XXXI

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Harry y Louis se encontraban en el apartamento del alfa, que ahora tenía solo la mayor parte del tiempo, pues su mejor amigo pasaba los días con su hermana, estaban teniendo un cortejo de verdad, aunque al final no hubiera marca, cubiertos por una manta viendo programas random que se iban sucediendo, lo verdaderamente importante para ambos era que tenían sus manos enlazadas bajo la manta, daba igual que hubieran pasado su celo juntos dos meses atrás, había sido instinto, ahora era amor, y eso era extraño y asustaba a ambos, la velocidad a la que sus sentimientos se desarrollaban era pasmosa y de verdad les daba mucho miedo contárselo al otro. Era muy precipitado. Si tan solo supieran que sus sentimientos eran correspondidos.

– Lou, te estás durmiendo.

– No es cierto.

La voz adormilada y gestos perezosos del alfa enternecieron a Harry, que acarició la mejilla de Louis mirando sus ojos entrecerrarse.

– Me voy y así duermes.

– Si te vas me voy contigo.

El agarre en la cintura de Harry se hizo más fuerte, Louis realmente no quería que el omega se fuera, su aroma a vainilla y su calidez eran todo lo que su alfa necesitaba en aquel y en cualquier momento.

– Vale, descansa alfa.

El rizado besó la mejilla de Louis y por fin el castaño cerró los ojos y se dejó vencer por el sueño. Harry, por su parte, lo observaba dormir como si hubiera encontrado la octava maravilla del planeta, se veía tan en calma y transmitía tanta paz que podía relajar cada uno de sus sentidos, estaba tan perdido por aquellos ojos azules.

Pero por la mañana todo fue diferente.

Louis sonrió despertándose, le dolía horrores la espalda, había dormido en el sofá, pero al menos tenía a su omega, cerró los brazos buscando aferrarse a su cintura pero lo único que sintió fue su propia piel. Abrió los ojos y miró a su alrededor.

– ¿Harry?

La única respuesta que obtuvo fue a su mejor amigo observarlo desde la puerta de su propia habitación con una sonrisa que ocultaba una risa.

– ¿Debo recordarte que vives conmigo y no con él?

Había sido un sueño, ¿lo había soñado? No, imposible, era tan real, no podía creer que lo había soñado.

– Sí, perdona, ¿qué tal ayer con Lottie?

– Todo muy bien, me llevó a la costa.

– ¿Qué se siente cortejar y ser cortejado a la vez?

Ambos rieron y Zayn se sentó al lado de Louis cuando este se colocó bien en el sofá.

– Es raro, pero me gusta, ¿y tú cómo vas con Harry?

– Bien, ayer estuvo aquí, pero creo que me dormí antes de que se fuera.

Zayn rió a carcajadas y se levantó para marcharse hacia la cocina a preparar el desayuno para ambos. En ese momento Louis recibió un mensaje de Harry invitandolo a su casa y ver series juntos, claro que aceptó y se levantó dirigiéndose hacia su habitación.

– ¡Zayn, me voy a casa de Harry!

– ¡Te estaba preparando el desayuno!

– Llama a mi hermana.

Lo más rápido que pudo Louis se duchó y cambió de ropa mientras Zayn hacía caso a su amigo y llamaba a Lottie, quien accedió a ir. Ambos hermanos se encontraron en la puerta, una entraba y el otro salía, se sonrieron y Louis susurró.

Flores Salvajes || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora