Luego de un pequeño silencio, bastante incómodo para los tres chicos. Behemoth se aclaró la garganta.
— Lamento interrumpir nuestro momento de silencio para reflexionar, pero necesito saber a dónde vamos ahora ¿ Laila te llevo a tu casa?— le preguntó sin verla tenía la vista en la vía.
— Pensé que íbamos a ver a Amy— habló Zhatfiel en su lugar — Es el único que nos puede ayudar con el mensaje que encontró Laila.
— Es muy cierto mi angélico amigo, pero no sé si te das cuenta que es de día y el club está cerrado a esta ahora, no podemos ir allí— le contestó el pelinegro con dureza.
— Si, pero al menos sabrás dónde encontrarlo después de todo es tu amigo ¿No?.— le contestó el rubio igualando el tono de voz de el pelinegro.
Behemoth soltó una risita burlona, mientras golpeaba levemente el volante con la mano derecha.
— No somos amigos, es como decir que todos los ángeles son amigos — le contestó Behemoth con gracia.
—En realidad nosotros si...— empezó a explicar el rubio .
— No quiero saberlo— lo cortó.
— Bueno, no es tu amigo. ¿Pero al menos sabes dónde vive o donde podemos encontrarlo?— le preguntó la pelirroja desde el asiento trasero, tenía la vista aún puesta en la pantalla del celular que le mostraba el chat de su mejor amigo.
— Pues no, el informante es él, no yo. Ningún demonio sabe dónde vive o donde esta por la mañana— les explicó y soltó un suspiro— Verán, Amy es como un vampiro, se esconde en el día y no suele dar mucha información personal a nadie.
—¿ Por qué? ¿No es él quien los ayuda a obtener información?— preguntó la pelirroja confundida.
— Si y no, ayuda algunos y traiciona a otros, es más un asunto de conveniencia. Por ello tiene que cuidarse constantemente — dijo con tranquilidad.
Laila suspiró.
— Intentemos ir al club para ver que encontramos, igual no tenemos nada que perder — propuso lo pelirroja mientras que bloqueaba el teléfono nuevamente y contenía el impulso de tirarlo por la ventana.
Behemoth y zhafiel asintieron.
— Tu mandas, preciosa — Le dijo el pelinegro, mientras hacía un saludo militar con la mano
El rubio había sacado su celular y empezó a escribir con rapidez.
— ¿Pasa algo? — le preguntó el pelinegro con una ceja alzada mientras colocaba la las luces del direccional.—¿ Algún problema, niño ángel?
Zhafiel levantó la mirada con rapidez y apagó la pantalla de su celular.
— Ehmm... No, me parece perfecto que vayamos a ver a Amy ahora. De hecho por la noche tengo que hacer unas cosas y así podre acompañarlos — les dijo despreocupado.
Lo que resto de vieja fue silencioso, ni siquiera Behemoth dijo algún comentario cuando esperaban que la luz del semáforo cambiara y un niño que comía un cono de helado y que cruzaba la calle se calló de boca en el pavimento y se llenará la cara de helado de vainilla.
Laila sabía que debía concentrarse en el escrito, en lo que podría significar, en tratar de identificar a la persona o al ángel dueño de la voz que se dirigió a ella en su sueño. Incluso que debía concentrarse en Jeff, que había actuado tan distante y extraño, dando tantas vueltas y negándose a hablar con ella.
Pero sin embargo solo podía pensar en Evan y en lo que le había dicho la noche anterior.
Más bien en lo que ella le había respondido a él, nada, no había dicho nada, permitió que su mejor amigo se fuera destrozado.

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PECCATUM
Teen FictionUn pequeño secreto por años oculto debía estar. Una pequeña niña de cabello rojizo escondida en el mundo humano se quedará. Más a salvo no se encuentra ya. Un ángel y un demonio la han de ayudar a encontrar al ángel y revelar la verdad. Más sin emba...