IX

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Cinco días llevaba sin ver a Louis, y Zayn estaba preocupado pues aunque sabía que el castaño atracaba el frigorífico y se duchaba por las noches mientras él dormía no salía de su habitación durante el día, Lottie trató de colarse en la habitación un par de veces, pero sus planes siempre resultaron fallidos.

Louis estaba atrincherado en ese dormitorio, y nadie podría sacarlo de ahí. O casi nadie.

El moreno había contado a Niall durante una de sus muchas llamadas lo ocurrido con Louis, nadie entendía nada porque para sus amigos el castaño y Harry no se habían visto desde aquella cita, aunque no fuera así.

En realidad Louis no estaba tan mal como en el exterior se imaginaban, solo su alfa quería destrozarlo, no podía creer que aquel dulce omega no sintiera lo que en su pecho sentía cada vez que se lo encontraba, pero dedicó todo ese tiempo consigo mismo a entender al rizado. En uno de sus libros encontró la solución a sus problemas:

"Un lazo del destino no significa amor"

Y era tan cierto, pero él no solo buscaba a Harry con su parte animal, su racionalidad también quería estar con el pequeño omega cada día, a cada minuto y segundo y darle todo el amor que merecía. Pero no sería así pues el chico creía haber encontrado a su alfa en otra persona. O eso era lo que Louis creía.

Dos días más pasó atrincherado hasta que decidió salir, Lottie y Zayn estaban en la sala de estar y al escucharlo salir la rubia se levantó y Zayn, al estar recostado en su regazo, cayó al suelo, lo que ocasionó risas por parte de los tres.

– Voy al centro, ¿traigo algo?

Los alfas dejaron de reír y se miraron antes de volver a mirar a Louis y negar a la vez. Viendo que habían actuado igual y a la vez se miraron y estallaron en risas, a lo que el castaño les dedicó una sonrisa y salió del lugar dejando al par de idiotas atrás.

– ¡Lou!

Al llegar a su cafetería favorita no tardó demasiado en sentir unos brazos aferrándose a su cuerpo y el aroma a miel y cerezas haciéndose presente en el ambiente

– ¡Cherry!

Su amiga Francesca lo abrazaba con fuerza, arrugando así su propio uniforme, pero poco le importaba pues hacía demasiado que no veía al chico de ojos azules.

– ¡Imbecille! Me abandonaste demasiado, ¿dónde te metiste? - "Imbécil".

– Tengo muchas cosas que contarte, Cherry.

La morena asintió y se separó un poco de él mientras lo miraba con una gran sonrisa.

– ¿Te traigo lo de siempre y me cuentas? Mi turno termina en unos quince minutos.

– Eso estará genial.

Sin más Francesca volvió a su lugar en la cafetería preparando el pedido de Louis, quien se sentó en una mesa junto a la ventana. No tardó demasiado, pues en un tiempo récord tenía frente a él un batido de arándanos. Su amiga se disculpó unos minutos y al regresar vestía ropa normal y traía consigo un batido rosa, que supuso sabía a fresas.

– Te escucho, LouLou.

– No vas a creerme, pero...

Pasaron horas relatando lo que les había sucedido durante el tiempo que no se habían visto y las risas no faltaron, y los batidos tampoco. Cuando tuvieron suficiente pagaron lo que habían tomado y fueron juntos al parque entre risas y anécdotas, sin duda habían vivido demasiadas vergüenzas juntos.

– ¿Recuerdas cuando fingiste ser mi alfa para que aquella chica no te molestara más en la fiesta de Dan?

– Tu escena de celos fue digna de un Oscar, querida.

Las risas volvieron recordando aquel momento ridículo que habían vivido y que recordarían por muchos más, no cabía dudas por parte del castaño de que cuando tuviera cachorros les contaría la vez que su tía Cherry y él tuvieron que fingir amor para no ser acosados. Era divertido para ambos.

– Sé que tú nunca te fijarías en otra omega, alfa.

Con las manos apoyadas en el pecho del chico, una voz ridículamente aguda y sus pestañas batiendose exageradamente mientras miraba sus ojos azules, Francesca revivió aquel divertido momento antes de que los dos volvieran a estallar en risas mientras pensaban en lo ridículos que eran.

Realmente eran naturales el uno con el otro, no les importaba qué nivel de ridículo podían alcanzar porque sabían que no serían juzgados por el otro. Tenían una amistad muy fuerte, y sobretodo sincera.

– ¿Cuándo me presentarás a tu omega, LouLou?

La conversación se tornó seria, lo supo al dejar de escuchar la risa de su amiga, quien ahora solo lo observaba expectante.

– Él no siente lo mismo que yo, no te lo presentaré como mi omega porque no lo será.

– Nunca digas nun-...

La frase de Francesca quedó en el aire al ver a su amigo tambaleándose, todo sucedió muy rápido, demasiado, y ninguno de los dos esperaba el golpe.

Mientras Louis frotaba su mejilla la morena no podía apartar la vista del chico frente a ella, que no había notado su presencia.

– ¿Qué diablos hac-...

Fue interrumpido por otro golpe que no llegó a impactar, pues pudo parar la mano a tiempo.

– Deberías haberle dicho a Harry que tienes omega antes de llamarle omega a él.

La cara de Francesca era un poema, esa parte su amigo la había omitido a propósito y miró a Louis que miraba confuso al chico.

– ¿¡Llamaste omega a Harry y no me lo contaste, Louis William!?

– Puedo explicart-...

– ¡Y todavía tienes la desfachatez de decir que él no te reconoce!

Louis empezaba a sentirse incómodo por la presencia de Niall junto a ellos en la discusión, pues parecía muy entretenido y con 0 ganas de marcharse.

– Cherry, por favor, cálmate, vamos a casa, preparo chocolate caliente y te cuento todo con lujo de detalles, ¿si?

– Bien, pero si me vuelves a ocultar algo tan importante como es que llamaste a tu omega como tal te prometo que te tomarás los batidos de aguacate por lo que te quede de vida.

Ante la amenaza, que sabía que no era una broma, por parte de su amiga Louis asintió, y Niall a esa altura ya no entendía nada, solo que la chica era un poquito dramática. Pero solo un poquito. Se despidieron de un rubio muy confundido y partieron a casa del castaño, la cual sorprendentemente estaba vacía, algo que ocurría muy poco, Zayn y Lottie siempre estaban ahí comiendo o viendo programas basura en la televisión.

– Siéntate, será mejor que te sientes o te caerás.

Sabía que el alfa exageraba pero no dudó en sentarse en el cómodo sofá de la sala de estar. Louis regresó poco después con dos tazas de chocolate caliente y una sonrisa nerviosa, había contado a su amiga todo lo ocurrido con Harry hasta el momento en el que lo dejó en su casa, lo más importante vendría ahora y estaba muy preocupado por la reacción de la omega, sin embargo sabía que no lo juzgaría.

Y no lo hizo, un abrazo y una bombilla encendida en la cabeza de Francesca fue suficiente para ambos, pues la astuta amiga tenía un plan perfecto.

¿Qué podría salir mal?

Pues todo, pero querían ser optimistas.




|♡|

Por favor, todos necesitamos una amiga como Francesca. Se tenía que decir y se dijo.

Si hay errores ortográficos sentiros libres de corregirlos.

All the love

Flores Salvajes || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora