pasa a través de la estructura.
—Roumani A Shane ¿eres tú no?
Giro levemente mi cabeza en dirección de donde provenía la voz femenina, jamás he visto a alguien más subir aquí, es una chica de cabello rojizo, con grandes ojos verdes, llevando consigo un abrigo café.Vuelvo a girar mi cabeza dándole la espalda, mirando de nuevo la gran ciudad.
—Si, ese soy yo ¿quién eres tú?
Sentí como arrugó una hoja, así que supuse que mi comentario tan secó la molesto.
—Soy Chariclo Gamchista, seré tu nueva compañera.
Gire mi cabeza hacia ella y me levante viendo a la joven, tenía una altura más pequeña que yo, al menos por unos cuantos centímetros.
—Creí que el consejo me había escuchado, no necesito compañero.
—Lo sé, tu último compañero murió hace seis meses, en la batalla por...
—Si, se lo que paso con él —la interrumpí un poco molesto. Tendré que aceptar a regañadientes, aunque la rechacé, me enviaran más.
—Bien, compañera ¿qué edad tienes?
Esta me miró un poco confusa por la pregunta, pero parecía que no le molesto.
—Diecisiete.
Hubo un gran momento de silencio, ella se quedó quieta por un momento mirando al suelo antes de responder, y lo dijo muy a secas, suspiré al escucharla.
—Eclipsada de segunda generación, ya veo.
—Deberíamos irnos, requieren de la presencia de todos los eclipsados en Bastion.
Bastión, la fortaleza en la mitad de la ciudad, donde todos los eclipsados residen, aunque principalmente fue construida para ser la sede de la Trifaria; el ejército de Atticus y el de la humanidad, acabó convirtiéndose en lo que es hoy en día; un hogar.
Al ver como la chica empezaba a bajar proseguí a seguirla, era un largo camino hasta la fortaleza, y seguro el ambiente sería un poco incómodo.
Tras un tiempo caminando y recibiendo miradas tanto de admiración como de desprecio, el entorno empezó a matarme y ya empezaba a hacer frío, Atticus siempre fue una ciudad fría y la tristeza que emanaba de las calles tampoco ayuda, al mirar a los alrededores podía ver gente caminando pero más que todo soldados de la Trifaria haciendo lo posible por ayudar a las personas que aún estaban devastadas por la guerra, muchas de ellas parecían no haber comido hace días, y más aun estaban pasando frío.
—No recuerdo haberte visto antes, menos durante la guerra ¿cuál era tu rol?
—Yo... Me encargaba de los heridos y transporte de suministros, más que todo de lo primero, ahora con la falta de eclipsados y el fin de la guerra me movieron como tu compañera
—¿Para qué requieren la presencia de todos nosotros? No había una reunión así desde la guerra.
—Lo averiguaremos pronto —la chica no dijo nada más, se me hacía raro.
Levante mi mirada, las grandes murallas blancas que rodeaban el lugar eran bastante visibles entre la oscura ciudad, eso era Bastión, una gran fortaleza defendida por grandes ballestas y catapultas, me pregunto porque aún no las desmontaban.
—Dicen que las murallas se construyeron blancas como un signo de esperanza, el blanco siempre fue un símbolo que refleja eso —comentó la chica, con una notoria emoción en su voz
Reí levemente ante su comentario, parecía una joven positiva, era interesante.
—Parece que ya están llegando todos.
Dirijo mi mirada a los alrededores, los eclipsados estaban volviendo de sus patrullas a Bastión, había varias caras conocidas, pero preferí ignorarlos por ahora y seguir mi camino al interior de la fortaleza hasta el salón principal.
Viendo por encima había menos de cuatrocientos entre nosotros, sin contar los algunos soldados de la Trifaria que pasaban por los alrededores
Subimos por las escaleras hasta estar en el interior de Bastión, específicamente en un gran salón con bastantes asientos, aquí era donde se reunían todos los eclipsados antes, pero ahora hay demasiados asientos vacíos.
Me senté al lado de mi compañera, las sillas estaban separadas por pares, cada uno se sentaba junto a su compañero asignado.
—Parece que sabes más que los demás ¿Te informaron con antelación? —le pregunté a mi recién conocida pero solo me respondió con un gesto para que guardará silencio, luego señaló al frente.
Estaban tres sujetos arriba, Acherus Amidis; Comandante de los eclipsados, quien lideró a los eclipsados en la guerra y un factor importante en esta, en este momento vestía un abrigo peludo en su cuello y mangas, en este estaba estampado tanto su rango de comandante como el símbolo de la herradura y una espada en medio, ese símbolo era el que todos nosotros portamos, solo los eclipsados y su líder. A su izquierda estaba el líder del cuerpo de investigación, con una sonrisa en su rostro y con sus gafas puestas, cabello café largo y la bata blanca de siempre, jamás me generó confianza. Volteo mi mirada a la derecha notando a él General del ejército, en cuanto lo vi pase completamente de él. Ellos tres son conocidos como el consejo, se encargan juntos de la ciudad, de los eclipsados y del ejército.
Volví mi mirada a Acherus el cual empezó a hablar
—Hace poco salimos de una gran guerra, contra un enemigo no humano que destrozó muchas familias y la mitad del continente de Aeissium. aunque cerramos la brecha, aún hay bestias que acechan nuestro mundo, y aunque son menos numerosas, estas son más fuertes, grandes y veloces, mientras esas cosas estén rondando por ahí, ninguno de nosotros estaremos a salvo, recurrimos a ustedes, eclipsados, para ir de caza contra estas bestias, que según rumores, han aparecido al otro lado del muro.
¿Esos engendros al Norte? es imposible, deben ser solo rumores sin fundamentos creados por pueblerinos.
El silencio llenó la sala, luego fue roto por varios susurros, algunos sonaban de rechazo y otros de aprobación, la mayoría preferimos guardar silencio, Acherus siguió hablando.
¿Las bestias pasaron las murallas? ¿Si es así, entonces cómo lo hicieron? Muchas incógnitas se levantaron en muy poco tiempo.
—Muy bien cazadores, prepárense.
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Alma Eclipsada I: Sombras De Conminacion
FantasiaEn un continente desangrado por la guerra, dividido en dos por una gran muralla, tras dieciocho años después de un gran conflicto contra monstruos de origen desconocido, los eclipsados, individuos con diferentes habilidades, deben terminar con el re...