XLIV

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El primer destino era Francia, París concretamente, y ambos se encontraban terminando la maleta de Louis, pues partirían a la mañana siguiente y aún no estaba terminada.

- Mi amor, ya no sé que más llevar, ayúdame por favor.

Harry miró al alfa, quien lo miraba con un puchero en sus labios, encontrándose al borde de la risa porque la maleta no estaba ni a la mitad, pero se levantó de la cama y se acercó al armario de Louis mirando su ropa.

- Puedes llevar esto y esto, también esto y puede que esto sea necesario.

Iba sacando piezas de ropa que Louis guardaba en la maleta. Casi estaban por terminar cuando Harry encontró algo y lo miró con ojos brillantes, era la sudadera que Louis había olvidado en su casa la vez que se conocieron y que le había devuelto bastante tiempo atrás.

- Si la quieres es tuya.

Harry se giró para mirar a Louis al escucharlo y sonrió inconscientemente.

- ¿Puedo?

- Claro, es tuya para siempre.

La sonrisa de Harry se ensanchó y Louis se sintió bien con eso, dando por terminado su equipaje. El problema llegó cuando intentaron cerrarlo.

- Louis tira más fuerte.

- Eso estoy haciendo, ¿no lo ves?

La tensión en el ambiente era palpable y la crispación tenía a ambos un poco nerviosos, hasta que a Louis se le iluminó la bombilla.

- ¿Qué- ¡Louis bájame!

El alfa sujetó a Harry por la cintura y lo sentó sobre su maleta, sonriendo triunfante al poder cerrar la cremallera del todo.

- Gracias, omega precioso.

Harry rodó los ojos y miró al alfa cruzando sus brazos y alzando una ceja, recibiendo un beso a cambio.

- ¿Sabes que te odio, Louis Tomlinson?

- Sé que me amas casi tanto como yo te amo a ti, mi amor.

Louis bajó a su omega de su maleta y lo abrazó por la cintura y besó su cuello, donde algún día el omega luciría su marca, lo que provocó un escalofrío en el cuerpo del rizado.

- Sí, como sea, baja esto y vamos a dormir, no quiero perder el avión porque tengas sueño, alfa bobo.

Entre risas Louis dejó su maleta con el resto de equipaje y tras haberse cambiado ambos de ropa, entre miradas y comentarios coquetos, se acostaron en la cama mirándose a los ojos.

- Tienes los ojos más bonitos que yo haya visto.

- Amo cuando te pones cursi antes de dormir.

Louis sonrió y acarició la mejilla de Harry con mucha suavidad.

- Y yo te amo a ti.

- Te amo mucho más, alfa.

Se besaron con calma, fue un beso dulce y lleno de amor, con el que transmitían al otro todo lo que sentían, amor, todo era amor. Ese beso fue seguido por muchos otros, y algunas caricias inocentes, que acabaron por encender el fuego.

Acabaron la noche haciendo cucharita, Louis abrazaba la cintura desnuda de Harry manteniendolo cerca, con su rostro escondido en el cuello del omega y siendo acariciado por los rizos de este, y Harry tenía el brazo firme del alfa alrededor, lo que le transmitía seguridad, y la cercanía de Louis le permitía tener su aroma alrededor, algo que le tranquilizaba a la hora de dormir. Simplemente se complementaban.

Flores Salvajes || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora