Para cuando acabó el celo de ambos estaban agotados y solo querían dormir, pero juntos. Harry regresó de la ducha envuelto en una toalla y se puso la ropa que Gemma le había traído bajo la atenta mirada del alfa.
– ¡Lou! No mires.
La risa de Louis fue música para los oídos de Harry quien solo terminó de vestirse y se giró encontrándose al alfa casi desnudo en la cama. El omega le lanzó un pantalón y una camiseta para luego regresar al baño.
Cuando salió de nuevo después de pelear con sus rizos que ya estaban demasiado largos para su gusto se encontró la habitación vacía y un sentimiento de opresión se formó en su pecho al no encontrar al alfa y una lágrima se deslizó por su mejilla, aún seguía un poco sensible por los restos del celo. Cuando su lágrima llegó al borde de su mandíbula las demás se derramaron por sus ojos y no pudo reprimir el llanto por más tiempo.
La puerta se abrió y un sonriente Louis entró en la habitación, perdiendo la sonrisa cuando vio a su pequeño pedazo de cielo llorando y no dudó en soltar lo que tenía en las manos y abrazarlo contra su pecho en un intento por calmarlo, liberando feromonas que pudieran tranquilizar a su pequeño.
– Estoy aquí, bebé, no pasa nada, estás bien.
Cuando Harry logró calmarse Louis lo siguió abrazando acariciando su espalda.
– L-Lo siento.
– No te preocupes, ¿qué pasó?
Harry abrazó más fuerte a Louis, queriendo mantenerlo consigo y que no volviera a irse de su lado nunca más.
– Te fuiste y... y yo creí que no volverías y... q-que lo hice mal y yo-
Louis interrumpió a Harry con un beso cálido y cargado de amor. No soportaba pensar en que su omega creía que podría irse sin más, o que no lo había dejado satisfecho cuando estos habían sido los mejores días en la vida del alfa. Cuando se separaron Louis acarició las mejillas del pequeño y sonrió mirando sus ojos.
– Siempre volveré a ti, mi hogar está aquí. - Louis señaló con su dedo el lugar en el que se encontraba el corazón de Harry y el omega asintió soltando algunas lágrimas más. - Nunca dudes que volveré, siempre, y créeme si te digo que lo hiciste increíble.
Ambos rieron y el alfa se encargó de quitar las lágrimas de las mejillas de Harry antes de volver a juntar sus labios en un beso.
– Traje algo de comer.
Ambos se levantaron y Louis pudo recoger la bolsa que había soltado, sentándose en la cama junto a su omega y sacando las hamburguesas que había comprado.
Comieron entre risas y besos, ninguno de los dos quería la respuesta a la pregunta que Harry hizo cuando estaban casi terminando de comer, pero era necesaria.
– ¿Cuándo... cuándo vuelves a Doncaster?
– El domingo. Zayn cambió los billetes cuando entré en celo.
El rizado asintió algo triste, le quedaban casi dos días para estar con el alfa, pero no podía quejarse, habían pasado casi una semana juntos por culpa de su celo.
– ¿Y puedo quedarme aquí contigo?
Una sonrisa salió inconscientemente de los labios de Louis, no había nada que le gustara más que compartir esos días con su omega, pero no estaba seguro de aquello.
– Mi amor, ¿no debes volver a tu casa?
– No, llamaré a mamá.
Harry miró a su alfa con un puchero en sus labios, y definitivamente el alfa no podía decir que no a su omega en ese momento, no si lo miraba de esa manera.
– Por mi está bien, puedes quedarte.
– Vale, voy a llamarla.
Harry se levantó de la cama al mismo tiempo que alguien llamaba a la puerta, Louis abrió y Zayn entró, juntos se sentaron en la cama mientras el rizado daba vueltas por la habitación hablando por teléfono.
– ¿Qué tal fue?
Zayn hablaba en susurros, pues no quería que cierto omega de ojos verdes escuchara su conversación, así que Louis respondió de la misma forma.
– Muy bien, es perfecto.
– ¿Ya le dijiste sobre eso?
Louis le dio una mirada severa a Zayn, pues no quería que Harry escuchara lo que estaba diciendo, pero al ver que el pequeño no lo había notado contestó a su pregunta.
– No, se lo diré cuando volvamos a Londres, con paciencia y bien.
Zayn asintió, en diez días estarían de regreso a Londres, julio estaba ya en su recta final y les quedaba cada vez menos tiempo que disfrutar de sus vacaciones. Harry terminó su llamada y se sentó sobre el regazo de Louis, así que Zayn se levantó, se despidió de ambos y se marchó.
– ¿Cuándo regresas a Londres?
Harry miró a Louis acariciando su mejilla antes de responderle a su pregunta.
– A finales de agosto.
Louis asintió y besó su cuello sonriendo ligeramente mientras acariciaba su espalda. No estaba seguro de poder estar un mes separado de su omega.
– Bien, supongo.
– ¿Y tú?
– El 27 de julio.
Harry se acurrucó más contra el pecho de Louis, él tampoco quería separarse del alfa pero parecía que no tenían otra alternativa.
– ¿Me llamarás?
– Claro que sí, te estaré esperando.
La sonrisa de Harry fue la más bonita que Louis le había visto, y no dudó un segundo en besar su sonrisa, sintiendo los suaves labios del omega cuando recordó su pequeña conversación nocturna en Londres y se separó de él. Harry lo miró frunciendo el ceño cuando vio la expresión que Louis portaba.
– ¿Qué ocurre, Lou?
– Tu alfa, te estará esperando cuando empiece la universidad.
Harry miró a Louis como si estuviera completamente loco, su alfa estaba junto a él y no lo entendía, pero no tardó mucho en comprender lo que el alfa decía.
– Oh, ese alfa, me lo inventé, no existe.
– ¿Qué?
La mirada de Louis era de pura confusión, no entendía absolutamente nada de lo que Harry decía.
– Me daba vergüenza decirte que eres mi alfa, así que me lo inventé, no existe ese alfa.
La risa escandalosa de Louis avergonzó al omega, que se cruzó de brazos y trataba de reprimir la suya, pues su alfa tenía una risa contagiosa.
– Te quiero.
Louis se veía genuinamente feliz cuando soltó aquella frase simple desde el fondo de su corazón y mantenía sus brazos alrededor de la cintura de Harry, pero el omega sintió un torbellino de emociones al escuchar aquellas palabras y se abrazó con fuerza al cuello de Louis mientras trataba de calmar su corazón acelerado, rezando porque el alfa no pudiera sentirlo.
– Yo también te quiero, alfa.
Louis no podía sonreír más sin romperse la mandíbula cuando sujetó a Harry por las mejillas y lo besó con todo el amor que pudo transmitir, fue tanto que la ropa empezó a sobrar entre sus cuerpos, y claramente se deshicieron de ellas.
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Estoy: llorando. Perdón, me emociono.
Si hay errores ortográficos sentiros libres de corregirlos.
All the love ♡
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Flores Salvajes || L.S
Fiksi Penggemar- ¿Alguna vez viste algo más bonito que una flor silvestre, Louis? Crecen sin necesidad de cuidados y siguen siendo hermosas. Pero Louis solo podía mirar el brillo que desprendían las esmeraldas de Harry mientras observaba las flores y todo en él en...