XXXV

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Harry, como ya era costumbre, regresó al hospital al día siguiente con un pequeño ramillete de flores salvajes y sustituyó las que se encontraban en el florero de la habitación por esas, abrió su libro y se sentó a estudiar en compañía de Louis durante un rato, hasta que se cansó y miró al chico a su lado. A su alfa.

– Dicen que un paciente en coma escucha, por eso te canto y te hablo, pero no sé si eso funcione de verdad.

Como era de esperar no recibió respuesta, simplemente continuó observando sus facciones calmadas mientras acariciaba el dorso de su mano.

– Te echo mucho de menos, mi amor, estoy esperando con ansias el día en el que pueda volver a naufragar en el mar de tu mirada, mientras tanto miro nuestras fotos y sueño con ellos. Tienes los ojos más bonitos que haya visto nunca.

Louis seguía inmerso en un profundo sueño del que pocos creían que despertaría. Escenarios fantásticos e idílicos se formaban en la mente del alfa hasta que todo se volvía blanco y debía volver a comenzar.

– Lou, despierta.

El alfa apretó un poco más el agarre que ejercía alrededor de la cintura de su omega para que no se moviera y pudieran dormir un poco más.

– Alfa, llegarás tarde.

Un gruñido fue todo lo que recibió cuando Harry se separó un poco para mirarlo y tratar de despertarlo.

– Dame cinco minutos.

Y puede que cinco minutos se convirtieran en diez antes de que ambos pudieran salir de la cama y Louis ayudara a calzarse a su omega embarazado y desayunaran con más calma de la debida.

– ¡Hazza, me voy!

– ¡Espera alfa!

Harry bajó las escaleras lo mejor que le era posible con su abultado vientre obstaculizando su visión y al llegar a la planta baja caminó hasta donde el castaño se encontraba y dio un beso en sus labios antes de mirarlo con una amplia sonrisa.

– Ahora sí puedes irte.

Louis rió y acarició el vientre de su omega mirando las verdes esmeraldas de Harry.

– Zayn puede esperar un poco más.

El castaño sonrió abrazando a Harry y besando sus labios varias veces, pero finalmente el omega lo apartó y dio un suave golpe en su hombro.

– Ya, ve Lou, te veo en la comida, no llegues más tarde al trabajo.

– Aburrido.

Ambos rieron y se besaron una vez más antes de que Louis abriera la puerta y mirara una última vez al omega.

– Adiós Hazza, adiós mini Hazza.

– Ya, fuera alfa.

Harry cerró la puerta y escuchó la risa de Louis alejarse del otro lado. Louis se dirigió a la oficina donde trabajaba con Zayn, quien lo recibió con los brazos cruzados y una ceja alzada.

– ¿No tienes pensado volver?

– Ya llegué, lo siento, me distraje.

– Me di cuenta, Harry te echa mucho de menos.

Ambos entraron en el despacho de Zayn y se sentaron uno a cada lado del escritorio.

– Me quiero casar con él.

– ¿Sabes? Ashton vino ayer y dijo que el equipo se reunirá a jugar un partido en Doncaster, ya sabes, antiguos estudiantes. Esperamos que estés de vuelta para ese entonces.

– No me lo perdería por nada del mundo.

– Genial, ahora tengo que irme, nos vemos mañana, hermano, te amo.

Zayn se levantó, cruzó la sala y salió por la puerta dejando a Louis muy confundido en el despacho. Pero cuando se levantó y trató de seguirlo ya no se encontraba en la oficina, estaba en un lugar blanco, frío y con mucha gente caminando de un lado a otro.

– Señor, no puede estar aquí.

Al darse la vuelta una enfermera lo observaba con el ceño fruncido y se dejó guiar hasta la salida de aquel pasillo, encontrándose en una sala de espera. Ahí estaban sus padres y Fizzy.

– ¡Mamá, ¿qué hacen aquí?!

No recibió respuesta y cuando se acercó a ellos sus padres simplemente ignoraron su presencia hasta la llegada de un médico.

– El accidente fue muy grave, lo siento mucho.

El llanto de su madre lo destrozó y no podía hacer nada para remediarlo, quería gritarle que estaba bien, que todo estaba bien, pero no podía.

Nuevamente no podía.

Y todo se volvió blanco una vez más.

– Jay, vete a descansar, yo me quedaré con él.

Jay miró a Harry y asintió levemente limpiando las lágrimas de sus mejillas antes de abrazar y besar la mejilla del omega.

– Gracias cielo, lo necesito, fue una noche difícil.

– Lo sé, duerme un poco, te hará bien.

La omega asintió y salió de la habitación dejando solos a la pareja, Harry mirando a Louis y besando el dorso de su mano se sentó a su lado.

– He pensado que podríamos ir a alguna parte del mundo, un viaje largo, muy largo, solos tú y yo, no me importa donde, incluso si quieres ir al ártico. - Harry sonrió sobre la mano de Louis y volvió a besarla. – Siempre que sea contigo estará bien.

Cuando se sentó correctamente en la silla, alejándose mínimamente de Louis, el rizado suspiró y miró la mano que sostenía entre la suya.

– Mi psicóloga dice que estoy mejorando, sé que vas a despertar así que lo llevo mejor.

Harry sonrió y una lágrima se deslizó por su mejilla, aunque se encargó de quitarla lo más rápido que podía. Sintió un movimiento.

– ¿Lou?

Miró hacia la mano que sujetaba y el dedo índice de Louis volvió a moverse. Nunca antes corrió tan rápido como en ese momento para avisar al médico de lo que había visto.

– Como ya le dije anteriormente, señor Styles, puede ocurrir cualquier cosa.

El médico le regaló una sonrisa triste cuando terminó de comprobar las constantes vitales del alfa y anotó algo en su planilla.

– Lo sé, gracias de todos modos.

El médico volvió a salir de la habitación y Harry regresó a su sitio junto a la cama.

– Aunque ese señor diga que no hay nada seguro yo sé que vas a despertarte, mi amor, y estaré esperándote.

El rizado besó la frente del castaño antes de acomodarse en la silla y dar un pequeño apretón en su mano para cerrar los ojos y dejarse vencer por el sueño. Realmente lo necesitaba, las horas de sueño escaseaban para él.


















|♡|

Los sueños de Louis me ponen sad y soft a partes iguales.

Si hay errores ortográficos sentiros libres de corregirlos.

All the love

Flores Salvajes || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora