XXXVII

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Cuando Louis recibió el alta médica fue de vuelta a su apartamento que compartía con Zayn. Todo estaba tal cual lo dejó aquel lejano día que acabó en accidente. No se sentía un hogar de nuevo.

– Lou, ¿necesitas ayuda?

A pesar de que los resultados de las pruebas dieran negativo, probando que la salud de Louis era completa, sus amigos y familia se preocupaban por él, tal vez en exceso.

– No, solo... necesito coordinar recuerdos, separar lo que pasó de verdad y lo que soñé. Soñé muchas cosas locas, hermano.

– Puedo ayudarte con eso, dime qué soñabas.

Ambos se sentaron en el sofá y se miraron sonriendo, se habían echado mucho de menos.

– Tú y yo trabajábamos juntos, en una oficina, y yo siempre llegaba tard...- Louis dejó la palabra en el aire y abrió mucho los ojos mirando a Zayn. - Necesito que me respondas a una cosa.

– A lo que quieras, ¿te encuentras bien?

Louis solo asintió a la preocupación de Zayn, pero la propia se instaló en su cabeza.

– ¿Ashton te contó que el equipo se reunirá para un partido de antiguos estudiantes?

– ¿Hablaste con él?

– No.

Ambos se miraron y comprendieron de qué se trataba, aquella conversación que Louis creyó tener con Zayn en su sueño era su amigo hablándole de verdad. Se sentía tan perdido.

– Soñé con eso, me preguntabas si pensaba volver.

– Lo hice...

Un silencio tenso se formó entre ellos, Louis tenía tantas dudas, pero su alfa lo distrajo, estaba alerta.

– ¿Lou?

– Shh.

– ¿Qué pasa, Lou?

– Necesito a Harry.

Zayn sujetó su mano cuando trató de levantarse y lo volvió a sentar mirándolo con desaprobación.

– Está estudiando, ¿qué te pasa?

– No lo sé, es solo que mi alfa necesita a Harry.

– Es normal, ¿si? Se vio mucho tiempo lejos de su omega, que quiera estar con él es normal, pero tú tienes que descansar y Harry tiene que estudiar.

Louis asintió y se fue a su habitación, sin embargo el sentimiento de posesividad y la necesidad del aroma del rizado no disminuía y no lo dejaba dormir.

¿Estás bien?

En cuánto envío el mensaje sus nervios aumentaron y no recibió respuesta hasta diez minutos después. Diez minutos llenos de ansiedad.

Sí alfa, ¿y tú?

También.

Saber que su omega estaba bien fue tranquilizador para su alfa y pudo calmarse lo suficiente como para conciliar el sueño.

En algún momento sintió como alguien rodeaba su cintura con los brazos y al sentir el aroma a chocolate sonrió sin abrir los ojos acercando más a su hermana.

– ¿Una pesadilla, Lotts?

– No, la vida real.

Louis siempre consoló a su hermana en las noches que la pequeña tenía pesadillas, y algunas veces le decía que podía estar tranquila ya que la vida real era mucho peor que las pesadillas. Lottie no lo creía pero acabó por comprobarlo por si misma.

Flores Salvajes || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora