XXXVI

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Cinco días tardó Louis en despertar. Eran los últimos días de la primavera y la luz del sol empezó a colarse por la ventana, supuso que estaba amaneciendo, pero no estaba muy seguro de donde estaba ni de qué día era. Al moverse tuvo que hacerlo muy lentamente, su cuerpo reaccionaba de forma muy lenta, pero finalmente cumplía sus órdenes y, aunque despacio, se movía.

Cuando trató de levantar sus manos y frotar sus ojos solo pudo hacerlo con la izquierda, la derecha no respondía. Al mirarla vio que era sujeta en un agarre firme por otra mano, una mano que podría reconocer entre mil, la palma ancha y grande, los dedos finos y largos adornados por unos cuantos anillos, reconoció la rosa entre ellos y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

Al levantar la mirada casi muere, Harry estaba sentado en un sillón frente a él, dormido, con largos rizos desordenados cubriendo parte de su cara.

– Louis...

El aludido miró hacia la entrada y vio a Zayn mirarle como si hubiera visto un fantasma, Louis solo llevó uno de sus dedos a sus labios pidiendo silencio, su omega aún dormía.

– Yo... estaré fuera, avisaré a todos, te extrañé hermano.

Zayn se acercó a Louis y le dio un abrazo que fue devuelto con una sola mano, ambos derramaron algunas lágrimas y el alfa salió para avisar a sus amigos y familia de que Louis había despertado.

Cuando volvieron a estar solos el castaño miró a su omega dormir y con la poca fuerza que tenía en sus manos apretó el agarre que Harry ejercía en la suya. El omega se removió. Lo había sentido. Al abrir los ojos vio a Louis sentado en la cama mirándolo con una sonrisa.

Claramente empezó a llorar, ya había soñado con eso varias veces, era solo un sueño más.

– Omega.

La voz de Louis salió rasposa y seca por el desuso, Harry nunca la había escuchado así, ni siquiera en sus sueños. Alzó la mirada y vio a Louis seguir sonriendole, con algunas lágrimas deslizándose por sus mejillas.

– No, no, es otro sueño más, no, Harry despierta.

Pero no se despertaba, miraba al suelo sin soltar el agarre de Louis, pero no se soltaba.

– Sunflower, my eyes, want you more than a melody. Quiero eecucharla otra vez.

La voz de Louis seguía siendo ronca, pero miraba a Harry con un brillo especial. Harry lloró mientras se levantaba y con cuidado abrazó a Louis.

– ¿Es real? Porque si no lo es no quiero despertarme.

– Hola mi amor.

El médico entró en la habitación y no creía lo que veían sus ojos, pero carraspeó su garganta y consiguió la atención de ambos chicos.

– Señor Tomlinson, soy el doctor Stanley, su médico, debo decirle que me alegra que haya regresado y comunicarle que tenemos que hacerle unas pruebas para comprobar el nivel de daños que su sistema posee.

Ambos chicos asintieron y no mucho después fueron a llevarse a Louis, Harry se quedó llorando y la habitación se llenó de gente pocos minutos después.

– Se lo llevaron a hacerle unas pruebas.

Jay abrazó a Harry y lloraron juntos durante horas hasta que Louis estuvo devuelta en la habitación. Todos pudieron abrazarlo y hablar con él, pero al final del día había pedido que solo Harry se quedara, necesitaba a su omega cerca.

– ¿Qué día es hoy?

– Cuatro de mayo.

– Te debo un helado.

– Soñé tantas veces con esto, que tenerlo ahora es tan raro.

Ambos rieron un poco y Louis acariciaba el dorso de la mano del omega.

– Soñaba contigo, unas veces vivíamos juntos y me cantabas canciones tristes, otras teníamos un precioso bebé, algo nuestro, un mocoso con mis ojos y tu mal carácter.

– ¡Yo no tengo mal carácter, Lou!

El alfa rió mirando al omega sonreír y algo dentro suyo se rompió.

– Lo siento mi amor, sé que llorabas mientras yo no estaba, que no fuiste feliz, todo lo que quiero es hacerte feliz.

– Somos jóvenes, tenemos tiempo.

– Te amo.

Harry volvió a llorar y Louis le hizo un hueco a su lado para que pudiera acostarse junto a él, y lo abrazó contra su pecho para que pudiera llorar. Solo ahí se permitió soltar algunas pocas lágrimas.

– Estaremos bien, Lou.

– Sí, mi amor, te lo prometo.

Harry se aferró a su cuerpo, temiendo que fuera un sueño lo que vivía y que en algún momento el cuerpo firme de Louis a su lado desapareciera y volviera a despertar en su cama o en la silla junto al alfa dormido. Pero pasaban las horas y el cuerpo de Louis seguía ahí.

– ¿Alfa?

– Dime.

– No vuelvas a irte nunca.

Louis sonrió y dejó un beso en el cabello de su omega, tratando de abrazarlo con más fuerza pero fallando en el intento, se encontraba muy débil todavía.

– Te lo prometo.

Sintió algo húmedo en su cuello y supo que Harry había vuelto a llorar, odiaba que su omega llorase y su alfa adormilado le pedía que hiciera algo, cualquier cosa, que calmara a su omega.

– Omega, quiero un beso.

Harry rió entre lágrimas y se separó de la fuente de aroma de Louis para mirarlo y besar con cuidado sus labios.

– Así no, no me voy a romper.

La segunda vez que sus labios se juntaron Louis tomó la iniciativa y besó al rizado con ganas y todo el amor que podía transmitirle con un beso. Amaba el sabor de sus labios, aunque se veía un poco opacado por lo salado de sus lágrimas.

– Cuéntame, omega, ¿qué ocurrió en mi ausencia.

Harry sonrió contra el cuello del alfa y dejó ahí un beso antes de empezar a contar.

– Liam y Maya se enlazaron, ya los viste antes, son demasiado tiernos juntos, Niall conoció a una chica y parece que les va bien, ahora vivo a una calle de Zayn, necesitamos vernos en tu ausencia, era como tener una parte de ti. - Harry sonrió triste y recibió una caricia en su mejilla a cambio antes de continuar. – Tu equipo viene a verte cada semana, junto a tu familia. Al principio conocer a tu familia fue muy vergonzoso, pero son increíbles.

Louis rió al escuchar lo último y asintió a lo que decía Harry.

– Con tu hermana y Zayn las cosas van muy bien, y Fran está siendo cortejada por su alfa. - Louis lo interrumpió.

– ¿Mi Cherry va a enlazarse?

– Eso parece.

Louis empezó a llorar y Harry lo miró confundido antes de abrazarlo con toda la fuerza que pudo reunir.

– Oh, venga ya, Tommo, si actúas así voy a pensar que me quieres y todo.

Cuando se separaron pudieron ver que Francesca estaba ahí, pero también la familia del alfa y Jay no tardó nada en correr a abrazar a su pequeño, que por fin había despertado y estaba de nuevo con ella. No podía pedir nada más.

Dicen que después de la tormenta llega la calma. ¿O no es así?

















|♡|

No diré que estoy llorando de nuevo, pero lo estoy.

Si hay errores ortográficos sentiros libres de corregirlos.

All the love

Flores Salvajes || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora